Ácido

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En  medio de la enorme biblioteca del bunker de los hombres de letras, Sam Winchester yacía profundamente dormido sobre una de las mesas. El cabello  cubría por completo su rostro, y su cabeza reposaba sobre una pila de libros que horas antes había estado investigando. El sueño del cazador era tan profundo que apenas se percató como una conocida figura se deslizaba desde los pasillos hacia la enorme mesa en la que estaba con lo que parecía ser unos pequeños papeles en mano. 

-Ahora sí Sam...-sonreía maliciosamente mientras con cuidado pegaba un papel adhesivo tras otro en la espalda de su hermano. 

Después de haber terminado su magnífica obra, Dean Winchester se retiró dispuesto a descansar merecidamente lo que quedaba de horas hasta que amaneciese. 

El sonido de la alarma despertó a Sam, quién algo adolorido por dormir en esa posición se incorporó rumbo a la cocina para tomar algo de agua. Una llamada familiar, interrumpió su acción a medio camino. Era Cas. 

-Hola Cas, ¿Qué sucede?

-Sam, estoy afuera del bunker. Me preguntaba si puedes dejarme entrar.

-Claro que sí. Sabes que siempre puedes entrar. ¿Por qué no podrías?

-Algo me lo impide.

El recuerdo de que la noche anterior habían reseteado la computadora del bunker logrando  incrementar sus defensas en caso de ataques angelicales y demoniacos,  llegó a su aun adormilada mente. Eso explicaba porque el ángel no podría ingresar si no lo invitaban primero. 

-Cas perdón. Debíamos avisarte. Ahora te abro. 

Dejando el teléfono sobre la mesa, Sam se apresuro a subir las escaleras para abrirle la puerta a su amigo. No sin antes desactivar la protección angelical que evitaba que entrase. 

-Gracias-sonrío Cas ingresando de inmediato. 

-Perdón, teníamos que avisarte. Es solo que Charlie vino ayer, y aprovechamos su ayuda para modificar unas cosas en el bunker. 

-¿Ella sigue aquí?

-Si, en una de las tantas habitaciones que hay. Aún duerme. Y creo que Dean también-explicó mientras ingresaba a la cocina-Estaba a punto de prepararme algo para desayunar, deseas...¿Cas?

Los ojos azules del ser angelical se habían quedado clavados en su espalda con una mirada mezclada entre confusión y sorpresa. 

-¿Qué pasa?-interrogó Sam preocupado.

-No entiendo-respondió Cas- ¿Por qué querrías que te pateen o te muerdan?

-¡¿Qué...?!-los ojos de Sam se abrieron sorprendidos pero rápidamente entendió lo que estaba pasando, y sacándose la camisa encontró la evidencia de una de las tantas bromas de su hermano.

"Patéame" 

"Soy un bello durmiente" 

"Soy un nerd" 

"Alguien tíreme un vaso de agua"

 "Muérdeme" 

"Soy super sexy dormido"

-Deeean... -bufó molesto su hermano, mientras arrugaba los papelitos y los lanzaba a la basura. 

-¿Es esta la manera en qué expresas lo que quieres?

-No, claro que no. -negó con vehemencia mientras se volvía a poner la camisa ya sin papeles-Es una de las bromas de Dean. 

-¿Porque hacen eso?

-Es algo que hacíamos desde pequeños. Y al parecer mi hermano no es lo suficientemente maduro para dejar de hacerlo. 

Castiel permaneció pensativo analizando las extrañas interacciones de ese par de hermanos, mientras Sam se preparaba una taza de café y unas tostadas. 

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