GuangShan conocido como solo uno de los sirvientes de La Secta Lanling Jin posee una peculiaridad única en toda su rama familiar, sus ojos que debían ser de un color marrón o negro según sus padres posee un tono blanco completamente. Su pupila tiene...
La Secta Lanling Jin vivía un completo caos en estos momentos, después de años de intentos, los líderes por fin tuvieron a su primer primogénito.
Madam Jin una joven de aspecto suave con facciones delicadas se encontraba siendo tratada por las nodrizas de su hogar estaba teniendo una gran crisis de alteración, no estaba preparada, nunca le dijeron sobre el dolor insoportable que sentiría al momento de dar a luz.
El Líder Jin Hong no estaba en las mejores condiciones que digamos, su gran apariencia estaba toda desordenada completamente, todas las mujeres presentes en el parto le hicieron correr como nunca antes lo hubiera hecho solo en busca de las cosas que se necesitaba, necesitaba un respiro.
Quitando ese hecho ambos padres han estado esperando el nacimiento de su primer hijo después de pasar por meses difíciles según del testimonio del padre, soportar a su amada en ese estado fue uno de los más complicados. Claro que se retractó al decir eso antes de tiempo.
Su amada, la luz de sus ojos y de su corazón le estaba rompiendo la maldita mano con todas sus fuerzas.
¡¿Quién fue el desgraciado que le dijo que la paternidad era hermosa!?
...
Mataría al condenado del Líder Nie por esta mentira.
Los fuerte gritos de su esposa quitaron todo rastro de pensamientos de asesinatos que hicieran pasar por accidentes, cierto, ahora no es momento de esos impulsos.
— Vamos cariño tu puedes, sé que puedes solo es empujar un poco más... — tratando de darle ánimos a su esposa empezaba a decirle cosas positivas, grave error, salió todo menos lo esperado.
— ¡Cállate!... ¡Todo esto es tu culpa!... — Madam Jin estaba con la cara toda roja no solo por el dolor si no de enojo, dar vida es una completa tortura y más si son madres primerizas. Se podía sentir como si una gran bola de acero tratara de salir de su ser queriéndose llevar sus órganos e incluso su vida, así es como lo definiría en este momento.
— ¡Mi vida e-espera! — el líder Jin Hong estaba sufriendo de dolor, su pobre mano, juraba por los dioses que estaba completamente rota ni si quiera su núcleo dorado ha podido ayudarlo con la curación necesitada. Definitivamente mataría al líder Nie después de pasar este dolor.
— ¡Mi vida nada!... ¡Te juro ante todos los dioses que nunca más me volverás a tocar Jin Hong!... ¡Aah!... ¡Duele!... — sus fuerzas iban decayendo cada segundo que pasaba a este paso dudaba mucho poder aguantar hasta el último momento necesitaba cerrar sus ojos un momento, solo un pequeño segundo.
— Mi señora empuje, pronto el bebé saldrá solo debe empujar un poco más ya le veo la cabecita, siga — la nodriza mayor estaba tratando de calmar a la madre y que no se distraiga de su arduo trabajo o si no podría tener consecuencias muy severas si llegara a no poder salir el bebé naturalmente y peor todavía si la madre se queda dormida en mitad del parto.
Madam Jin con la última fuerza de voluntad empuja sintiendo desfallecer sus fuerzas cuando estaba a punto de cerrar sus ojos se escuchaba un gran llanto inundar la habitación.
Luego, todo se volvió negro.
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