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- Donghyuck, se supone que debes comer algo- murmuró Mark.

- Lo comeré después, ya, pero... Tu olor, me calma, quédate.

Mark se ahorró el suspiro, se quitó los zapatos y se acercó a Donghyuck con lentitud, sus ojos se abrieron de más y su corazón latía con fuerza cuando el Omega lo abrazó, y hundió el rostro en su cuello, llenando sus pulmones de su olor.

Donghyuck quedó sobre él, su mejilla apoyada en su hombro, una pierna enrredaba en la suya, y los brazos rodeando su cintura, su nariz dejaba cosquillas en su cuello.

El olor a tristeza comenzó a bajar a los minutos, el olor a flores y a fresas del Omega aparecieron, y cuando estuvo tranquilo, Mark se sorprendió de encontrar otro aroma.

Miel- murmuró.- También hueles a miel...

Donghyuck soltó una débil risa.

- Jaehyun decía que olía a miel sólo cuando estaba feliz... Es raro que lo sientas, ya que me siento como la mierda por dentro.

— Donghyuckie... — Mark acarició su espalda suavemente.- Tú no te preocupes... Tu alfa te esta cuidando desde un buen lugar, ¿Sabes? Él está velando por tí, y te espera con toda la paz y tranquilidad del mundo, puedes tomarlo con calma que él estará allí para tí. Y hasta entonces, puedes disfrutar del mundo que queda aquí.

Donghyuck permaneció unos cuantos segundos en silencio.

- Voy a extrañar a Jeno- murmuró.

-Puedes pasar todo el tiempo que quede con él, él no tendrá problema.

-Sabes... Antes de todo esto... Con Jae teníamos muchos planes futuros, pero ahora... Ya no quiero hacer nada.

-Es algo normal, Donghyuck, sentirse así después de algo como lo que te está ocurriendo.

— Siempre quise tener un cachorro, Mark- continuó desahogandose el Omega, el enfermero lo dejó hablar, mientras acariciando sus cabellos suavemente.- Jaehyun nunca fue muy fanático de la idea de tener un hijo, aunque ya lo estaba convenciendo...

Mark sintió las lágrimas de Donghyuck caer sobre su piel.
- Supongo que ahora él no va a poder conocerlo- murmuró el rubio, una de sus manos dejó la cintura de Mark para ir a su vientre. Las cejas de Mark se alzaron, se giró hacia él para mirarlo, atónito.

- Donghyuck... ¿Estás embarazado?

El Omega tembló del llanto y el Beta lo atrajo más a su cuerpo como consuelo.

- No importa igual— murmuró Donghyuck.- Ya ni siquiera yo lo voy a conocer.

-Donghyuck... Puedes vivir, por tu cachorrito.

—¿Para que no tenga padre? ¿Para que yo no tenga alfa? ¿Para que estemos sólos? - su tono sonaba algo enojado.

Mark suspiró mentalmente, era todo lo que un Omega pensaba y sufría, por más que Mark pudiera darle todos los argumentos y fuerzas para seguir viviendo, simplemente no podría contra la depresión de un lazo roto, así que no lo intentó, lo dejo llorar.

La puerta fue tocada suavemente.

—¿Mark Lee? ¿Donghyuck? — Jeno preguntó suavemente.- Yo... Hice la cena y
ya se está enfriando, ¿Todo va bien?

- Jeno, pasa― habló Mark, se irguió un poco, sosteniendo a Donghyuck junto a él—. Pero despacio.

El pelirosa entró con duda, la expresión de su rostro fue de pura sorpresa al verlos compartir un nido.

— Donghyuck, escuchame — Tomó sus mejillas y vió sus azulados ojos―. Debes cambiarte e irás a comer, ¿De acuerdo? No puedes dejarte estar.

Donghyuck apenas enfocó su vista en él un momento, su nariz se movió un poco cuando olfateó el aire, se acercó a su cuello para oler su aroma a madera.

- Jeno, no liveres muchas feromonas, podría afectarlo— murmuró Mark, a lo que el chico asintió―. ¿Le traes algo de ropa?

El pelirosa fue hacia los cajones, sacando un par de calzoncillos, unos sorts y una remera holgada, que dejó suavemente a los pies de la cama, sin querés acercarse y perturbar el nido de su amigo.

Mark tomó la pequeña pila y quitó la toalla que cubría la desnudez de Donghyuck, con eso Jeno cerró los ojos, pero el enfermero estaba totalmente normal, ayudo al Omega a pasar la remera y Donghyuck tomó los calzoncillos para colocarselos él mismo, sintiéndose avergonzado de la ayuda.

Apenas terminó de vestirse, se levantó con lentitud sobre sus pies, y Mark se acomodó a su lado sin dudar, antes de mirar a Jeno para que fueran a la cocina.

El Alfa había cocinado algo de pasta para Mark y él, y un té de manzanilla que sabía que Donghyuck disfrutaba, había encontrado un mix de frutos secos que seguramente Jaehyun había comprado y eso explicaba la expresión triste del Omega al verlos.

-En verdad no tengo hambre— musitó Donghyuck.

-Tomate al menos la mitad y come algo y te acompaño a la cama de vuelta— dijo Mark.

-¿Sabes que puedo ir sólo, verdad?

Sabes que quieres que te acompañe— dijo. Debo acompañarte- se corrigió.

Donghyuck suspiró con cansancio y tomó un sorbo de su té, pensando que debería colocarle más azúcar.

Jeno parecía pensativo, y no habló, nada en la cena, apenas si echó unas miradas a alguno de los dos, pero una parte de él no sabía si debía quedarse o irse.

Necesitaba tiempo también, para llorar con tranquilidad, pero también quería acompañar a su amigo, aunque le parecía absurdo, porque para eso había contratado a Mark.

Our last daysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora