Era un lunes, no habíamos hablado, pero me llegó un mensaje diciendo que te ibas, que te ibas muy lejos de mi y de todos, no lo había asimilado así de fuerte, ya sabía, pero aún así me dolió hasta el alma, y no, no es de esas veces donde exageras y dices que te dolió o te llegó hasta el alma, es de esas veces donde lo sientes realmente, dónde sabes que una parte de ti se ha ido, y sí, hoy, hoy me despedí de una parte de mí, sé que ya casi no hablábamos y sé también que somos familia, pero sé diferenciar dos cosas dentro de la palabra familia, en una está la familia de sangre, y en la otra está la familia que es de sangre pero va más allá de compartir el ADN, es esa familia esas personas que sabes que te apoyan, esas personas que en verdad se preocupan por ti, esas personas que muchas veces te entienden y muchas veces no, pero aún así tratan de encontrar las palabras correctas para apoyarte, y sabes que funciona, no hablábamos diario pero cuando hablábamos era como un peso menos, sacabas todo lo que tenias y muchas veces sentíamos lo mismo, era como estar platicando conmigo. Esta semana ha sido muy difícil para mí, he tenido peleas con mamá, en la escuela por primera vez experimente la palabra "estrés", mi grupo de amigos no encajaba tan bien conmigo que digamos, y esos momentos dónde te preguntas qué está mal, y no sabes si el problema son los demás, tu entorno, o tú, supongo que nunca lo sabremos, o tal vez sí pero no nos damos cuenta, llegan esos momentos donde estás enojada con la vida y simplemente no sabes por qué, esos momentos todo te pones a pensar en el futuro, donde te pones a pensar en que pasará?, esos momentos donde te inventas un futuro probable y te da miedo, o están esos otros momentos dónde te acuerdas de no haber disfrutado lo suficiente cuando estás con una persona, cuando desearías alargar el tiempo y hacer las cosas bien y disfrutar más de lo que disfrutaste en ese momento, nunca sabremos que pasará, no sabremos si mañana moriremos, no sabremos si estaremos más con esa persona, nunca sabremos cuándo se irá, y cuando lo sabemos entramos en este estado de shock y cuando se va, aún no lo asimilas, no te da tiempo de asimilarlo y cuando lo haces, ha sido demasiado tarde, y ese último abrazo, ese último abrazo se sintió eterno, ese apretón que me diste, esas palabras que dijiste, ese momento que nos separamos, ese momento donde pasé a abrazar a tu mamá y supe que debí abrazarte por más tiempo, se me formó un nudo en la garganta, no pude hablar, tú mamá dijo algo y solo supe disimular las lágrimas con una sonrisa, cómo todo mundo lo hace cuando no quiere que la vean llorar, esa risa que sabe y siente que la lágrima puede caer en cualquier momento, esa lágrima que se intenta esconder cuando todos dicen la típica palabra de "pero no llores", y sabes que te duele aún más, y de repente sientes como todo se acumula, esos momentos malos que pasaste recientemente llegan con más fuerza, es como un ir y venir, que cuando apenas va ya está regresando otra vez y está vez te golpea con más fuerza, esos momentos que cuando los viviste se te resbalaron como agua, pero después pagaron el precio. Nunca sabré cuando te volveré a ver, no sé si será cada 6 meses, ya te he visto cada 6 meses y no me dolió, pero esta vez es diferente, nada es seguro y eso nos aterra, y como no estoy segura de si tu sentiste las mismas ganas de llorar en nuestro último abrazo tampoco estaré segura de si en verdad quieres escuchar esto y por eso nunca lo leerás...