Una Simple Casualidad

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Mis amigas ruedan sus ojos cuando les enseño que un mensaje tuyo me ha llegado, con tu humor tan característico que es fácil despreciar.
En cambio yo evito tu mirada cuando estás cerca, porque dicen que si no lo ves no lo piensas.

Continúo con el discurso de tu presencia consecuente en mi vida a las personas cercanas a mi, pero estoy segura que ya las he hartado, estoy segura que al ver mi lengua articular cada letra de tu nombre, provoca en sus oídos un sonido parecido a un "blah, blah, blah".

El asunto en todo esto es que eres interesante a morir, pero aburrido en todo tu esplendor, abres los labios para sólo realizar maldades, aunque también solo estos se mueven para sacar a deslumbrar a su dueño.

¿Y desde cuando tu nombre es tan común? Que ahora es difícil ir a un lugar y no escucharlo por casualidad.

De verdad me encantaría que solo fueras una simple casualidad.

Pero por ahora tengo que conformarme con el dato de que no pasaré de una raya que pintamos en el piso, que no puedo permitirme ser más ambiciosa en tu campo de amoríos, porque precisamente yo no soy uno.

—Jhade R.

Escritos Nacidos de un SuspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora