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Narrador omnisciente

-Estás demente, ¿Asesinar a niños inocentes solamente por un capricho?

-No es un capricho, Hades me ama, solamente que esa mujer no lo deja ser libre.

-Entiéndelo Mente, Hades no te ama, solamente fuiste una pequeña aventura para el, a quien realmente ama es a la señora Perséfone.

-!Largo de mi vista! ¿Tu que vas a saber?

-Entra en razón Mente, no vale la pena lastimar personas inocentes solamente para recuperar un amor fallido.

-!Que te largues¡ !No quiero verte, déjame sola¡

Leuce salió de la sala dejando a una furiosa Mente sola.

A pesar de los esfuerzos de Leuce, Mente no iba a cambiar de opinión, durante muchos siglos estuvo guardando el rencor hacia Perséfone y Hades, aunque estaba agradecida de que el dios del inframundo la llevará a conocer la superficie, no iba a perdonarle el haberla abandonado a su suerte en la superficie, pero sentía más rencor hacia la pareja del mencionado ya que era un obstáculo para estar junto a la persona que ama.

-Guardias-al pronunciar estas palabras, dos entes aparecieron detrás de Mente esperando por recibir ordenes-maten a los prisioneros, a la pequeña princesa denle una muerte lenta y dolorosa, quiero que sienta el dolor que yo sentí con la traición de su padre

Narra Melanie

-Chicos, traigo sus armas-me asome por la rendija de la puerta y pude ver a Leuce cargando con dificultad las armas que usaríamos para escapar, para después dejarlas en el suelo para sacar unas llaves-en el momento en que salgan sus poderes regresarán de poco en poco, así que no intenten usarlos bruscamente porque pueden llegar a lastimarse-Leuce abrió mi puerta y pude sentirme un poco más completa, por extraño que parezca, tomé la espada y el escudo y espere a que James estuviera libre

-Gracias Leuce, ¿Por donde vamos?-pregunto James al salir de su celda para tomar el arco junto a su caraj de flechas y una daga

-Por aquí, siganme-salimos del lugar donde estaban todas las celdas y pude ver que al igual que en la sala anterior todo estaba oscuro, solamente estaba iluminado por algunas antorchas que en lugar de emitir el típico color de un fuego normal, estas emitían un color verde

-Wow, antorchas color verde menta, que casualidad ¿No pudo ser un poco más sutil?-susurre hacia Leuce

-Si, a ella le fascina ese color, incluso ordenó tener cubiertos de ese color específicamente para ella y deberían de ver su habitación, es toda de ese color, paredes, sábanas, almohadas, etc.

-Ella y Percy se dan un tiro a quien es más loco respecto a los colores

-¿De que hablas James?

-El sirenito come pura comida azul cada que puede, en su cumpleaños le hacen pastel azul, aveces nos regala galletas azules que le prepara su madre, hot cakes azules, cupc...

-Ok ya entendimos, no hagan tanto ruido-cruzamos el largo pasillo hasta llegar a su final en donde se dividía en dos caminos-hacia la derecha chicos, estén alertas por si nos encontramos con algunos guardias

-Ahora que lo pienso, ¿Cómo vencemos a unos guardias espectros?

-Si tan solo tuviera mi espada invocaría a algunos guerreros fantasmas para ayudarnos

-¿Porque no lo intenta señorita Melanie? Puede que esa habilidad no sea exactamente producida por la espada

-Esta bien-nos detuvimos y clave la espada en el suelo, tome el mango con ambas manos y cerré los ojos-Yo, Melanie, princesa del Inframundo, ordeno al fantasma de Perseo que me acompañe en esta misión-al abrir mis ojos pude ver la figura espectral de un hombre vestido con una armadura de guerra griega, un sombrero y sandalias con pequeñas alas de ángel a sus lados; a su vez, sostenía una cabeza de Medusa en la mano y una espada en la otra-no puedes ser, lo logré

-¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar? ¿Quiénes son ustedes?

-Yo soy Melanie Evans, soy hija de Hades, yo te invoqué para que nos ayudes, fuimos secuestrados por la náyade Mente, necesitamos escapar, pero los guardias de aquí son espíritus así que necesitamos la ayuda de uno ¿Estarías dispuesto a ayudarnos por favor?

-¿Se puede saber la razón por la cual esa náyade los mantiene cautivos?

-Por venganza querido héroe, está molesta por las acciones realizadas por el señor del inframundo y su señora en contra de ella hace eones

-Que acto tan vil, querer descargar su furia en contra de unos jóvenes inocentes que ni siquiera estaban en este mundo cuando sucedió, os ayudaré con gusto

-Perfecto, porque ahí vienen unos guardias-comento James haciendo que todos fijemos nuestra vista hacia adelante, donde, efectivamente, se venían acercando dos guardas espectros con sus cetros

-Cuidado con sus cetros, lanzan rayos muy dolorosos-dije sacando mi espada del suelo

-Tranquilos, yo me encargo-Perseo levanto la cabeza de medusa y está irradio unas luces verdes de sus ojos ocasionando que los guardias se conviertan en piedra

-¿Que demonios paso?-pregunte acercándome a los guardias-¿Como fue posible eso?

-Soy un fantasma al igual que ellos, mi cabeza de medusa puede transformar en piedras tanto a vivos como a fantasmas

-Ok, tiene algo de sentido

-Debemos seguir caminando, puede que aparezcan más-le hicimos caso a Leuce y continuamos nuestro camino hacia la salida, y tal como dijo, fueron apareciendo más guardias conforme avanzabamos, pero Perseo los transformaba en piedra, estuvimos corriendo por lo que a mí parecer fueron unos 10 minutos hasta que nos topamos con una puerta-ustedes sigan, debo crear una distracción para que no los persigan, los veré en la entrada de la cueva, solo deben seguir derecho y después dar vuelta a la derecha

-No podemos dejarte sola con ella Leuce, podría hacerte daño

-Mientras que mi árbol esté a salvo en el inframundo yo estaré perfectamente bien, así que no se preocupen por mi, adelántense ustedes, ella sospechará si no le llevo la cena a tiempo, solo voy y regreso con ustedes, pero por si no regreso...

-No digas eso Leuce, nos veremos de nuevo-dije tratando de sonar confiada de mis palabras, pero en realidad estaban muy preocupada por lo que le pudiera suceder al ir ella sola con Mente

-Esta bien, pero como quiera tomen esto, son unas algas que les ayudarán a respirar bajo el agua el tiempo suficiente para llegar a la superficie, espero que el mensaje que mande le haya llegado a su amigo hijo de Poseidon y que ya se encuentren cerca de aquí para que les ayuden, nos vemos en unos minutos

-Ahi nos vemos-tome las algas y las guardé en el bolsillo de mi pantalón, Leuce se fue por la derecha y nosotros pasamos por la puerta y tal y como nos indicó seguimos caminando derecho-se siente muy tranquilo aquí, es muy raro que no nos hayamos topado con ningún guardia, espero que esto no sea como en las típicas escenas de las películas de que nos topamos con la villana en la mera salida

-Mel esto no es una, es la vida real, no creo que llegue a pasar eso

-No comprendo de lo que están hablando, pero concuerdo con el chico de cabello extraño

-Cierto olvide que seguías aquí Perseo, creo que ya es momento de que regreses a descansar, muchas gracias por ayudarnos-nos detuvimos y volví a clavar la espada en el suelo-por órdenes de la princesa del inframundo, te ordeno Perseo que regreses a tu descanso eterno

-Suerte en su viaje jovenes semidioses-el fantasma de Perseo desapareció dejándonos a James y a mi completamente solos.

Ninguno de los dos dijo absolutamente nada y continuamos con nuestro camino hasta llegar a la desviación que nos había dicho Leuce, al girar pudimos ver a unos pocos metros una luz azul mar indicándonos que efectivamente era la salida.

-Perfecto cada vez más cerca de la libertad-continuamos el camino hasta llegar a una verdadera cueva submarina, estaba cubierta con unas piedras cristalinas-finalmente libres

-¿Están seguros de esos semidioses?

-Tenias que hablar James

La Hija De Hades Donde viven las historias. Descúbrelo ahora