Una alumna más en Hogwarts

HOGWARTS EXPRESS

1991

Había llegado aL Expreso de Hogwarts con mi padre y mis hermanos, me quedé sin mamá cuando cumplí 5, ella no soportó el hecho de que mi papá era un mago, asi que solo nos abandonó. — Ellos son los Weasley...— los señaló

— Vaya que son pelirrojos...— dijo Luke mi hermano mediano

— Si... pero agradables— mi papa Reginald Johnson trabaja en el ministerio, en el séptimo piso para ser exactos; departamento de deporte y juegos mágicos, en la oficina de Consejo de Asuntos Exteriores y Departamento de Deportes. — Bien.. ¿Llevan todo? — nos dijo 

Mikey (pronunciación = Maiki) estaba buscando con la mirada a su novia Freya era una chica de Ravenclaw amable y bastante inteligente, por un momento pensé que no llegarian a ser novios ya que mis hermanos quedaron en Slytherin — Carmilla antes de que te vayas ¿Puedo hablar contigo?— acenté con mi cabeza y mi papá se agacho a mi altura — Si sabes que no me molesta en que casa quedes — volví a asentar con la cabeza— A cualquier casa que vayas estoy orgulloso... igual tus hermanos.

El tren color escarlata empezó a pitar, rapidamente mi padre se despidió de nosotros y subí al tren me sentia puro bicho raro no habían compartimientos vacios y perdí a mis hermanos de vista iba a avanzar hasta que alguien me jaló el brazo — Ven conmigo — era Luke — Sientate conmigo, Mikey esta con Freya. Luke me llevo con su grupo de amigos de slytherin, eran todos unos arrogantes. Solo me dediqué a leer un libro que mi padre me habia dado de posiones. 

— Carmilla — me llamó uno de los amigos de mi hermano — ¿A que casa vas?

Me quedé callada por unos instantes — Slytherin — dije sin mas todo el grupo me sonrió. MIENTO aún no se a que casa entraré, pero no tengo que hecharme de enemigos ¿No?

El camino fue relativamente callado solo hablaron de que hicieron en las vacaciones y de que Harry Potter se encontraba en el tren... interesante dato porque mi papá habló de el  una vez. Mi hermano me compró una rana de chocolate para que comiera algo, el silencio entre los chicos no me molestaba más bien me agradaba, el sonido del tren avanzando podía ver montañas y bosques, bajo un cielo de un profundo color púrpura. Cuando en eso llego mi hermano Mikey — Dentro se cinco minutos llegamos, porfavor Carmilla ve y cambiaté, ustedes igual — señalo a los cuatro chicos. Agarre mi maleta y me dirigí al baño había un poco de cola una niña de cabello a los hombros y liso estaba adelante mio. 

Mis pensamientos eran mas dirigidos a como sería el colegio y como serán las clases de posiones — ¿Cómo te llamas? — me sacó de mis pensamientos la chica de adelante 

— Carmilla ¿y tú?

— Pansy... ¿A que casa vas? — solo me dediqué a levantar los hombros, divagando levemente en como me pondran en la casa adecuada ¿Y si no quedó en la correcta?

—... Creo que Slytherin es la mejor casa— demonios no le preste atención. Acenté mi cabeza sin mas cuando ella entro al baño. — Nos vemos— me dijo cuando salió sonriendo 

Me cambié lo mas rápido posible y me dirigí nuevamente al compartimiento, faltaba Luke, asi que me senté en mi lugar callada — Carmilla... ¿Tu madre es bruja? — que... 

Iba a hablar pero alguien más habló — Ya te dije que mi madre murió cuando nació ella — dijo Mikey apareciendo por la puerta — Vamos, ya llegamos— el tren se detuvo, estaba oscuro afuera, rapidamente los que estaban en el tren se levantaron haciendo que todo se llenara y se apretujaran unos a otros.

Al bajar tanto Luke como Mikey me sobaron la cabeza como un perro y se fueron dejandome parada allí —¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! — escuché como gritaban a lo que me acerque era un tipo gigante con una barba demasiaaaado espesa con un cabello muuuy espeso igualmente —Vengan, siganme... ¿Hay más de primer año? Miren bien en dónde caminan. ¡Los deprimer año, siganme— iba a comenzar a seguirlo cuando sentí como alguien se puso a la par mia, bastante pegado a mi, cuando volteé a ver era Pansy. 

Resbalando y a tientas, seguimos al peludo por lo que parecía un estrecho sendero, Pansy me había agarrado del brazo, para no caer, estaba tan oscuro que debe de haber árboles muy tupidos a amboslados para no poder ver nada. Nadie hablaba mucho. Había un chico que lloriqueabade vez en cuando.—En un segundo, tendran la primera vista de Hogwarts —exclamó el peludo por encima del hombro— Justo al doblar esta curva. 

Se produjo un fuerte ¡ooooooh! El sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro. En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cieloestrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.—¡No más de cuatro por bote! —gritó el gigante, señalando a una flota de botecitos alineados en el agua, al lado de la orilla. Me subí a uno y ayudé a Pansy a subirse igualmente en donde yo estaba, seguido de otras dos chicas que desconocia. —¿Todos han subido? —continuó el grandote que tenía un bote para él solo—.¡Venga! ¡ADELANTE! — Y la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, que era tan liso como el cristal. Todos estaban en silencio, contemplando el gran castillo que se elevaba sobre nuestras cabezas mientras se acercaban cada vez más al risco.—¡Bajen las cabezas! —exclamó, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco. Todos agachamos la cabeza y los botecitos nos llevaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte delantera del peñasco. Fuimos por un túnel oscuro que parecía conducirnos justo por debajo del castillo, hasta que llegamos a una especie de muelle subterráneo, donde treparon por entre las rocas y los guijarros.—¡Eh, tú, el de allí! ¿Es éste tu sapo? —dijo el gigante, mientras vigilaba los botes, volví a ayudar a Pansy a que esta bajara del bote.

—¡Trevor! —gritó el niño que estuvo lloriqueando todo el camino, pero ahora estaba muy contento, extendiendo las manos. Luego subimos por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo finalmente a uncésped suave y húmedo, a la sombra del castillo. Subieron por unos escalones de piedra y se reunieron ante la gran puerta de roble.—¿Están todos aquí? Tú, ¿todavía tienes tu sapo? — esté levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del castillo.