Dejar ir no es fácil, es doloroso, y pesa demasiado.
Primero están los buenos momentos que viviste con esa persona, pero también está lo que no pudieron vivir juntos.
Dejar ir no solo es dejar de hablarle aquella persona, es también desaparecer todo rastro de aquella y lo que un día fuiste para esa persona, lo que ambos soñaron, los buenos y los malos momentos, las expectativas perdidas y olvidar aquel futuro que un día soñaron y que ahora solo es algo imaginario.
No es fácil olvidar todo eso, asimilar que todo lo que un día soñaste con esa persona no se va a volver realidad.
"las palabras se las lleva el viento" recuerdo aquella frase que tanto me repite mi madre, y se muy bien a lo que se refiere, lo que prometemos y soñamos un día se lo llevará el viento, aveces es mejor no prometer algo que no vas a cumplir.
Dejar ir es todo un proceso, un proceso que tomará días, semanas, meses y hasta años, y como dije antes es asimilar.
A lo largo de nuestras vidas nos va tocar dejar ir a muchas personas y nos va a doler como no tienen idea, pero de eso se trata la vida, de caer y volver a levantarse. De pronto lo que estoy citando ahora no tiene tanto sentido para ti o de pronto sí, "cada quien carga su propia cruz" ahora cito la frase que tanto repite mi padre y no solo a mi, sino a muchas personas.
Admito que dejar ir es de valientes, por eso todos lo somos.
Somos unos guerreros de la vida, aveces no es justa, aveces simplemente nos toca lidiar con nuestro propio karma y Dios sabe porque pasa cada cosa es nuestras vidas.