¿Quién eres?

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Terminé de acomodar todas mis cosas en la habitación compartida de la escuela, me liberé mucho antes de lo que esperaba por lo que revise los últimos mensajes que me enviaron, mi padre me deseaba mucha suerte y me daba algunas recomendaciones, mientras que mamá aun intentaba convencerme de volver a casa, ambos nunca estuvieron de acuerdo en que asistiera aquí, pero no tenía otra opción, si quería ser digno de su apellido como decía el abuelo tenia que superar todas las dificultades con disciplina y rectitud, ya era suficiente con ser mestizo y no poder tener mis habilidades completamente desarrolladas.

Observe toda la habitación desde un rincón de la cama, intentando encontrar algo que me gustara, pero no, nada de este lugar me agradaba, todo constaba de dos camas personales, con escritorios pequeños, un armario compartido y un baño pequeño, no quería parecer pre juicioso, pero este sitio fácilmente era del tamaño de mi cuarto de baño, solo esperaba que la persona que dormiría en la cama de a lado tenga una mínima idea de lo que era el orden, de lo contrario, terminaría volviéndome loco.

Lo único bueno, era que solo tendría que soportarlo por seis meses o menos, no tenia que quedarme hasta la graduación, gracias a los contactos del abuelo accedieron a que mi estadía se limitara a la mejora de mis habilidades, una vez que dominara todo podría regresar a casa.

Y cumplir con mi deber, eso no me emocionaba mucho, pero el abuelo decía que era lo mejor para nuestra familia, y yo... yo confío en él.

Revise por última vez mi teléfono antes de salir por algo de comer, cuando me percate de los últimos mensajes de Tay, él era mi mejor amigo y me apoyaba en muchas ocasiones, pero no había dejado de burlarse de mi desde que se enteró que vendría aquí, y más por decisión propia, me perdería un semestre entero de mi escuela regular, sin embargo, sabía que todo esto valdría la pena.

Ignore sus burlas y apague mi teléfono, ya tenia suficiente con la espinita de mi madre tentándome para volver, no quería que me agobien más con todo esto, saque la billetera de mi bolso y salí en busca de la cafetería.

La escuela era muy grande y los edificios de los dormitorios estaban algo alejados del campus, me perdí dos veces antes de poder encontrar el lugar que buscaba, después de comprar algo ligero y buscar una mesa vacía sin éxito salí de nuevo para volver a mi habitación, era domingo y aun así el lugar estaba totalmente abarrotado.

Caminé sin prisa por el sendero de piedras pequeñas que me dirigían de regreso, mientras admiraba las áreas verdes del lugar, se mantenían bien y todo tenía un cuidado minucioso, entonces, si todo era tan grande y espacioso aquí afuera ¿por qué las habitaciones tenían que ser tan pequeñas?

¿habría un lugar donde quejarme? Quizás y si le hablaba al abuelo podría conseguir una habitación propia, una donde nadie llegaría a invadir mi espacio y así poder...

- ¡cuidado! – sin aviso apareció de golpe un muchacho frente a mí, no alcance a quitarme a tiempo y los dos terminamos en el suelo.

- Ugh maldita sea – dolor, dolor expandiéndose desde mis hombros hasta mi espalda baja, un cuerpo sobre mi sacándome todo el aire, arruinando mi comida y mi ropa, mataría a quien sea que fuera.

- Macao, Macao levántate que lo estas aplastando – murmuró alguien, logrando quitarme el peso muerto de encima - ¿oye estas bien?

Sentí que cualquier momento moriría de la vergüenza, estaba tirado en medio del sendero, las piedras se clavaban por todo mi cuerpo, me dolía todo y tenía la ropa manchada por mi comida, escuche que de disculpaban de nuevo, pero no les prestaba atención, lo único que quería era salir de ahí, encerrarme en el intento de habitación que tenía y no volver a salir hasta que sea hora de volver a mi casa. Era mi primer día y me pasa esto, no puede ser.

Me levante como pude ignorando las molestias de mi cuerpo, en ese momento solo quería matar a quien sea que se me tiró encima, pero algunos estudiantes que estaban cerca comenzaron a acercarse para fisgonear, no quería mas ojos curiosos sobre mí, ignoré sus llamados y caminé lo más rápido que pude hacia mi edificio.

Nunca desee tanto poder rastrear, era mi primer día y ya tenia mi primer accidente, si me hubiera esforzado más lo habría logrado hacia años junto con todos mis amigos, esto solo era culpa mía y jamás...

- Oye – un chico muy parecido al que me atropelló apareció junto a mí, me tomó por sorpresa, al menos pude disimularlo bien – vengo llamándote desde hace rato, ¿estas bien?

- Si estoy bien – mascullé sin darle importancia, no me consideraba alguien grosero, sin embargo, en ese momento no pude evitar odiarlo con todas mis fuerzas, la manera tan sencilla en la que podía trazarse, mientras que yo, después de miles de intentos no lo había logrado ni una sola vez, y él lo hacía tan fácil como respirar, si puede hacerlo así entonces que demonios hacía en esta escuela, se supone que aquí solo vienen los que están defectuosos.

- Tienes tu almuerzo pegado al suéter, es la última vez que lo preguntare ¿estas bien? ¿Seguro que no necesitas ayuda?

No me di cuenta que seguía caminando junto a mi, y tampoco de que tenía el sándwich embarrado por todo el suéter, con solo verlo sabía que no tenía solución, mi madre me mataría. Un flash brilló desde algún lugar en mi dirección y mi pánico se encendió, si me tomaban fotos y las subían a la página de la escuela o algo por el estilo el abuelo se enteraría, ya era suficiente con todo lo que le había hecho pasar, no podía agregar esto más.

Lo tomé del brazo para detenerlo, esperando que entendiera mi suplica silenciosa, él me miró extrañado, pero lo entendió – sujétate bien – masculló antes de que el vértigo me recorriera el cuerpo y en un parpadeo estábamos en el baño de varones, siempre odie la sensación que me quedaba después de trazarme con alguien, el abuelo solía hacerlo sin aviso desde que era niño, nunca lo supere.

Pero esta vez... era extraño, no tenia molestias ni ganas de vomitar, solo esperaba que el desconocido se apartara lo suficiente para poder acercarme a los lavabos, no sabía como terminamos en una esquina con su cuerpo acorralando el mío.

- Disculpa... quiero lavarme

- perdona - masculló alejándose rápidamente - pondré el seguro, tu límpiate.

Me tomó cerca de treinta minutos estar medianamente presentable para salir, arregle mi cabello, limpie mis pantalones y mi suéter terminó en uno de los botes de basura, quizás la camisa que traía estaría acompañándolo, pero no podía ir hasta los dormitorios desnudo de la cintura para arriba, mi acompañante no dijo nada más durante el tiempo que estuvimos encerrados, sentía sus ojos sobre mi de vez en cuando, no negare que me hacían sentir algo incómodo, decidí ignorarlo, solo cuando estuve a punto de salir volvió a abrir la boca.

- Quiero disculparme de nuevo contigo, Macao está aprendiendo a trazarse y no sabíamos que estarías justo ahí – musitó acercándose

- Descuida, no fue intencional – de repente lo sentí muy cerca, necesitaba salir de aquí ahora - debo irme, gracias por la ayuda, adiós

- Tu camisa, tienes manchada la camisa, toma mi sudadera – farulló poniendo la prenda sobre mis hombros dejándome sin tiempo para negarme

- No es-

- Tu suéter terminó en la basura - masculló - estoy seguro que esta camisa le haría compañía si no estuviésemos aquí - añadió con una sonrisa divertida - anda que me la devuelves después 

- Gracias.. 

-No hay por que, ahora si, me voy - farulló arreglandose la camiseta - suerte pequeño amigo

- ¡espera! quién eres, no se tu nombre 

- Oh... Soy Vegas, Vegas Theerapanyakul, mucho gusto, Pete Phongsarkorn - susurró antes de desaparecer frente a mis ojos.

 Theerapanyakul...

No puede ser 

De todas las personas con las que me pude haber topado hoy, precisamente tenía que ser con él?

♡♡♡♡♡

Hola amistades, se me ocurrió este pequeño fic mientras buscaba la inspiración para seguir con el Au, espero les guste :) 

💋 Besos
✍️Nos leemos pronto

Drink from me [VegasPete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora