⚠️LA HISTORIA OCURRE EN UN AU CREADO POR MÍ, CONTIENE OC'S⚠️
🌽-Todos dicen que Sonic el erizo es alguien libre y aventurero, alguien a quién no le interesa relacionarse con otros de manera romántica y que prefiere tener buenos amigos.
🍠-Por su l...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Angel island, una solitaria y hermosa isla elevada en lo más alto del cielo gracias al poder de la esmeralda maestra. En la parte más baja de la isla hay un pequeño poblado que cuida del lugar ayudando a su guardián, Knuckles, el último echidna sobre la tierra, un guerrero de gran carácter que cuida la piedra preciosa en la cima del altar sagrado. Junto a él siempre está Chaos, una seedrian de la misma especie de Cosmo, que vino a la tierra buscando la esmeralda maestra. Al principio tuvieron algunos problemas pero ahora se llevan bien.
El equidna estaba esperando a Sonic, su rival y amigo desde siempre. El y Tails los llevarían al festival otoñal en pumpkim hill, celebrando la migración de los chao hasta Angel island, así que debían estar preparados.
– Knuckles, ¿Te gustan estas flores?– Dijo la seedrian sacando al echidna de su trance. Estuvo perdido toda la mañana. – Ah si, son bonitas... Debo levantar la defensa.– Bajó del altar serio, estaba muy raro. – Seguro está preocupado por la esmeralda, no quiere dejarla.– Chaos se asustó un poco al oír una voz detrás de ella.– Ay perdón, ya se que no debo aparecer así.– La autora de aquella voz era Tikal, la guardiana espiritual de la isla. – Si te quedas tú no creo que haya problemas, las defensas son muy fuertes.– La echidna sonrió y la seedrian trató de devolver el gesto lo mejor que pudo. Las dos se quieren mucho aunque a la segunda le cueste demostrarlo.
El rojo estaba levantando los paredones que cubrían la esmeralda y bloqueaban su poder para que no se pueda rastrear, fueron un regalo de Tikal y de los espíritus para que Knuckles pueda salir de la Isla y vivir su vida.
Él no quería eso... Él quería cumplir su misión.
A lo lejos se oyó el inconfundible sonido de la hélice de un avión anunciaba la llegada de los chicos a la escena. Miles Tails Prower y Sonic el Erizo, los mejores "amigos" de Knuckles.
– ¡Hey Knux! Cuanto tiempo sin vernos, amigo.– El rojo no pudo esconder el rubor en su rostro. El avión aterrizó y el erizo corrió rápidamente hasta el altar, es conocido por ser increíblemente veloz.– Hola señorita Tikal, Hola Chaos.– Hizo una reverencia ante las dos, haciendo reír a la mayor. – Bienvenido Sonic, ¿Cómo has estado?– La echidna devolvió el saludo alegre. – Ya sabes, siempre buscando aventuras y eso, todo estuvo bastante tranquilo por allá.– Sonreía como siempre. – Lo mismo digo, hace rato que no veo a Rouge.
Knuckles miraba la escena desde su lugar, no sabía bien lo que pasaba pero no le parecía que Sonic sea tan amable con ella, Tikal es como una hermana para él y Sonic es... ¿Qué es? ¿Por qué se pone así si solo son amigos? ¿Son celos? Estaba tan metido en su propia mente que ni siquiera había saludado a Tails.
– ¡SE LLEVAN LA ESMERALDA!– Gritó el zorro amarillo para llamar la atención de Knuckles. – ¡NO ESTOY CELOSO!– Todos quedaron en silencio mirando al echidna rojo con cara de "Y a este que mosco le picó".
– Knuckles, si no te sientes bien sería mejor que te quedes.– Se preocupó Tails. – ¡Estoy bien! ¿Quién dijo que me pasaba algo?– La echidna mayor entendió al instante lo que sucedía. – Si es así tendrían que irse ya, el festival no tarda en empezar.– Dijo Tikal con su cálido tono de siempre – Oh bueno, entonces vamos.– Habló Sonic.– ¿Vienes Knux?– Se volteó sonriendo, prácticamente lo tenía bajo sus pies. – ¡SI!– Salió corriendo en dirección al avión de Tails sin aviso previo.
Todos se quedaron mirándole nuevamente, Knuckles era demasiado difícil de entender cuando no estaba dando órdenes a la resistencia o haciendo estrategias para luchar. Chaos era la más perdida, miró a la guardiana en busca de respuestas y solo la vió sonreír como una madre orgullosa. "Los echidna son raros" pensó.
– ¡Sonic!– Se volteó al escuchar su nombre.– ¡Cuida de mis guardianes! – ¡No se preocupe, van a estar de 10!– Al oír eso el echidna volvió a sonrojarse levemente. – ¡Oye!– La guardiana soltó una risa.
Partieron en rumbo al festival, la echidna los miraba desde abajo orando por que estén todos bien.
