SeungMin se dejó sumergir entre el sueño y el agua cargada de la tina, cerrando los ojos de este mundo para enfrentarse a una eternidad oscura, sintió frío y sus vellos se erizaron mientras en su interior sentía miedo, aunque no supo de qué, dejó que la luz apareciera de nuevo, hasta ser rodeado completamente por esta, se vió ahora en una infinidad blanca y luminosa, sus ojos la recorrieron todo el vacío, sus pies retrocedieron y avanzaron mientras se sentía perdido buscando algo en aquella nada.
En su mente, sólo pudo pensar en encontrar a HyunJin, había echo aquello para poder, de una vez por todas, salir del infierno de la culpa y la soledad, y estaba entrando en pánico de que todo aquello había sido en vano y que terminara sintiéndose igual sólo que en la eternidad del más allá o donde sea que estuviese.
—SeungMin...
Se volteó quizás demasiado rápido, porque casi cae al suelo, pero sus ojos se encuentran después de lo que parecieron siglos.
El rubio tiene lágrimas en los ojos y no puede evitar comenzar a llorar, negando, y el de cabellos castaños sólo puede ir corriendo a él para abrazarlo, las piernas de ambos son débiles y terminan arrodillados, mientras sollozos y lágrimas se combinan en su tembloroso abrazo.
—Lo siento, Hyung —murmuro, entre llanto—. Lo siento por discutir, lo siento por no ir tras de ti, lo siento por tener celos de-...
—No tienes que estar aquí —lo interrumpió el mayor—... SeungMin tienes que disfrutar la vida, no tenías que seguirme, eres un idiota.
SeungMin apretó sus labios, se sintió molesto, se separó de él para mirarlo a los ojos, con las manos apretadas sobre los hombros de su novio.
—No puedo... No puedo sin ti, Hyung, ¿No ves que ya no puedo vivir? Estar sólo a pesar que estoy con alguien a mí lado, sentirme culpable por no pedirme disculpas, por no hacer algo bien con lo único bueno que tenía en la vida... Estaba muerto en vida —lágrimas corrían por sus mejillas de forma acumulada—. Y todo se va a la mierda y me siento cada vez peor cada vez que respiro y nadie puede evitarlo... Porque el único que podía eras tú, y ya no tenía a nadie.
HyunJin sollozo, acercó sus manos al rostro de SeungMin, acarició sus mejillas, el menor lloró sobre sus manos también.
—Yo lo intenté... Intenté no dejarte, yo estaba ahí, ¿No te diste cuenta?
SeungMin hizo una pausa para recordar, buscó en los ojos de su amado la respuesta.
—MinHo...
HyunJin asintió con ganas.
—Sólo el me escuchaba... Pero estuve allí, estuve contigo, no me veías, él sí... Lo usé para cuidarte aunque al principio no fue fácil... Ya lo tenía, SeungMin, creí que te estaba salvando, Honie también lo quería... —sollozó—. Y no tendrías que haberlo hecho, SeungMin...
—HyunJin... Soy egoísta, pienso por mí mismo, y... Por más que te esforzaras yo no iba a ser feliz... Nunca volvería a ser feliz sin ti, a mí lado... Y me perdí, me perdí entre toda la soledad y la culpa y la melancolía y ya nadie podría encontrarme, ni un psicólogo, ni MinHo mandado por ti... Porque te necesito, no quería volver a ser lo que era antes de ti, no puedo soportarlo.
HyunJin negó, seguía sin estar de acuerdo.
—Por favor, HyunJin... Respeta la decisión que tome —suplicó, acercó su rostro al de él, sus narices se acariciaron con suavidad—. Quería algo de felicidad y no lo iba a encontrar en vida... Porque ya no estabas, déjame estar contigo, es lo único que quiero —y juntó sus labios de nuevo, después de tanto dolor y espera, encajaban perfectos como siempre habían sido, y el menor correspondió con melancolía y lentitud dolosa, mientras sus lágrimas se mezclaban con sus labios en un beso mucho más amargo que de que SeungMin hubiera imaginado, así que cortó el reencuentro para mirarlo con súplica—. Por favor, HyunJin Hyung, ámame a pesar de lo que he hecho...
HyunJin lo miró y dudó unos segundos, al final, tomó su manga, de sus blancos ropajes, limpió el rostro de su novio, para luego hacer lo mismo con el suyo, sonrió ligeramente.
—Si estás aquí entonces... Es porque ya no hay nada que hacer, SeungMin —murmuró—. Entonces... Te amo igual, SeungMin.
Y el menor sonrió; sonrió ampliamente como no lo había echo en todo ese tiempo, y el mayor volvió a abrazarlo por el cuello, dejó besos en su rostro y volvió a sus labios, SeungMin rodeó su cintura con sus brazos, mientras se perdían en su reencuentro, besándose con cariño por largo rato, hasta separase y mirarse con todo el amor del mundo.
—Sabes... Siento que MinHo se está desesperado un poco, le diré.
—Iré contigo —SeungMin tomó su mano con cariño—. A dónde sea.
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