Un error de los grandes [BnHA]

Capítulo único.

Un error de los grandes.

La ciudad de Musutafu hervía de actividad en esa brillante y fría tarde de domingo. Givré Bourgeois conducía a su hermana mayor, Azure, a través de la multitud de personas que paseaban, guiándola con pericia por esa ciudad a la que ya estaba empezando a conocer a pesar de haber llegado a ella hacía menos de dos meses. A diferencia de Givré, Azure nunca había puesto un pie en Musutafu, pues había estado muy ocupada con el trabajo de investigación que le había dado el título oficial de médico cirujano, así que ésa era su primera visita a tan conocida ciudad y por lo mismo permitía que su hermana le dijera a dónde había que ir. Ambas tenían la ventaja de que hablaban el idioma local, aunque eso no evitaba que se sintieran como lo que eran, un par de extranjeras que procuraban pasar desapercibidas en tierra ajena.

– Esta ciudad es mucho más grande de lo que pensé –comentó Azure, cuando Givré y ella dejaron una tienda en donde adquirieron algunos artículos que necesitaban–. Y me sorprende la cantidad de héroes que hay, en pocas localidades he visto tanta vigilancia.

– Tengo entendido que el país ha estado bajo ataque constante en los últimos meses –respondió Givré–. Es normal que haya tantos héroes patrullando.

Las hermanas Bourgeois eran un par de francesas que pertenecían a Les Bleus, una organización de búsqueda y rescate que viajaba por el mundo ofreciendo sus servicios a quien los solicitara. Si bien Les Bleus enviaba pequeños grupos de avanzada a varias partes del planeta para poder atender la mayor cantidad de peticiones que les llegaban, el núcleo principal de la organización se concentraba en la Isla Paradise, una nave-islote de alta tecnología que funcionaba como una ciudad pequeña y que podía movilizarse por agua o por aire, según las condiciones del terreno a recorrer. La Isla Paradise había llegado a Japón dos meses atrás con la mayoría de los integrantes de Les Bleus, en respuesta a un llamado urgente del gobierno japonés ante una ola constante de ataques provenientes de un enemigo que estaba en vías de convertirse en una amenaza mundial. Si bien Azure y Givré desconocían lo referente a ese enemigo, sí estaban enteradas de que no hacía mucho había habido un enfrentamiento contra alguien llamado All For One, que aunque había sido derrotado y recluido en una prisión de seguridad máxima, seguía siendo considerado como una amenaza.

– El gobierno japonés debe temer que algo grave se avecina, si no ha dudado en traer médicos y rescatistas extranjeros para ayudar a su población –comentó Azure–. Deben de creer que su propio personal será insuficiente para atender a tanta gente.

– Pero estás más que lista para eso, ¿o no, Zuri? –arguyó Givré, con una sonrisa presuntuosa–. Seguro que te mueres de ganas de mostrar tus habilidades.

– La que se muere de ganas de eso eres tú –replicó Azure y le dio un breve empujón.

Ambas rieron y continuaron con su paseo por la bulliciosa ciudad; a pesar de que había todo tipo de ciudadanos de aspecto que podría llegar a considerarse extraño, las dos llamaban la atención debido a que claramente no eran japonesas. Azure tenía veinticuatro años, su cabello era de un azul muy oscuro y tenía los ojos color uva, además de que era lo suficientemente alta como para sobrepasar a la mayoría de las mujeres de la localidad. Givré tenía sólo quince años, su cabello azul era de un tono mucho más claro que el de su hermana y sus ojos eran de color mauve, y si bien no era tan alta como Azure porque todavía estaba en crecimiento, todo parecía indicar que alcanzaría su estatura. Por otra parte, su acento extranjero las delataba, por mucho que trataran de evitarlo; al menos, ya no había en Japón el rechazo que existía años atrás hacia cualquier cosa que viniera de Occidente, aunque con los recientes ataques los ciudadanos se habían vuelto más cautelosos con cualquiera que proviniera de otras tierras.