Escritos Nacidos de un Suspiro

Rojo

Hoy escuché que habrá luna roja durante la madrugada.

Eso me hace imaginarme a los enamorados y lo ocupados que estarán durante ella, que saben que el rojo ardiente del amor iluminará su noche después de mucho tiempo. Aunque a la vez eso me hace preguntarme si en esa salida que tuvimos, donde también era de noche, si querías besarme como yo a ti.
Mis manos acariciando tu fino rostro y tus ojos, esos de los cuales yo no podía despegar la mirada.
Y Dios tenía tanta curiosidad, albergaba tanta incertidumbre ante cómo se sentiría si tan solo, aunque fuese muy poco, la sensación de poder tocar tus labios con los míos.

Hoy la luna se tiñe de rojo, tal como el color de las emociones que me has hecho experimentar desde la primera vez que te vi de cerca, desde que sentí tu mirada en mi también, o esas sonrisas que me devolvías y las palabras que intercambiamos en un primer momento.
Eres fresco y elocuente, estás consiente de tu poder y te aprovechas de que eres una rosa con pétalos llenos de intensidad, porque cada cosa que me has hecho se siente ya hecho, me pinchaste con tus espinas en cuanto tu brazo rodeó mi cintura y rozó mi abdomen. Y fue así como sangré.

Un rojo intenso se derramó por mi cuerpo, doliendo, una sensación que nunca había experimentado... Porque es

Peligrosa, dañina, adictiva.

Eres peligroso, dañino y adictivo.

Yacía un dolor que no provocaba alejarme; y ahora solo quiero acercarme más, quiero que me hagas sangrar más.

—Jhade R.