Entre Reinos

10:Boda

Y así pasaron las dos semanas que faltan para mi boda hoy por fin es el gran día.

Después de tanto tiempo puedo realizar mi sueño de casarme con Gonzalo después de hoy mi vida será otra a partir de hoy me convertiré en la próxima reina de Inglaterra y ahora sí nadie lo podrá impedir y ni siquiera una pobre zorra.

En este momento me están maquillando ya me hicieron el peinado Solo falta el vestido en un par de horas me convertiré en la esposa de Gonzalo ,no puedo negarlo estoy muy nerviosa pero qué ya no podría ser peor qué saber qué tu marido tendrá un amante, Me sentiré la más patética no tengo de otra es la única manera en qué lo puedo tener.

Mi vestido esta precioso y es único me veo una diosa con el.

Ya lista espere hasta qué nos íbamos a ir a la capilla del Castillo dónde se va a celebrar la ceremonia.

Mi padre ya me esperaba afuera de la capilla todos estaban ya dentro esperándome al bajarme Noté que lloro me bajé del carruaje y me acerque a el y lo abrace

Yo:
No estés triste solo me voy a casar te iré a visitar todo el tiempo posible te amo papa.

Nos separamos y ya estamos listos y empezo a sonar la canción de la entrada y caminomos al altar.

Al llegar le dio un abrazo a papá y el le dio mi mano a Gonzalo el cual la tomó con cuidado y me pare alado de el enfrente del altar.

La ceremonia transcurrieo sin ningún percance,en todo momento Gonzalo me hizo sentir especial ,al salir de la iglesia todos nos felicitaron y se acerca a mi sara.

Sara:
Lista para viver un matrimonio de infierno.

Yo:
No creo que lo sea después de hoy yo seré la esposa y tu una simplemente aventura que desechara en poco tiempo.

Nos separamos y me sonríe falsamente y se aleja.

Gonzalo:
Todo bien?

Yo:
Si todo está bien

Nos subimos al carruaje y nos dirigimos al castillo al llegar todo estaba perfecto y nos sentamos en nuestra mesa y empezó el baquete.

La fiesta estuvo de maravilla pero ahora mismo me están preparando para la noche de bodas.

Es una tradición que los empleados sean postigos de ese momento ya que es como una muestra de que ellos son marido y mujer y lo más probable es que sara este ahí es mucho mejor.

Al llegar a la habitación ya estaban todos y Gonzalo se acercó y me dijo

Gonzalo:
Estas lista para esto?

Yo:
Nunca estuve más lista.

Dije y le di un beso.

Nos separabamos para desvestirnos mutuamente. Él me quitó la blusa, recorriendo lascivamente sus manos por mi costado mientras me quitaba la prenda. Yo le solté los botones a su camisa, mientras tocaba sus pectorales y con mis uñas marcaba el recorrido por su torso. Nos quitamos los pantalones, y ya desvestidos nos admiramos los cuerpos. Me gustó ver su mirada lasciva, con fuego que irradiaba pasión, deseoso de poseernos y entregarnos al placer. Su cuerpo firme me subía la temperatura, y notaba la erección contenida en su ropa interior.

Me acerqué para quitarle el boxer y sentir su miembro erecto. El aprovechó para recorrer mi espalda y soltarme el brassier, y me quitó la ropa interior de encaje que me puse, también apretando mi trasero, y dándome una nalgada. Ambos desnudos nos sentamos en la cama y al besarnos, nos dejamos caer en ella, para acomodarnos. Yo me eché y el se dedicó a besarme los labios, avanzó por mi cuello, me mordió levemente para marcarme como suya, hasta que llegó a mis pechos. Metió su rostro entre ellos y luego succionó un pezón, jugaba con su lengua, mientras que con otra mano me apretaba el otro pezón, y juguetaba con sus dedos. Ese juego me estaba prendiendo, y se lo hice saber con gemidos, y sentía mi interior húmedo. Se echó sobre mí y sentí su erección en mis muslos. Aparté mis piernas y le pedí que me penetrara, pero él quería llegar a mi límite. No me complació en ese instante, dejó mis pechos y se acomodó para besarme las piernas, recorriendo mis pantorrillas y subiendo lentamente. Yo suspiraba ante el placer que sus besos me provocaban, hasta que llegó a mis muslos. Besó el interior de ellos, y con sus fuertes manos me los apretó y apartó. Ya sabía qué venía, y solo me dejé llevar. Puso mis piernas sobre sus hombros, y sentí su lengua en mi interior, su lengua estimulaba mi clítoris, y yo sentía la descarga eléctrica y el calor que subía por mi cuerpo. El cambió su pose y me apretó el glúteo, mientras otra mano fue a un pezón. Esa estimulación triple me estaba llevando a mi límite. Realmente él sabía cómo encenderme. Mientras me embriagaba de placer, solté gemidos, suspiros y decía el nombre de quién me estaba haciendo disfrutar tanto. Su lengua no paraba, y al acelerar llegué al orgasmo, mientras tomaba los barrotes de la cama para no perder el control. Grité de placer, sin embargo, no me dejó recuperarme. Rápidamente me penetró, lo que me devolvió al climax. Sentía el olor de su cuello, y sus gemidos en mi oído: me enloqueces . Le rodeé con las piernas, y mis manos arañaban su espalda, yo también quise dejar mi marca en su cuerpo. Las embestidas eran fuertes, y aceleró el ritmo, mientras la habitación se llenaba de nuestros gemidos. Finalmente ocurrió, el lanzó un grito de placer, y luego yo grité su nombre. Ambos desfallecidos y agitados, sintiendo el sudor recorrernos.

Por un momento olvidé que nos observan y me entrege a el y fue la mejor decisión.

Se acostó a mi lado tapándose con la sabana y dijo

Gonzalo:
Bien ya se pueden retirar,ahora solo vamos a descansar.

Ellos asintieron y se fueron dejándonos solos y el se acercó y me dijo .

Gonzalo:
Estas cansada o Otra ronda?

Eso me hizo reír y asiento subiendo encima de el besandolo,después de otra roda que damos cansados y nos quedamos dormidos.