❝-Entonces... ¿Tecnicamente eres como un zombie?❞
Mientras que muchas personas le tienen pavor a la muerte, otras la esperan con ansias. Blair Diggory ya no quiere morir más, sin embargo lo hace desde que tiene memoria.
GOLDEN TRIO ERA
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HARRY...
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Blair había pasado seis días y doce horas en quietud mortal. Hubiera deseado no haber escuchado nada ni tener consciencia de nada.
Seis días de su muerte; seis días en los que no pudo hacer nada; seis días en los que se encontraba encerrada en sí misma sin poder llorar o si quiera hablar.
Todos estaban allí, acompañándola: sus padres, profesores, Poppy, amigos, Harry. Todos la intentaban poner al día sobre lo que pasaba fuera de las paredes de la enfermería, después de todo ella estaba totalmente consciente... pero Harry Potter no sabía eso por lo tanto, ¿por qué le hablaba como si ella realmente lo estuviera escuchando?
Blair no lo pudo pasar por alto.
Harry ¿Cómo se sentirá él? Al final de todo, fue quien trajo el cuerpo de Cedric y sólo Merlín sabe cuánto lloro y cuánto le costó a Dumbledore desprender el cuerpo de su hermano de los brazos de Harry. Sabe que estuvo algo de tres o cuatro dias en la enfermería, también sabía (y había escuchado con sus propios oídos) que el Primer Ministro de Magia había estado ahí... y había gritado como un muggle loco.
Blair tampoco sabía quién había ganado ¿Harry o Cedric? Según los pocos segundos que había tenido de consciencia antes de todo, ambos traían la copa.
Ah, eso también. Había caído prácticamente muerta frente a no sólo todo el alumnado de Hogwarts si no frente a los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons. Definitivamente los Diggory serán algo que nunca van a olvidar. Y Blair sabe cómo corren los chismes en el castillo por lo que no le sorprendería que ya hayan inventado el color de las flores en su funeral.
Se despertó a las siete y cinco de la mañana con un dolor punzante en la cabeza, en la zona de la frente; le dolía el cuerpo, puntualmente el estómago como si le hubiera golpeado un hechizo justo en el abdomen. No había nadie en la enfermería, ni siquiera Madame Pomfrey.
Se tocó la cabeza justo el lugar donde Cedric le había dado el último beso.
Y luego recordó por qué estaba allí: qué había pasado, el último beso que Cedric le había dado y las últimas palabras que había cruzado con su hermano. Blair se llevó la mano lentamente a su boca por el horror y la sorpresa de la situación, a su vez intentado ahogar un sollozo. Sus ojos se llenaron de lágrimas que no tardaron en comenzar a deslizarse por sus mejillas.
Lloro por todos los días en los que estuvo guardando su angustia; lloró por el dolor que sentía en lo más profundo de su pecho.
