TEMA: LA VACA

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Las patas de la cama de madera, mugieron al arrastrase contra el piso. Las camas son como vacas de madera; estáticas, pesadas y tontas, sobre todo cuando no tienen a nadie encima. Y digo vacas y no carretas de madera: porque es evidente que ni las camas, ni las vacas tienen ruedas, y es por eso que las camas mugen cuando uno las separa de la pared, a los efectos de tenderlas o para limpiar debajo; justo allí, donde se esconden los grillos, los zapatos y las bolitas de pelusas.

Las patas de la cama entonces: mugieron contra el piso y esto siempre abre como un signo de pregunta. Porque luego; llega la respuesta a modo de contra-mugido, cuando la cama vuelve a su lugar. Y uno espera con cierta ansiedad ese momento, para que no quede la imagen inconclusa; una cama que no vuelve a su sitio, es como un animal descarriado y alejado de la manada, desorientado y por supuesto domesticamente un mueble incompleto. Como es de esperarse; la persona encargada de esta suerte de arreo, casi siempre la vuelve a su lugar, aplicando una clásica palanca con las piernas, empujándola y acorralándola en los rincones. Pero algunas veces; se topan con seres más cuidadosos que las toman por el vientre, las levantan un poquito y las vuelven a su sitio con tanta ternura y sigilo, que nos dejan expectantes durante horas, esperando oír esa respuesta como un mugido urbano en el piso de arriba o en la habitación contigua, y hasta nos quedamos tristes; pensando que esa cama es como una vaca, una pobre vaca de madera que se apartó del rebaño.

Marcelo Bellabarba

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