8. Deseo

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~Constelación Eridanus~

"Y termina siempre así. Las cosas que no puedes decirle a nadie, se las cuentas a la noche"-Olga Maria Sain

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El deseo que se veía a través de sus ojos era inexplicable. Sus pupilas estaban dilatadas y no dejaba de ver mi cuerpo desnudo tras el fino vidrio que separaba a su piel de la mía.

—En este momento te ves jodidamente sexy Tess—Su sonrisa pícara me hacía sentir deseada y mi ego subía cada vez más. Le parecía sexy a Tyler, eso era algo nuevo y genial.

—Lo sé—Mis manos empezaron a deslizarse por todo mi cuerpo para tratar de provocarlo. Todo en él era lujuria y deseo.

Se acercó a mi mientras con sus manos rodeaba mi cintura. Cada dedo suyo recorría mi piel hasta llegar hasta lo más intimo de mi cuerpo.

Mi clitoris pedía ayuda. Deseaba sentirlo con todo su ser.

—Lo siento, pero por más que te desee no lo haré. Te espero afuera, el desayuno ya está listo—Maldito hijo de puta, como se atrevía a dejarme así. Esto era lo que me tocaba por estar creyendo y deseando a un egocéntrico como Tyler.

Pero...Por qué era tan difícil acostarse conmigo cuando se follaba a todas las chicas que se encontraba por ahí.

Definitivamente Tyler sería un misterio siempre, pero no iba a ser una de sus muñecas que van detrás de él todo el tiempo. Si no me quería, pues yo a él tampoco.

Al salir de la ducha no tenía ropa propia, así que opté por una camiseta negra del estúpido de Tyler y sus bóxer, pues aunque no quería, los míos estaban mojados.

Detrás de la habitación se observaba una gran sala y cocina, esto era un apartamento de lujo, lástima el dueño.

—Gracias por el desayuno—A pesar de todo se estaba comportando atento conmigo, así que lo menos que podía hacer era agradecerle.

—De nada—Eso fue lo único que dijo antes de entrar a la ducha. A veces me confundía tanto, no sabía si le interesaba o no porque lo demostraba pero a la vez no.

Los pancakes estaban deliciosos. Eran de avena, con banano y tenían miel, mi favorita. No sé cómo conocía estas cosas sobre mi o si solo había sido una coincidencia pero mi desayuno favorito siempre fue y serán los pancakes.

Cuando Tyler salió del baño, llevaba una toalla amarrada en la cintura y su escultural abdomen se veía a los cuatro vientos. Un impulso llegó a mi, así que me acerque a él y deslicé mis manos por su abdomen, mientras su mirada era confusa pero a la vez sentía que él lo deseaba.

—¿Puedo preguntarte algo?—Le dije mirándolo a esos hermosos ojos.

—¿Tengo opción?—

—No, claramente no la tienes—Su sonrisa me volvía loca, y aunque lo odiaba también me gustaba.

—¿Por qué deseas a muchas y a mi no? Acaso ¿No soy tu tipo?—Debía preguntar, odio las dudas en mi cabeza, y esta era una muy importante.

—Claro que eres mi tipo Tess, y si supieras lo mucho que te deseo, pero no se puede. Bonita, no te lo puedo decir porque no me corresponde a mi, pero te aseguro que esto no puede ser—De un momento a otro unas cuantas lágrimas salen de mis ojos. Lo quería, en este poco tiempo a pesar de todo, lo quería.

Se acercó y me abrazó. Yo lo besé, pero fue por solo 1 segundo, porque él se alejó. Yo debía salir de aquí, no quería tener que verlo.

—Llévame a casa por favor—Tyler asintió y puso sus manos en mi espalda.

—Por favor Tyler, No me toques—Estaba enojada, triste, confundida. Eran muchos sentimientos encontrados. Yo quería saber ese secreto que no dejaba que él y yo estuviéramos juntos, pero Tyler no quería decirlo, por eso estaba enojada, pero si no quería era por algo importante y eso debía entenderlo.

Tyler agarró las llaves de su auto y me invitó a salir de su apartamento. Yo no podía mirarlo a los ojos y mientras estábamos en el auto todo se sentía demasiado incómodo.

(++)

Llamé a Cris apenas llegué a mi casa. Necesitaba hablar con alguien y desahogarme con un buen amigo.

Después de dos timbres me contestó.

—Hola Tess—

—Hola, Cris, ¿puedo ir a tu casa?, de verdad necesito hablar con alguien—

—Claro bonita, nos vemos—

Colgué y me cambié de ropa. Parecía una loca con la camiseta y los bóxer de Tyler. Debía verme decente. Finalmente me decidí por un vestido azul coral con algunas flores. Hacía calor y el vestido era un tanto veraniego. Una combinación perfecta.

Antes de salir hacia la casa de Cris, decidí primero desahogarme en el papel, como siempre me gustaba hacerlo.

La vida cada vez me sorprendía más, era casi como estar solo en un vacío eterno donde la única persona que conoces es la que más te lanza a ese vacío. El dolor y el resentimiento eran tan parecidos que no podían controlarse y tomaban diferentes direcciones, lo cual me lleva a una de las constelaciones más fuertes que hay. Eridanus. Su forma me transmitía todos esos sentimientos que una persona solo derrumbaba. Porque si alguna vez creí en ellas, no era más que una ilusión. Las personas no siempre son lo que esperas, pues su orgullo y avaricia nunca se irá,y aunque no se relaciona con mi historia, la tristeza de que una mentira te defina, es peor que un verdadero dolor.

Siempre funcionaba escribir, eso era como alguien escuchándote.

Al finalizar salí de la gran casa, mi padre estaba en la sala junto a mi abuela viendo un partido de algún equipo local, mientras Tyler ayudaba en la cocina junto a mi insoportable tía.
Tyler me miró de reojo y me dedicó una sonrisa, pero no respondí, aún estaba dolida, así que salí de la casa de una vez por todas.

Camine por el largo asfalto junto a todas las mansiones del lugar hasta llegar a la de Cris.

Al tocar la puerta me recibió su hermosa madre con una sonrisa, como siempre.

—Hola Tess, pasa, Cris está en su habitación—Asentí mientras la saludaba con un cálido abrazo.

—Gracias—

Entré a la casa y subí al segundo piso, donde se encontraba la habitación de Cris.

Estaba acostado en su cama, sus ojos estaban cerrados y se veía totalmente tierno.

Me acosté a su lado mientras lo abrazaba. Algunas lágrimas aún salían de mi rostro, pero al final me quedé dormida, pensando en lo estúpido que era pensar en alguien que no estaba ahí, y en lo mucho que Cris era un refugio para mi.

A través de las estrellas (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora