04

254 45 88
                                    

Un cachito de cielo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un cachito de cielo

Todo era tan confuso.

Como un buen ser humano funcional, tuvo ambiciones fuertes y al mismo tiempo carencia de actitud. Se aferró sin remedio al goce de observar sus sueños cumplidos a manos de externos, se debilitó mentalmente pensando en la mediocridad, siendo conformista con sus méritos y avances. Chifuyu se había matado largas noches estudiando, trabajando y llorando para llegar al puesto de trabajo que tanto ansió y que ahora detestaba.

Chifuyu llegó al punto de su vida donde una celdilla le privó el vuelo y lo hundió hasta las profundidades de un estanque inseguro. Día con día le carcomían los malestares más primitivos; de no ser porque los atardeceres todavía no se contaminaban por completo de humo industrial, habría odiado también al entorno natural.

Ese espacio tan basto y destruido que merecía paz.

Tal vez Chifuyu Matsuno debía dejar de culparse por toda la maldad, la destrucción y las ruinas que había en el planeta, pero compartía la especie con los destructores, tenía la tendencia consumista, la pereza y las acciones castigadas por personas peligrosas que no daban la libertad de intentar mejorar el mundo. No era su culpa que la humanidad fuese actualmente una mierda tecnológica con contrastes de inteligencia demasiado drásticos.

Era humano, fracasaba como todos. Era apasionado, se aferraba y sabía cuando dejar ir a las personas, reconocía la toxicidad. Era tonto, era...iluso.

El momento fue inadecuado para darse la dosis mental de insuficiencia, de deterioro. No era la hora para consumirse en culpa y odio propio, en su lugar, una sonrisa caería a la perfección, pero simplemente no podía estirar la boca y fingir el más puro y sincero sentimiento de felicidad. Una semana fue una burla para darse tan siquiera una buen ensayo de su reacción para con su lover.

La "persona" frente a sus ojos era una sátira de sus crisis, inyectaba pavura. Fue reveladora y casi explosiva la neblina que se le metió por los oídos para  perturbar su alma, no entendía porqué de pronto la vida le parecía una estupidez y solamente quería recostarse bajo la sombra de un árbol a observar los brillitos del Sol jugando con las hojas. 

Kazutora Hanemiya era eso que quería profundamente, era misterio y búsqueda incesante, era la muestra de la evolución humana. 

Era...el hombre que le tomaba de las mejillas y lo estudiaba pacientemente.

—¿Qué me está haciendo? —le preguntó a Yuzuha, consternado. Solamente había visto un punto de la pared sin apreciar sus detalles, se tragó la angustia al ver el robot acercarse a él y no respondió al tacto frío sobre su cara. 

—Tranquilo, te está conociendo.—llevó sus manos a la altura de su nariz, andaba risueña y Ran le copiaba el ánimo.

¿Qué? 

Un robot ideal ♡ [Kazufuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora