1

12 1 0
                                    

Era invierno en el pueblo Whistler en Canadá, hacía mucho frío más que otros días, era un pueblo pequeño así que todos se conocían, eran las 12:00am en punto y estaban muy solas las calles, solo una que otra persona, eso era raro ya que todos se quedaban muy tarde a vender en sus puestos, pero al final no le tome importancia y camine hacia casa, venia del trabajo el Tim Hortons una cafetería que vendía de todo, pastelillos, bollos, café, desayuno, macarunes y unas cuantas cosas más, estaba demasiada cansada así que agarraría un taxi, pero no había ni carros en la carretera, así que decidí no esperar y caminar, había mucha nieve en el piso y mis zapatos no eran contra nieve así que me resbalaba a cada pisada que daba, cuando gire a la derecha estaba aún más sola no había nada de personas, pero esa era la calle que tenía que tomar para ir a casa así que camine con paso decidido, iba a la mitad de la calle cuando un hombre con capucha negra salió de una calle obscura y empezó a caminar a 2 metros atrás de mi, no dije nada solo volteaba de ves en cuando para que siguiera ahí mismo y no más cerca de mi, pero ahí seguía caminando sin algún sentido, así que me atravesé la calle y el hizo lo mismo, gire a la izquierda y el lo hizo de nuevo, estaba a una cuadra de llegar a mi departamento así que apresure el paso y llegué, abrí la puerta de la recepción, entre y cerré deprisa, mire por el ojillo que estaba en la puerta de la entrada y el solo se siguió de largo, no se que me pasaba en esas últimas semanas sentía que todos me observaban pero nadie me tomaba importancia camine hacia el ascensor y pulse el botón de bajar, cuando se abrió la puerta del ascensor, entre pulse el número 5 que era el último piso del edificio, espere a que se abrieran las puertas y salí, camine hasta el número 8 que era la entrada de mi casa, me pare justo al frente y metí la llave, cuando entre cerré la puerta, prendí las luces, cerré las persianas y me calenté de cenar, esa noche tenía spaghetti a la boloñesa lo calenté y comi, después de eso me fui a mi habitación y me puse cómoda un pans gris desgastado y una blusa de tirantes y prendí la calefacción, cuando mire por la ventana ahí estaba otra ves mirando hacia mi habitación con esa capucha negra y su piel pálida, me quedé helada al verlo ahí, cerré las persianas de la habitación y corrí por mi móvil para llamar al 911
—Bueno cuál es su emergencia —respondieron al otro lado de la línea
—Hola, hay alguien en la calle parado viendo hacia mi ventana —susurre con miedo
—Tiene un arma? —me respondió al otro lado la operadora
—Como voy a saber si tiene un arma, si está al frente de mi apartamento —grite con desespero
—Conserve la calma, cómo sabe que está mirando hacia su ventana y no a otra? —respondío la operadora
—Porque lo estoy viendo ahora mismo y está volteando para acá, mi departamento es el último piso no lo entiende —exclame
—Tranquila, que está haciendo ahora mismo —me respondió
—Esta sacando algo de su bolsillo...es... Saco su celular —afirme con volumen bajo
—Alejate de la ventana— chillo la operadora
No respondí y hice lo que dijo, pegándome a la pared para tenerlo a la vista
—Ahora que hace? —pregunto con tranquilidad
—Esta hablando por teléfono y mirando hacia acá. —respondí asustada
—Okey, voy a mandar a una patrulla para allá para que... —me estaba diciendo pero la interrumpí
—Espere, creo que ya se va —tartamudie
Solo ví como colgó, se guardo su móvil y camino por la acera hasta desaparecer en la obscuridad.
—Si se fue —afirme a la operadora
—Okey, estaré al pendiente por si llega a aparecer por ahí otra ves en la noche —me contesto
—Si gracias —Afirme pensando, gracias por nada
Al decir eso colgué, para asegurarme de que pudiera dormir atranque la puerta de la entrada con una silla pero al final no pude dormir en todo la noche pensé que me seguía observando o que en cualquier momento se escucharía que quisieran abrir la entrada, al final el sueño me venció, cuando sonó mi alarma eran las 6 de la mañana y fue como si no viera dormido nada, me levanté sin ganas de ir a trabajar, me bañé, me vestí tenis blancos, con un pantalón negro, una camisa de cuadros rojo con negro que resaltaba con mi cabello negro, una coleta alta y una chamarra vino, desayuné y salí de mi casa para llegar a tiempo a trabajar, cuando estaba llendo al trabajo volteaba a todos lados para ver si nadie me estaba observando, pero toda la gente estaba en su rutina diaria, yo era la paranoica por lo que había pasado la noche anterior, al final llegué 10 minutos tarde 7:10am, hice mi checking para que supiera el jefe que demore 10 minutos en llegar, después de eso me puse mi delantal saludé a Jack mi compañero de trabajo, se veía muy guapo con ese cabello corto castaño, cejas muy pobladas, ojos verde esmeralda, flaco, de 1.75, con esa camisa de mezclilla que acentuaban bien sus brazos, pantalones negro y zapatos de vestir negros.
Después de varios clientes, un hombre de unos 40 años, llegó era corpulento, no tenía cabello estaba rapado y tenía un tatuaje de no se que en la calva de su cabeza, era de 1.80 traía un traje negro con una camisa blanca que le resaltaba y su corbata negra, pidió un latte y un bollo a nombre de Finn, le di el precio, pago, entre a la cocina para decirle al barista que preparara un latte, salí y envolví el bollo en un papel y sonó el timbre de que ya estaba listo el pedido, cuando le di sus alimentos me agarró de la muñeca dónde traía el bollo, me atrajo así el, mis pies quedaron volando porque la barra nos separaba y me dijo “Tu eres la proxima” cuando me dijo eso me dió un pánico terrible, cruzamos miradas, pero el no me soltaba hasta que Jack salió de la cocina.
—Ey suéltala! —le grito al hombre que me agarraba de la muñeca
El vio a Jack fijamente, me soltó agarro su latte, su bollo y se fue sin decir ni una palabra, me quedé petrificada por lo que había sucedido.
—Estas bien Cassy? —me pregunto Jack
—Si, lo estoy —respondí con terror
—Segura? No te lastimo? —pregunto con preocupación
—No no, tranquilo —conteste con una sonrisa
—Esta bien, si quieres yo cierro para que puedas ir a casa temprano —afirmo con tranquilidad
—No está bien, te ayudo a cerrar —respondí nerviosa y mirando para todos lados
—Ey está bien Cassy, pero déjame llevarte a tu casa para que te sientas segura?? —pregunto con una sonrisa de oreja a oreja
—Esta bien — sonreí
Después de que respondí seguimos trabajando después de unas horas más eran las 11:30pm, así que Jack y yo empezamos a levantar, limpiar y trapiar el lugar para mañana, cuando salimos Jack cerro y empezamos a caminar en dirección a mi departamento, queríamos agarrar un taxi pero no había porque era muy tarde, en todo el trayecto nadie hablo, ni de lo que había pasado, ni de la jornada de trabajo, absolutamente de nada, las calles estaban solas, de ves en cuando volteaba para ver si no había alguien siguiéndonos, pero no la calle estaba sola, solo nosotros caminando por la acera, cuando llegamos a mi departamento el rompió el silencio.
—Llegamos —afirmo sonrientemente
—Si —reí — En serio gracias por traerme, no se que hubiera hecho sin ti
—No hay nada de que agradecer, cuando quieras estaré a tu servicio
No dije nada solo reí.
—Bueno me voy, nos vemos mañana Cassy —dijo eso levantando la mano en forma de un adiós
—Esta bien, solo ve con cuidado —grite
Después de eso el solo sonrió y se fue, yo entre en la recepción, avance al ascensor y pulse el número 5, cuando camine me percate de que mi puerta estaba rayada con pintura en aerosol, cuando estuve en frente de la puerta me percate de que había una frase; Tu eres la próxima la misma frase que me dijo el hombre del café, estaba palida por la frase así que trate de abrir la puerta y me encontré que estaba abierta, así que llame a la policía, tardaron al rededor de 5 minutos en llegar, cuando me encontré en la recepción con ellos.
—Hola buenas noches — dijo con un tono serio
—Buenas noches — conteste nerviosa
—Hablo con la señorita Cassandra—afirmo serio
—Si así es, acompañenme —exclame
No dije nada más y camine hacia el elevador y los guíe a mi departamento, ellos entraron a revisar todo se tardaron media hora en ver qué todo estuviera bien.
—Todo está bien, a lo mejor usted no cerró bien la puerta —Dijo en tono burlón
—Asi y que me dice de la frase?? —pregunte molesta
—Quizas eran chicos jugando —afirmo con sarcasmo
—Ah claro, pues gracias por su ayuda, si no me sintiera en peligro no viera llamado y además ningún niño vive aquí entiende —grite
—Esta bien, cálmense para que se sienta segura nos quedaremos abajo en la calle para ver qué nadie se acerque a el edificio —contesto alzando los hombros
No conteste nada solo entre a mi departamento y cerré la puerta mirando los ojos del oficial con furia, puse seguro a la puerta, atranque una silla a la manija y cerré todas las persianas, la última fue mi cuarto pero cuando estaba cerrandola vi que los oficiales traían unas donas en las manos, se metieron al automóvil y arrancaron, pensé que inútiles son y baje las persianas, me sentía insegura en mi propia casa apague todas las luces y estaba escuchando atentamente cualquier sonido que me alertara y salir huyendo de ahí, unas cuantas veces me pare a la ventana ver si no había nadie en la calle que estuviera observandome pero nada la calle estaba despejada, agarre mi movil quiera llamar a alguien pero no tenía a quien, pensé en Jack pero no quería dar molestias, así que termine dejando el móvil en la mesita de noche, cuando por fui estaba intentando dormir escuché unos susurros y la manija, me dió un pánico horrible así que agarre un palo de fierro que tenía para colgar mi ropa y me encamine a la puerta con paso sigiloso, cuando estuve más cerca de la puerta ví como la manija se estaba moviendo en dirección que hace que se abra pero nada, fue buena idea poner la silla atrancada, cuando me acerque más mire por el ojillo, eran dos hombre uno flaco y bajito, el otro corpulento y alto como el que había visto en el café, pero no podía identificarle la cara porque llevaba pasamontañas negro, estaban susurrando pero no sabía lo que decían hablaban muy bajito, pensé en llamar a la policía pero tardarían unos 10 minutos en llegar y eso sí llegaban, no sabía que hacer hasta que el más bajito miro por el ojillo, yo me hice para atrás para que no se diera cuenta que los estaba observando pero fue en vano.
—Se que estás ahí, así que abre la puerta —afirmo con un tono que me dió escalofrío
Yo me quedé petrificada por lo que había escuchado, no sabía que hacer, no sabía que querían, no sabia nada, no respondí para que pensaran que no estaba ahí.
—Que estás haciendo? —pregunto el otro hombre
—Vamos sería más fácil para nosotros que abriera la puerta —contesto el hombre bajito
—Si, pero el jefe no quiere que se entere de nosotros imbécil —contesto en tono molesto
El hombre bajito no dijo nada solo rio y se dirijío al ojillo otra ves, se quedó un par de minutos mirando, hasta que asintió y afirmó.
Vendremos por ti Cassy... Se alejó del ojillo y se fueron por el pasillo, yo me quedé en shock pensando como es que sabían mi nombre, que les había hecho yo para que supieran dónde vivo, que demonios sabían de mi.

Un Juego Personal (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora