Mi destino eras tú

Capítulo I - un mal sueño no lo es todo

Era una noche tranquila de 1992, una pareja salía de la barra de un bar ella más perjudicada que el, el intentaba detenerla ya que estaba dando pasos sin rumbo.
"¡Golden, Golden! Estás borracha, por favor, detente".
El novio de Golden suplicó mientras ella continuaba tratando de caminar dando más de un tropezón.
"Tengo que irme a casa", balbuceó. "Necesito ver a Duke".
"¿Quién diablos es Duke?" preguntó su novio por tercera vez esa noche.
"¿Y por qué tienes tanta necesidad de verlo?"
"Duke es... ese lobo nuevo", hipó. "Señor lobo sin nombre".
"Golden", suspiró desesperado su novio. "No tiene ningún sentido lo que dices, vamos a casa a descansar".
"¡Es Duke!" gritó, como si fuera obvio. "Necesito verlo"ella suplicaba.
En algún lugar, en el fondo de su mente intoxicada, sabía que no podía verlo. Todo lo que quedó de Duke fue una lápida en la parte trasera de un cementerio en algun lugar perdido, con las palabras escritas en ella: "Jason Duke 1972-1989, Que descanse en paz".
"Tengo que arreglar su epit-epita-epitafio", dijo, luchando con la palabra. "no es lo suficientemente bueno". Su voz se quebró. "no es suficiente".
"Esto es ridículo", dijo su novio, agarrándola del brazo para tratar de llevarla al coche. "Vamos, nos vamos a casa y tú te vas a dormir".
"¡Pero tengo que verlo!" Ella protestó cuando él tiró de ella hacia atrás. "Tengo que darle un granizado, no lo he hecho en mucho tiempo. Probablemente extrañe su cerebro congelado". Las lágrimas se estaban formando en sus ojos. Le rompió el corazón imaginarse a Duke pasando tres años enteros sin granizado.
"Está bien, Golden", suspiró su novio, no dispuesto a discutir más. "Puedes conseguirle un granizado mañana, ¿de acuerdo?"
"Será demasiado tarde mañana", dijo en voz baja mientras él la ayudaba a subir al coche. "Tengo que verlo ahora".
Su novio ni siquiera respondió, simplemente cerró y bloqueó la puerta del lado del pasajero antes de llegar al otro lado.
"La lap-lapida no es suficiente", murmullo, principalmente para sí misma. "Se merece más".
El novio de Golden no la contestaba y simplemente la ayudo a ponerse el cinturón aunque ella no se lo permitía para más tarde poner en marcha el coche.
"Tengo que ver-verlo...si a ti te pasara lo mismo seguro...estarías igual", ella replicaba bastante enfadada pero no sirvió de nada ya que el había puesto rumbo a casa.
"Oye...siento mucho lo que pasó, pero no es motivo para ponerse así", el intentaba animarla ya que las lágrimas estaban empezando a caer por sus mejillas. "Mañana será tarde", ella seguía dando el mismo argumento mientras poco a poco se quedaba dormida dejando descansar su mente intoxicada.
Estaban a medio camino para llegar a su hogar y los huecos entre farola y farola hacían que todo se volviese oscuro, durante el camino el la echaba breves miradas donde veía como ella tenía pequeños escalofríos haciendo que el se preguntase sobre que estaría soñando para que ella tiritase tanto y diera más de un golpe espontáneo. Después de casi una hora de viaje llegaron a un barrio donde todo estaba tranquilo ya que el vencidario estaba dormido solo se escuchaba el canto de algún pájaro despistado que se callaba de inmediato, el la sacaba del coche cargandola hasta el interior de la casa. El cerraba la puerta mientras la llevaba a caballito, luego se adentraba en la casa llendo hacía unas escaleras, que al pisarlas producían un fuerte chirrido; para después llegar a una habitación la cual al entrar se veía una cama puesta en una esquina con la puerta del armario a un lado, esta tenía un agujero parecido al de una bala justo al lado de la cerradura.
El la dejaba tumbada en la cama viendo como ella pasaba a acomodarse en está. "Descansa Goldi...hoy la cabeza te jugó una mala pasada", el la hablaba incluso sabiendo que al despertar al día siguiente ella no se iba a acordar de nada.
Antes de irse el besaba su frente y pasaba a irse cerrando la puerta dejando todo en silencio, solo quedaba el leve sonar del viento al pasar por la ventana.