Triste Diario

Capítulo 4

Era una mañana normal, o al menos para Karma, el despertar llorando ya era una rutina para el, pero era un poco diferente, ya que se sentía abrumado, no solo por sus sentimientos, si no también porque mañana sería el regreso a clases, ya tenía suficientes problemas para tener que lidiar también con la escuela

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2 de enero del 2017

Querido diario:

Hoy es un día normal, o al menos para mí, ya que no creo que haya gente que se despierte con pesadez y lagrimas en sus ojos todos los días

Bueno, dejando eso de lado por el momento, adivina, mañana será el regreso a clases, que felicidad, vaya, hasta escribiéndolo se nota el sarcasmo, como sea, no se si estoy listo para regresar, no he descuidado mis estudios, claro que no, solo...

Siento que algo malo puede llegar a pasar, además que de por si era cansado fingir una sonrisa para mí mismo, ahora tendré que hacer todo el tiempo, no quiero que me pregunten

¿Estás bien? ¿Te sucedió algo? ¿Pasó algo? No quiero preocuparlos, y tampoco quiero recibir burlas por parte de las otras clases

Claro, podría pensar "Pero Karma, que hay de tus padres, seguro se darán cuenta", cosa que jamás pienso, ya que casi nunca están conmigo, y las pocas veces que lo están solo me preguntan cómo va en los estudios, y que tengo que ser mejor

Tengo que ser perfecto, demostrar que soy su hijo, y cosas así, y aunque no quiero admitirlo, me duele cuando dicen eso, ya que solo me hacen pensar que para lo único que sirvo es para los estudios, que de ahí en adelante no importa nada de mi, más que eso, cosa que en realidad me hace daño

No se imaginarán cuántas veces he llorado en silencio por cada cosa que me decían, es simplemente, muy doloroso, algunas veces incluso casi les gritó, cosa que quiero evitar en un 100%

No es que no los aprecie, todo lo contrario, pero aveces solo quisiera que me abrazaran y dijeran "Lo sentimos Karma, no debimos de exigirte tanto, así que dinos ¿Cómo estuvo tu día?", algo que tal vez no pase, y seguramente nunca lo hará

Eso es todo por el momento, gracias por estar aquí para mí, adiós

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Una vez escribió la última palabra guardo el diario en un cajón de su escritorio y se metió al baño, lugar en donde enjuagó su rostro para limpiar las lágrimas secas de esa mañana