Capítulo 6: Un depredador peligroso.

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Theon llegó pocos minutos después y corrió a buscar a su hermano, pero desde que ingresó a la casa pudo percibir una presencia tan fuerte y violenta que su lobo se encogió en su pecho, pidiéndole a gritos que se alejara de ese lugar.

Era una sensación que nunca antes en su vida había sentido, el lobo de Lorcan imponía un yugo cargado de tanta autoridad que Theon sentía sus piernas pesadas al subir las escaleras, como si su cuerpo se negara a acercarse más a la fuente de tal brutalidad.

Y, sin embargo, se obligó a continuar hasta que encontró a Dex tirado en el piso del pasillo, arañando sin fuerzas la puerta del baño secundario del segundo nivel, donde Theon sabía que se encontraba encerrado Lorcan.

Le costó mucho poder acercarse a la puerta, intimidado por la presencia sanguinaria que se cernía sobre él, pero hizo lo necesario para pasarle por encima al instinto de supervivencia y alcanzó a su pequeño hermano por la cintura.

Cuando lo cargó, el chico le gruñó molesto mostrándole los pequeños colmillos de lobo que comenzaban a brotar en su boca. Theon sostuvo su cabeza con fuerza para evitar que lo mordiera y salió corriendo hacia la habitación de su madre, donde se encontraban sus inhibidores.

Al llegar al dormitorio cerró la puerta con seguro y arrastró el pesado buró central hacia ella, para colocar una barrera adicional. Entonces, se abalanzó hacia el lugar donde se encontraban las pastillas inhibidoras y las tomó con sus manos como si se tratara del más valioso tesoro del mundo.

―Anda, hermanito, tómate esto para que vuelvas a ser tú mismo― comentó, con el corazón increíblemente acelerado. Su lobo no dejaba de estar a la expectativa por la cercanía de otro animal que consideraba un depredador peligroso. No había escuchado la puerta del baño abrirse, por lo que daba por sentado que Lorcan aún tenía su cuerpo bajo su propio control.

― ¡No me toques! ― gritó Dex cuando Theon intentó colocar las pastillas en su boca. De nuevo se encontraba débil y mutilado por estar lejos de Lorcan. Odiaba a su hermano por haberlo separado de él, lo odiaba con todo su corazón. ― ¡Señor Xerac, venga por mí! ― gritó muy alto y desesperado, anticipando como un loco el momento de poder volver a sentir sus manos sobre su piel.

Y en ese mismo instante Theon escuchó un escándalo de gruñidos fuertes, arañazos, golpes secos y cristales rompiéndose tras la puerta del dormitorio. ―Joder, Dexian, colabora conmigo por favor. Necesito que te tomes estas pastillas en este mismo instante― dijo, subiendo a la cama y tomando a su hermano por la barbilla para obligarlo a abrir la boca.

Tocar el rostro de Dex con el gran nivel de feromonas que su cuerpo estaba expulsando, inevitablemente causó que su alfa se viera afectado por su cercanía. Estaba luchando en tres direcciones distintas en ese momento, de pronto se sintió mareado por la necesidad de tomar al omega en celo que estaba sobre la cama a su disposición, por el asco que sentía de sí mismo por sentirse atraído por su hermanito menor, aunque fuera por puro instinto animal, y por el miedo que le causaba la presencia del lobo de Lorcan pululando tan cerca de ellos.

Sin saber muy bien cómo, logró introducir los supresores en la boca de Dexian y apretó su boca y su nariz con fuerza para obligarlo a tragarlos. Su hermano mordió su mano y arañó varias partes de su cuerpo en el proceso, pero en poco tiempo sus ojos se volvieron pesados y su pequeño cuerpo dejó de forcejear cuando las pastillas comenzaron a hacer efecto.

Theon se alejó despacio de él y bajó de la cama, recuperando poco a poco la lucidez de su mente en la medida que las feromonas de Dex se fueron desvaneciendo en el aire. "Maldita sea" se dijo a sí mismo, dándose pequeños golpes en la cabeza como castigo por haber tenido pensamientos inapropiados con él. Se sentía la persona más horrible del mundo entero en ese momento.

Pero su momento de auto recriminación se vio interrumpido cuando escuchó el fuerte sonido de la madera al quebrarse, y de pronto los sonidos de destrucción se encontraron en el pasillo central del segundo nivel. Theon se sentó en la esquina de la cama, preso de un pánico azotador y deshumanizante, rezando a todos los dioses existentes porque su madre llegara pronto a casa.

Entonces se quedó observando fijamente a Dex, quien había caído en un profundo sueño y se percató de que el chico estaba hecho un completo desastre.

La humedad en su cuerpo era tal que ya había empapado las sábanas del dormitorio donde se encontraban y su rostro estaba surcado por lágrimas secas que discurrían en todas direcciones a través de sus mejillas; varios moretones cubrían toda la extensión visible de su cuello, y sus labios, intensamente rojos e hinchados, tenían pequeños rasguños que sin duda correspondían a las mordidas de otra persona.

Aquello solo podía significar que Lorcan lo había besado, y de forma muy salvaje a juzgar por el aspecto de Dex. Theon no daba crédito a lo que sus ojos miraban, Lorcan había besado salvajemente a un omega en celo, había perdido sus zafiros inhibidores, había tenido la oportunidad de hacer lo que quisiese con él estando solos en casa, y aun así tuvo la fuerza para separarse de él y no follárselo de una vez.

Entonces, unos fuertes y desesperados golpes en la puerta de entrada al dormitorio donde se encontraban lo sobresaltaron, tragó en seco y se puso de pie frente a la puerta, esperando que su mejor amigo, Lorcan Xerac, o su alter ego, hiciera su aparición en aquella gélida estancia. 

Y todo ardía en azul ❀ By Luna VegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora