Prólogo

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Prólogo

La brisa del mar me relaja.

Suelto aire y me dejo caer con suavidad sobre la arena de la playa. Mis piernas duelen, aún tengo los hematomas del reciente accidente, ya no puedo caminar como antes, necesito tener vigilancia y es lo que menos me gusta de todo esto.

Necesito privacidad para pensar todo lo que ha pasado.

Me siento traicionada y herida, también usada. Nunca pensé sentir esas sensaciones después de una situación tan traumática, mucho menos que la razón se tratara de una persona que fue tan especial para mi vida.

Duele sentirse usada.

Me ha contactado de todas las maneras posibles, ha intentado cruzarse conmigo desde lo que ocurrió, pero mis hermanos no se lo han permitido y de cierto modo se los agradezco. Hice todo lo posible para no tener contacto con esa persona.

¿Qué conseguí?

No conseguí nada. De todos modos, esa persona me encontró, y lo sé porque veo como se acerca a pasos lentos, como si de algún modo esperara que le dijera que se alejara.

Pero no lo hago.

Dejo que se acerque y tome asiento a mi lado. Ya no siento esa seguridad que sentí cuando estaba cerca, ya no tenía esas sensaciones tan agradables que tuve cuando estaba junto a esa persona.

Ahora solo siento vacío y frío.

Ya no siento nada.

Recuérdame [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora