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Nattawin dobló los labios, trazando su lengua por estos. Su mirada de reojo en como Phakphum sonreía genuinamente a Jakapan que le estaba haciendo «aegyo» como le decían aquí en Corea del Sur a la gente que pretendían ser «tierna». Si, su amigo sabía que era muy tierno, y le gustaba mostrarlo. Le brotaba muy natural. Sin embargo, no comprendía por qué se sentía tan irritado de que se lo estuviera haciendo a su Mile.


Frunció el entrecejo.


En estas últimas semanas, había pensado mucho en la relación que atesoraban ambos. Eran «muy amigos», casi tan íntimos que compartían su guardarropa cuando lo deseaban. Y aunque al principio no le puso diligencia en esto, había olfateado las prendas que su Phi le prestaba, como al mismo tiempo se las quitaba con notable preocupación y cautela, muy nervioso. Como si le asustara el buen olor que desprendía la tela.


Sabía que a Phakphum no le molestaba que lo toque, ni que le acaricie o le hunda los dedos en el cabello, o que le tome la mano cuando no tenían cámaras grabando lo que hacían. Tenían mucha confianza en esto. En los últimos días, había sentido que el hombre se había apartado, concretamente, parecía escapar o tratar de no estar mucho tiempo a solas con él. Como si él lo acatará al bajar las defensas. Lo cual era bastante estúpido, ya que por mucho que le guste su mayor, pertenece a una casta Dominante y es Alpha... O al menos así había creído, todo ese tiempo juntos...

Claro que después de ese viaje que hicieron en aquel lugar para vacacionar, pasó lo impensable. Mile Phakphum Romsaithong redujo la guardia cuando ingresó a la casona en la que se hospedaban, caminando solo y un poco mareado al irse acercando a las residencias compartidas. No sabía si era a causa de beber un poco más de la cuenta o qué, pero Apo Nattawin Wattanagitiphat rememora que su mayor aflojó su postura y apretó las manos en el picaporte de la puerta, como si sus energías estaban agotándose y en cualquier segundo caería al suelo. ¿Por qué él no dijo nada antes?


Estuvo preparado para aproximarse y sermonear a su Phi por tal descuido, cuando un aroma golpeó su nariz, mareando sus seis sentidos y nublando su mente, que preparó la letanía para Mile.


Pero tan pronto como irrumpió en su cuerpo y su mente, se esfumó. Y Nattawin se quedó desorientado, y se escondió detrás de la pared del pasillo antes de que Phakphum se diera cuenta de que lo perseguía.


—Mile, ¿estás bien? ¿Ya te sientes mejor?


El dueño de esa voz era Tong Thanayut.


—Sí, estoy mejor, gracias...


—¿Qué sucede? ¡¿Por qué entraste en celo en plenas vacaciones?! —vocifera Tong. Haciendo de cuenta que solo ellos dos estaban. Apo apretó los labios, arrugando el entrecejo. Agradeciendo mentalmente de que su querida hermana lo rociara con un costoso perfume inhibidor de feromonas para castas insoportable, según su creador. Ya que no fue detectado por ninguno de los dos mayores.


—No lo sé. Mi celo se adelantó. Es extraño. —titubea Mile.


Phakphum nunca titubea.


—Es mejor que te quedes conmigo, te lo dije. Los demás pueden quedarse afuera. Todos apestan a Alpha. —refunfuña Tong.


—Tendré que llamar a Pong para volver. Se hará un problema... Sí, pertenezco aquí.


—Mile, JJ y Bible también lo son. Y míralos, andan entremedio de Alphas y Betas muy felices. Tú solo tienes que lidiar con estos desagradables síntomas, ven, Bas está preparando chocolate con malvaviscos.


Su cuerpo se tensó. Mirando al frente, a la playa que se bañaba por la cálida y hermosa luz de la luna irradiada en el mar. No podía creer lo que sus oídos escucharon, o lo que su nariz olfateó en la corriente que regaba más las dulces feromonas de su mayor.


¡¿Mile es un Omega?!


Cerró los ojos, desviando su cabeza y la atención que tenía en Phakphum y en su amigo Jakapan, esperando que se aproximarán para que lo maquillen. Su estómago se sentía aún rígido por todo lo que había descubierto esa noche. Sabía que entremedio de todos sus compañeros de elenco se colaban Omegas, Alphas y hasta dos Betas. Nadie, de por sí, mostraba sus castas. Su segundo género. Al menos los primeros mencionados. Y ahora, no podía evitar mirar un poco más a JJ, a Bible y a Bas, ni mucho menos despegar la mirada de Mile. Ellos cuatro conformaban los Omegas más atractivos entre el grupo. Y estaba muy seguro de que sus feromonas olían fenomenal. Tal vez no tanto como lo hacía su Phi. Qué demonios, ese día tuvo que meterse en una ducha de agua fría para bajar su erección.


«Mierda, Po. ¿En qué te has metido?»






Aclaraciones: Esta es la primera vez que escribo un omegaverse, al menos mi primer intento en querer desarrollar una historia así, ya que todo este mundo tiene sus reglas, medicamentos, fantasías y mucho. Como también es de cada autor hacer lo que quiere, solo dejare estas menciones:

–Todos los Omegas, Alphas y Betas disfrutan de derechos igualitarios. No obstante, los que están metidos en el medio de la farándula, suelen ser a veces desprestigiados de sus derechos al firmar con las empresas en las que trabajan.

–Comúnmente, se pueden ver parejas con diferentes jerarquías y no hay discriminación aquí. A menos que aparezca ese "%" pequeñísimo de personas que están en contra.

–La mordida de un Alpha permanecerá en el cuerpo de un Omega si este la quiere, de lo contrario, con el paso de los meses desaparecerá. Solo que en los de la casta Dominante, dependerá mucho de las circunstancias y los sentimientos de ambos.

–Esta es una historia corta. En capítulos largos o cortos. Quiero escribir algo muy fluff, o lo que sea que salga. No tóxico.

Muchas gracias por leer, y que les guste. <3







Aroma. ᦗ ApoMile.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora