Izuku Midoriya estaba limpiando la playa de Dagoba como entrenamiento y en ese momento conoció a Mei Hatsume sin saber lo que pasaría apartir de ese día
Ya han pasado 2 meses desde que Izuku conoció a Mei y para ser honesto, estaba enamorado de la chica.
Su positividad, su optimismo, su gran corazón y una mente qué quiere ayudar a los demás sin dudar.
Le encantaban esas cualidades suyas, Sin duda su amiga entraría en el curso de Apoyo, aunque le daría varios dolores de cabeza a su profesor pero seguro el pobre se acostumbraria.
Pero de repente se detuvo al levantar un refrigerador, esto debido a que comenzó a pensar en algo.
El la seguía llamando su amiga, si bien estaba enamorado de ella y quería confesar sus sentimientos sabía que aún no era el momento, después de todo se conocieron hace solo 2 meses.
Mientras levantaba un refrigerador, volteo a ver a la chica pelirosa solo para desviar la mirada con un enorme sonrojo en su rostro.
Esto se debe a que la pelirosa estaba con la parte superior de su cuerpo casi en el suelo buscando algunos componentes para continuar con la construcción del traje de Izuku.
Solo que esto ocasiono que Mei tuviera su retaguardia levantada y tensaba contra sus pantalones dejando ver el contorno de su ropa interior.
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-*No solo es grande por delante*- fue el pensamiento que pasó por su mente, pero rápidamente comenzó a sacudir su cabeza para dispersar esos pensamientos.
Pero para su mala suerte la vista del tracero de la chica había sido remachado en su mente con mucha fuerza.
Tan apsorto estaba en su propio mundo que no se dió cuenta que la chica lo estaba llamando des de hace rato, ya cansada le puso una mano en el hombro y lo giro bruscamente.
-!VERDE!- ella le gritó en la cara.
Izuku grito del susto y dió un salto debido a la sorpresa que le provocó la pelirosa.
-¡Hatsume!, Díos, ¿Porqué hiciste eso?- pregunto el peliverde ya calmandose.
-Llevo rato llamndote Mitortilla pero no me hacías caso- le refutó la chica.
-Lo siento mucho, y ya te he dicho que es Midoriya, Midoriya Izuku- le contesto peliverde.
-Izuku, Alberto, Juan Augusto es lo mismo lo que sea, vamos a lo importante los planos para nuestro bebé están listos- dijo sin darle importancia a lo que le dijo el peliverde.
-¡Hatsume!, ¡Te he dicho que no digas eso en voz alta se puede mal interpretar!- exclamó muy avergonzado el pecoso.
-Bueno, bueno- dijo con un leve puchero -Pero ahora sí, este será tu traje a futuro- inmediatamente mostró los planos y dibujos que hizo.
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La boca de Izuku callo al suelo al ver su traje, tenía mucha tecnología y estaba muy bien equipado para casi cualquier circunstancia, sin duda Mei se voló la barda con estos planos.
-¡Aque soy increíble!- exclamó la pelirosa con fuerza levantando el puño.
-¡Esto es muy impresionante Hatsume!- dijo el asombrado Izuku, pero en ese momento su mente hizo click en algo.
-Espera un momento- dijo llamando la atención de la chica -No poseemos todos los materiales y herramientas para la construcción del traje, ¿Cómo lo haremos?- finalizó con la pregunta.
-Descuida, en mi casa tengo lo necesario para poder comenzar con la fabricación de este bebé, aunque, para los toques y ajustes finales tendremos que hacerlo en la UA, pues parte del equipo es muy caro- le contesto el peliverde.
-Talvez con el dinero que gane vendiendo la chatarra que no utilizamos para la construcción del traje pueda comprar lo necesario- sugirió Izuku.
-No, tenían otra cosa planeada, me dijiste que tú quirk puede generar, absorber y expulsar energía cierto?- pregunto al peliverde mientras buscaba algo en su mochila.
-Si, dicen que es posible que evolucione, pero hasta que eso pase solo puedo usarla para potenciar mi cuerpo- confirmo el peliverde.
-Por eso también traje esto- dijo Mei mientras le mostraba otros planos.
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-No es tan resistente, ni tan tecnológicamente avanzado como el principal, pero será más fácil de fabricar y lo usarás como traje provisional en lo que hacemos el otro- le dijo la chica con una pequeña sonrisa.
-Gracias Hatsume-san, eres una gran amiga- dijo alegre el pecoso.
-¿Amiga?-
-Si, ya sabes, esas personas que se preocupan por ti y velan por tu seguro, no al nivel de un familiar pero bastante seguro que te aprecian mucho- dijo con un leve rubor en sus mejillas.
-¡Entonces, apartir de ahora! ¡Seremos amigos!- dijo feliz para abrazar a Izuku, el cual con mucho nerviosismo lo de volvió.
Talvez no sea mucho, e incluso no era nada de lo que se esperaba.
Pero, para este par de antisociales e inexpertos en el amor.
