no satisfaction ○ yeongyu

3.

Yeonjun sollozó ante la evidente diferencia de temperaturas en sus cuerpos. Difícilmente, Yeonjun podía estar caliente, se sentía totalmente frío, aquello no evitaba que su excitación bajara.

Beomgyu estaba, muy a diferencia de Yeonjun, jodidamente caliente, en todo aquello que la palabra podría explicar.

La mano de Yeonjun se atrevió a explorar el cuerpo del demonio. Sintió la sonrisa de Beomgyu acercarse.

—¿Eres tímido?—preguntó Beomgyu, tomando la mano de Yeonjun, la llevó hasta la curva de su trasero, esperando no tener que hacer más por el incipiente humano.

Beomgyu notó cómo todo Yeonjun estaba temblando. Sonrió feliz. Estaba tan feliz de que los pervertidos existieran.

Yeonjun tomó un fuerte respiro, esperando no lucir tan asustado como realmente lo estaba. Deslizó su mano por la piel, las velas no dejaban ver mucho, pero por su tacto pudo reconocer la suavidad de la piel del demonio. La ligereza y sutileza de los movimientos de Yeonjun comenzaban a aburrir a Beomgyu.

—¿Qué pasa, cariño?—preguntó—¿No te gusto?—cuestionó, su voz manchada de falsa adoración, quería sonar como un ser inocente y no como un demonio que podría desaparecerlo si así lo quisiera.

—No—sonó con un leve tartamudeó, la sonrisa que Beomgyu le regaló tocó cada uno de los puntos que Yeonjun no esperaba tener.

Los bonitos labios rojizos se acercaron hasta la altura de su rostro. Yeonjun sintió la tenue respiración cerca, tragó saliva anticipadamente.

—¿Aún me tienes miedo?—cuestionó, Beomgyu se inclinó. El largo cabello del demonio le hizo cosquillas en el rostro—Eso me hace sentir tan triste—dijo con pesar, miró los oscuros ojos del humano. Puchereó, Yeonjun no se perdió de ningún movimiento del demonio. Aún así, logró sorprenderse cuando Beomgyu tomó su polla—Aquí no te ves tan asustado.

Yeonjun tomó aire con fuerza. La mano de Beomgyu estaba caliente, tomando su polla perfectamente, cómo si la conociera de memoria, cómo si supiera exactamente lo que deseaba.

—¿Quieres que la chupe?—cuestionó, un lento sube y baja se instaló desde el inicio de su polla hasta su glande, Yeonjun ni siquiera podía articular una palabra. Beomgyu frunció el ceño—Dime—la mano sobrante del demonio tomó forma de nuevo sobre su cuello, Yeonjun sintió las uñas de Beomgyu enterrarse en su cuello.

Probablemente sangró, Yeonjun no estaba muy consciente de aquello.

—Sí.—logró soltar. Beomgyu le dirigió su mejor mirada matadora, inclinándose sobre el cuerpo de Yeonjun, ivandiendo cada vez más el espacio del humano.

Yeonjun intentó buscar algún aroma específico, pero el demonio solo olía a las velas rojizas que había puesto en su habitación.

Observó la cabeza rojiza que se cernía entre sus piernas. La imagen era obscena, y se tornó terrible en el momento que Beomgyu tomó la punta de su polla, estaba hinchada, había estado sosteniendo con reticencia aquella erección, no sabía a quién agradecerle hasta que Beomgyu chupó y pasó su lengua por toda su longitud. La humedad de la saliva de Beomgyu sobre su miembro no hicieron mucha más que encenderlo.

Había olvidado incluso que estaba en el piso. Erróneamente, buscó un sitio para apretar. Necesitaba descargar su necesidad más allá del demonio que le chupaba la polla como si no hubiese otra cosa. Su puño se cernía sobre la nada.

—Mierda—.

Beomgyu tomó toda su longitud en su boca, sin dejar piel sobrante por chupar. Yeonjun podía sentir su polla a fondo en la garganta del demonio. Decidido, por primera vez en la noche, llevó su mano hasta los rojizos cabellos y cerró su puño en ellos. Con un limpio movimiento de caderas clavó su polla más profundo en la garganta de Beomgyu. Necesitando más de aquella humedad que lo rodeaba.