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— ¡Heeey Akira! ¡oye! ¿sigues ahí?

La voz de la fémina que se encontraba frente a él, sacó de sus pensamientos al joven Fudo, haciendo que éste se sobresaltara.

Akira estaba sentado en la orilla de su cama, había permanecido inmóvil y con la mirada fija en el suelo. Al parecer, se había quedado perdido en sus pensamientos, como de costumbre.

— Ah, Miki, no sabía que seguías aquí. — dijo, dirigiendo finalmente su mirada a Makimura.

— ¡Lo estuve desde hace un buen rato! — expresó cruzándose de brazos — Te estaba contando sobre lo que me pasó hoy en la salida que tuve con mis amigas, pero no me estabas escuchando.

— Lo siento, ¿quieres volver a repetirlo? Prometo escucharte esta vez.

Miki dió un suspiro y tomó asiento al lado de Akira.

— ¿Qué tienes?

— ¿A qué te refieres?

— Akira, no soy tonta, últimamente te haz comportado muy extraño, ¿qué te sucede?.

El de cabellos negros no respondió y se limitó a mirar otro lugar de su habitación, en silencio, no estaba preparado para hablar sobre como se ha estado sintiendo.

Él era consciente que estaba actuando más raro de lo normal y sabía que en algún momento Miki le iba a preguntar al respecto, sin embargo, estaba tratando de evitar dar explicaciones sobre su situación actual.

Hubo un silencio en la habitación, la joven Makimura no dejaba de mirar a Fudo, esperando una respuesta, sin embargo, esta noche no la obtendría.

— Desde que Asuka apareció, te he notado muy raro. ¿Acaso él te hizo algo?.

Al escuchar ese nombre, con solamente escuchar el nombre de Asuka, el ritmo cardíaco de Akira aceleró.

— N-No... Ryo no me ha hecho nada, no lo metas en esto.

— ¿Entonces? Porque tampoco es muy normal que hayas dejado de ver a ese chico en estas semanas, siendo que días atrás pasaban mucho tiempo juntos.

Akira se sorprendió, aunque no sabía por qué, él ya tenía la posibilidad en la cabeza de que Miki tarde o temprano iba a preguntarle sobre Ryo.

Fudo pensó muy bien lo que iba a decir, para que al menos dejara más tranquila a Makimura. Y, de nuevo, regresó su mirada en ella.

— Es sólo que... los exámenes me tienen preocupado, ya sabes como me pongo cuando estamos en semanas de exámenes y, decidí alejarme un poco de Ryo para concentrarme mejor. Eso es todo.

Las dudas de la joven Miki lograron desaparecer un poco, y conociendo a su hermano adoptivo, esa respuesta era verdadera, ya que sabe lo mucho que se estresa cuando es temporada de exámenes.

Si bien le creyó, algo en el interior de Miki sentía que ese no era el verdadero motivo de la extraña actitud de Akira, sin embargo, decidió dejar el tema hasta ahí y no sofocar más al pelinegro con tantas preguntas.

— Entiendo... está bien — habló Miki levantándose y yendo hacia la puerta — Pero recuerda, si necesitas algo puedes decirme, incluso para ayudarte a estudiar.

— Gracias Miki, lo tengo en cuenta.

— No es nada, y bueno, ahora sí te dejaré dormir para que puedas descansar bien para mañana. ¡Buenas noches!.

Después de despedirse, Miki salió del cuarto de Akira y cerró la puerta.
El pelinegro decidió prepararse para dormir, estando listo, apagó las luces y se acostó en su cama.

Enamorado tuyo ⎢RyokiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora