Parte 1

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En un verano como cualquier otro, esperaba con ansias que mis amigos de la infancia vengan de vacaciones a mi pueblo, a mi madre no le agradaba mi amistad con aquellos niños: Miguel y Emmanuel.

En nuestros veranos juntos no la pasábamos de un lado para otro, nos encantaba escalar arboles y columpiarnos en las ramas. Odiaba cuando mi hermanito pequeño se caí y terminaba llorando el era 2 años menor que yo, siempre estábamos juntos. Nuestro hermano mayor no solía jugar con nosotros y casi siempre no la pasábamos con nuestros abuelos y primos.

Cuando nos enteramos que Miguel y Emmanuel estaban en el pueblo me puse muy feliz, ese día recuerdo haber ayudado a mi madre en los quehaceres muy temprano, me di un baño y luego Salí a verme con Esther y sus hermanos, si Miguel y Emmanuel tenían una hermana. En ese entonces no sabia porque me alegraba ver tanto a miguel, después de todo solo era una niña de 10 años.

Recuerdo a verme sentado esa misma tarde al lado de Miguel, quien era 2 años menor que yo, mientras que a mi lado se sentó Emmanuel, estaba feliz de verlo a el también pero solo tenia ojos para miguel. Platicamos todos juntos incluidos mis primos quienes se nos unieron a la platica luego de un rato. Todos de niños sabíamos que al dar las 7 debíamos regresar a casa y mas en mi caso, mi madre era muy estricta con la hora de cenar y no le gustaba que estuviéramos en la calle pasado de las 7 pm.

Al volver a casa estaba muy feliz deseaba que amanezca para salir a jugar con los chicos. Esa noche mientras cenaba felizmente con mi familia se fue la luz, rápidamente mi madre encendió una vela, me encantaba jugar con la vela como consecuencia termine quemando mi cabello, mis hermanos se burlaron de mi toda la noche.

Adoraba los fines de semana, porque en las mañanas mis dos hermanos y yo, nos pasábamos a la cama de nuestros padres y los 5 mirábamos caricaturas. Esas mañanas eran maravillosas nuestra madre era cariñosa y nos amaba.

Luego del desayuno mis hermanos y yo solíamos salir a jugar, mi hermano menor siempre estaba conmigo y nos íbamos para donde nuestra abuela, esa mañana no fue la excepción. Adoraba pasar tiempo en casa de mi abuela, quien viví a una corta distancia de mi casa unos 30 M para ser exacto, mi abuela tenia un gran patio y nos encantaba jugar allí, además adorábamos escuchar las historias de miedo que nos contaba nuestro abuelo.

Al llegar a casa de mi abuela en las mañanas siempre podía olerse el aroma del café recién colado y el desayuno servido. Siii!! desde pequeños todos en mi casa tomamos café, luego de una hora empezaban a llegar nuestros amigos, dejábamos cualquier cosa que estuviéramos haciendo y nos íbamos a jugar.

Ese día recuerdo que jugamos a los esposos, preparamos la boda de Miguel y Julia mi prima, hicimos un altar con lo que encontramos, usamos unas cortinas como vestido de novia e hicimos un ramo de flores que encontramos en el patio. Fue un día muy divertido, pero me hubiera gustado a mi ser la novia, aun sin saber porque.

Mis veranos en el patio de mi abuela eran increíbles, pero al caer la tarde, mi hermano y yo nos íbamos a casa antes de ponerse el sol porque esos 30 M de distancia a mi casa eran tenebrosos, ya que no había ninguna lámpara ni alguna luz que alumbrara ese tramo del camino, además de que los arboles hacían una especie de túnel en el camino.

Mi madre como de costumbre al servir la cena enviaba a mi hermano mayor a llevarle la de mi abuela, el sentía miedo al ir solo (aunque solía hacerse el valiente), casi siempre me pedía que lo acompañara, pero cuando tomábamos el camino, en menos de 5 minuto ya no veía el rastro de mi hermano, el desgraciado caminaba rápido y en el retorno solía correr, yo me hacia la valiente en ocasiones y cruzaba caminando normal, pero siempre sentía que había algo observando entre los arboles. Al llegar a un lugar con luz podía exhalar, ya que cuando cruzaba sentía que no respiraba bien y mi corazón se aceleraba.

Incluso Después de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora