El cielo de Karmaland estaba tan azul brillante como todo el tiempo, el sol se posaba en lo más alto de las montañas indicando el medio día. Los pajarillos cantaban de aquí para allá a través de la ventana de la oficina del juez Vegetta, mientras este acomodaba y leía de barrido los documentos que yacían en sus manos, analizandolos antes de dirigir sus ojos violetas a sus ojos marrones. Con una mirada seria, pero un tanto irónica en su rostro, pues no podía creer que esto realmente estuviera pasando, comenzó a hablar después de carraspear.
-Bueno Quackity, hijo. Es una pregunta algo obvia, pero ¿estás dispuesto a asumir el cargo como alcalde suplente? -. el chico pato sólo le dirigió una mirada obvia y sonrió socarronamente.
-Pero por supuesto que sí Vegetta. ¿Qué no ves que es para lo que he estado preparado desde siempre? Uy, estoy seguro que para esto es lo que nací y vas a ver que yo seré un muchísimo mejor alcalde que nadie -.
-Bueno, pues con esa seguridad me siento seguro yo también. Así que firma aquí, aquí y aquí para que el puesto pueda ser tuyo de manera oficial -. señaló el juez en los papeles al mismo tiempo que le pasaba un bolígrafo a Quackity.
El silenció reinó en la habitación, más que el sonido de la pluma escribiendo en las hojas y los pajaritos cantando eran lo que hacían menos tensa esta situación. A decir verdad, Vegetta no sabía qué temas tratar con Quackity, ya que, últimamente se le había visto algo inestable, comprensible el por qué, pero no dejaba de ponerle los nervios de punta cada vez que lo miraba a los ojos cuando se encontraba en ese estado. Tosió, ganándose la atención del menor.
-Bueno... No sé si te interesa, pero la investigación no ha progresado mucho que digamos. Ni una pista ni nada. Es como si se hubiese esfumado con el aire -. tragó en seco al notar que su mirada se afilaba un poco. - y quería saber, ¿como alcalde harás algo porque esta investigación pueda ser concretada de manera correcta? -.
-Vegetta, yo estoy dispuesto a cumplir con todos las demandas que haga el pueblo de Karmaland, esta no es solo mi candidatura, es del pueblo y si ellos quieren que él sea encontrado, pues así será -. suspiró -Porque yo seré alguien más capaz y de mano firme -. entregó los papeles.
-Pues no se diga más niño. Felicitaciones por tu nuevo puesto como alcalde de Karmaland. Espero que tu primer damo y tú disfruten de este momento por el cual se prepararon con tanto esfuerzo -. Aplaudió y le señaló a Quackity la salida de su oficina.
Sonrió, y se levantó de la silla mientras intentaba contener ese sentimiento tan fuerte de euforia que reinaba y bailaba tan fuertemente por todo su cuerpo, mientras caminaba hacia la salida inhalaba y exhalaba aire de una manera errática y las manos le temblaban nerviosas. Pues finalmente se hizo justicia de una manera u otra, ya que por fin consiguió ese puesto que le fue robado injustamente por esa rata traidora que se hizo llamar su mejor amigos desde que sentó su estancia en Karmaland. Bah, aún no podía creer que en serio decidió confiarle todos sus secretos a ese maldito traidor que le robó su única razón de existir. Pero no había tiempo de pensar en eso, porque ahora él era el nuevo alcalde.
Al salir, estaban todos los héroes de Karmaland, sus amigos, sus verdaderos amigos. Con sonrisas en sus rostros, alegres por un momento el cual ya habían estado esperando hace varios días. Al verlo salir, todos se acercaron ansiosamente mientras coreaban sus felicitaciones al mismo tiempo que lo abrazaban de manera grupal.
-Esto amerita una celebridad -. exclamó Staxx.
-Enhorabuena Quackity -. dijo Alex.
-Te lo mereces, esto ha sido tuyo desde un primer momento -. continuó Rubius.
-¡Fiesta en casa de Vegetta! -
-¡Fargan no! -. exclamó este saliendo de su oficina.
-Felicitaciones Quacks -.
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Todo por tí
Short StoryDonde Luzu desaparece y los héroes inician una búsqueda o donde Quackity puede asumir el puesto de alcalde y descubre algo que era mejor dejar tranquilo. --- Se shipean solo a los cubitos Historia creada a partir de las elecciones de Karmaland, no s...