Melancholia (EreHisu) [SNK]

III

Tercer capítulo de este cuarteto de capítulos.

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Ayudaban bastante a que esta historia sea más reconocida por los demás.

Ahora sin más comencemos esta historia.

Al atardecer, mientras sus amigas me visitaron, sintiéndose peores por haber planeado aquella ridiculez sin sentido.

Tan entretenidos en su conversación estaban que no había percibido la presencia de aquella maquina ante ellos, quien los miro azorado y cómplice de lo que decían.

-Historia ha dicho que tiene hambre, y quiere comer algo- Todos nos vimos sorprendidos a la cara sin poder creerlo.

-Está bien, le preparare algo de comer- Había dicho Sasha levantándose rápidamente del piso.

-Yo te ayudo- Exclamo Mikasa siguiéndola.

No lo podían creer esto era simplemente insólito, hace tanto que no habían escuchado decir que esta tenía hambre, eso quería decir que aún había esperanzas de que sanara.

Después de un rato una gran bandeja de comida y aperitivos estaba ya servida, esperando que su huésped se lo comiese todo hasta la última migaja.

-Intenta hacer que se coma todo esto por favor, le hemos puesto vitaminas, minerales, y varios suplementos alimentarios para que no se enferme- Decía Ymir mirando reprobatoriamente al "Robot".

- También haz que beba mucha agua, eso la ayudara bastante, y que trate de salir de la recamara y tome un poco de sol, eso le hará mucho bien- Decía Petra animada.

-Solo confiamos en ti para cumplir esta dura misión, así que no nos decepciones por favor- Decía Sasha sosteniendo el hombro de aquella máquina.

-Ayuda a tu dueña, te necesita más que nunca- Dijeron todas al unisonó.

-Lo hare- Había dicho decidido, mientras se dirigía hacia su habitación.

Estas no le quitaron la mirada de encima, hasta que le vieron desparecer entre los pasillos de la casa.

Aun había esperanza, solo esperaban que esta no se perdiera.

Este a pasos ligeros regreso hasta la habitación, donde decidió tocar lentamente, solo esperando a que la dueña hiciera algo, después de largos minutos de silencio un pequeño chirrido provocado por la puerta le atrajo su atención, una pequeña y delgada mano salió dando a entender que podía dejar la bandeja en el piso.

Y así lo hizo, para que segundos después ella se llevara de forma rápida la bandeja sin dejarle ver siquiera su rostro, y la puerta cerrarse tras él.

Solo suspiro y negó con la cabeza en reprobación por las acciones hechas por su dueña, y ahí se quedó toda la tarde conversando con ella, de todas las tonterías que su mente pudiera ser capaz de pensar.

Se sintió feliz, al escuchar como esta le dio una pequeña conversación antes de que el silencio opacara todo el lugar, deseaba mucho poder ayudarla y que esta saliera de aquella cárcel que la mantenía presa en su dolor.

- ¡Este lugar es muy hermoso, deberías verlo! - Dijo mientras se sentaba en el piso, y miraba aquel bello jardín.

Pero no escucho respuesta por parte de la joven, solo la puerta abrirse y dejar la bandeja ahí afuera, y cerrarse rápido.