Erika

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Erika es una chica que a simple vista luce normal, pero en realidad ella es muy diferente a todas las otras chicas de su clase, partiendo por sus peculiares gustos, de ropa, películas, ambiciones, pero sobretodo, que le gustan las mujeres, secreto que ha guardado desde hace un tiempo.
Bueno. Ella? Ella es ni muy alta ni muy baja, es delgada, no esquelética pero si muy bajada de peso. Su pelo es de un extraño tono entre negro y rojizo. Sus ojos verdes como la esmeralda, al igual que su padre. Labios levemente gruesos y con un tono natural. Busto no prominente y trasero regular, pequeño y levantado. Su cara esta rodeada de pequeños lunares que le dan un toque especial a su rostro. Pero a decir verdad ella nunca estuvo conforme con su cuerpo.
Que como descubrió que era lesbiana? Pues todo comenzó cuando ella tenia entre cinco y seis años. Erika veía que todas sus amigas jugaban a la familia, un chico como el padre y una niña como madre. A ella no le gustaba eso. Siempre daba la idea de jugar siendo la madre y otra chica el padre. Todos sus "amigos" la molestaban por aquello.
Pasaron los años y no sentía atracción hacia ningún chico, siendo que todas sus amigas ya tenían novio o un "crush" al que seguían con la mirada cada momento en que pasaba el frente de ellas. En cambio, Erika no se fijaba en esos niños supuestamente guapos. No, ella ponía su mente en las chicas. No de forma obscena. Sino que con una dulzura y atracción en el sentido de que solo las encontraba lindas.
Ya a sus quince años todos en su escuela la molestaban de vez en cuando, ya que no usaba falda ni vestido como las otras chicas, o que ella no se maquillaba, o porque nunca se había escuchado ningún rumor sobre ella y otro chico.
Poco a poco fue dándose cuenta de su homosexualidad, a través de el desarrollo de sus gustos.
Erika se encontraba en el grupo de las "populares" de su clase, aunque solo se llevaba bien con una chica de esa extraña "secta de barbies".
En fin, ya llegando a sus 17 años, con la idea clara de que ella es lesbiana, comienza a reflexionar sobre su vida, lo mucho que ha sufrido debido a su gusto, y que no se sentía satisfecha con solo mirar a otras chicas y pensar en lo guapas que eran, sino que necesitaba cercanía, a alguien con quien compartir esto. Alguien que la entienda. No necesariamente una novia. No. Solo a una persona que la entendiera, unos brazos que la acogieran y un hombro en el cual llorar.
Un día como cualquiera de su semana clónica y rutinaria, la profesora de su clase ingresó a la sala acompañada de un chico. Se paro hestrecha al frente de todos sus alumnos, hizo silencio y dijo:
-Queridos alumnos. Les quiero presentar a su nuevo compañero Luis. El se unirá a nosotros por el resto de las jornadas escolares, espero que lo acepten e incluyan como si ya lo conocieran, muchas gracias.
Erika estaba en su banco en la esquina de la sala, dibujando caricaturas, y como siempre, sin prestar atención.
En un momento, la profesora, Carla, tomó la palabra y dijo:
- Luis, algún comentario?
Luis se sonrojó, mojó sus labios con su saliva, respiro suavemente y tomó la palara:
-Bue.... Bueno... Me ll... Me llamo Luis Marccus... Espero agradarles a todos... Y... Bueno, eso...
-Y que nos dices de tus gustos?- dijo la profesora con un gesto amigable y tierno.
- M...Mis gustos?... Eeeh... Me gusta dibujar caricaturas... Jugar videojuegos..... Comprar ropa y... Probarme nuevos peinados.
Un chico de la clase soltó una carcajada. La profesora lo regañó.
Al escuchar sobre sus gustos, Erika levantó la mirada y vio fijamente a Luis. En ese momento supo que podría ser él su nuevo amigo.

Y si la princesa quiere ser príncipe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora