Capítulo 1: "Destino"

1 0 0
                                    

Cuando desperté no recordaba nada, ni siquiera mi nombre...

La soledad que sentía era abrumadora.

¿Quién soy yo? ¿Y qué hago aquí?

Estaba perdida entre la inmensa multitud de personas, todas en su propio mundo ignorandome.

Pasaron horas y yo no sabía qué hacer. No recordaba mi hogar y por lo tanto no había un lugar en el cuál podía descansar y sentirme en paz.

Me perdí en mis pensamientos por horas.

Cuando salí de ellos ví a un señor tirar un periódico cerca de mí. Me había pasado por alto. Y tampoco traté de llamar su atención.

Pero cuando miré hacía abajo, al periódico, algo dentro de mí se rompió. No supe qué, simplemente me sentía tan mal en ese momento, había culpa y tristeza. Sólo supe que yo llevaba mucho tiempo inconsciente.

El periódico indicaba que era el 22 de diciembre de 2020.

•••

—¡Vete a la mierda! ¡¿Cómo que aumentó el precio del polvo?!—grité.

La ansiedad que estoy sintiendo por no poder sentirme mejor me abruma y sólo deseo que toda esa puta organización se fuera a la mierda por ponerme las cosas difíciles.

Llevó dos semanas sin meterme nada y siento que mi cuerpo me pica. Los efectos han pasado, y el costo es el descontrol de mis emociones y la adicción de mi cuerpo a esas sustancias.

—¡Si no vas a comprar sal de aquí!

—¡Jodanse!—grito y pasa mi mano por mi cabello—¡Dámelo!, aquí está el dinero—tiro el fajo de billetes en la mesa y espero a que me den la mercancía.

Unos segundos después me entregan una bolsa del tamaño de mi mano llena de polvo blanco.

Lo guardo en mi chamarra y salgo de ahí. Camino a mi casa pero no puedo esperar, mis manos empiezan a temblar y me suda la cara.

Yo... Lo necesito. Es mi salvación. Todo estará bien mientras siga viviendo en ese momento.

Sacó desesperado e hiperventilando el polvo de mi bolsa, abro la bolsa y sin preparación inhalo. Inhalo lo más fuerte para aliviar mis malestares. Después de un minuto todo llega a mi en un golpe.

Los balazos, la sangre, cadáveres y... A esa persona.

No puedo soportarlo y rompo a llorar porque lo necesito aquí, no en otro lugar que no sea mi lado, apoyándome y dándome cariño.

Esa persona lo sacrificó todo por mí, para que yo viviera una buena vida, pero heme aquí, siendo un drogadicto y desperdiciando lo que me ha dado.

Y grito, grito muy fuerte para descargar todo ese odio, dolor y desesperación.

Yo no quise ser salvado a cambio de tu vida.

Mi vista se llena de agua y todo se ve borroso.

Ya no importa. Esta vida es un asco. Este maldito cuerpo no puede soportar estar ni un día sobrio. Que mierda.

Entonces me golpeo el pecho para aliviar el dolor, pero no lo logro. Doy otro golpe más fuerte y sigo sin conseguirlo.

Me siento tan culpable. No logré vivir una buena vida y me hice adicto a esta mierda.

Dejo de respirar por unos segundos, y luego suelto un grito distorsionado.

Ya no logro mantenerme parado y me deslizo por una fría pared.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 21, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lo Que Queda De Mis Memorias Perdidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora