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Mirada oscura que me hipnotiza, sin dejar a un lado las rudas pero a la vez tiernas facciones de su rostro. Se quita la chaqueta y una vez arrojada en el sofá me mira para que empiece a hablar.

- Al menos puedes invitarme una copa.. no?

- No beberás ni una gota más de alcohol.

- Dios -suspiro -que mandón eres.

- Solo responde -dice serio.

- Fui... Fui a ese club para divertirme con mis amigas -mierda, pero si hasta estoy tartamudeando. Jodido alcohol.

- Aja... y la vestimenta? -observo mi lindo atuendo y lo miro sin entender.

- Qué tiene de malo mi atuendo?

- Es la falda más corta que he visto en mi vida. -Su voz se a vuelto ronca y sus ojos se quedan fijos en mis piernas.

- A mí me gusta. -Digo viendo mi vestimenta completa, tratando de mantener el equilibrio en mis piernas.

- A mí también -se acerca frotando su barbilla y sus ojos vuelven a retarme, -pero solo aquí, en donde nadie más que yo pueda verte -me quedo sin habla y él se da cuenta, suspira y me quita la mirada, he notado que es el primero en rendirse a la hora de enfrentar miradas. -Y el baile en el tubo?

- No es la primera vez.

- Cómo? -dice subiendo la mirada de nuevo y enfrentándome con su llamativo ceño fruncido.

- Hay algo de malo? -pregunto sin medir y tratando ahora de no reír.. Por qué quiero reírme?

- Qué si no? -bufa- Eres abogada de mi bufete... te parece poco? -no digo nada así que prosigue- Además de hoy.. cada cuánto lo haces, todos los fines de semana?

- Joder -me alejo de él, -ya está empezando a sofocarme con sus preguntas innecesarias, no pienso quedarme aquí aguantando preguntas que no debo responder y mucho menos con varios shots encima. Dame las llaves de mi auto.

- No irás a ningún lado.

- Disculpa? -lo miro con una ceja alzada -Estoy muy bien para manejar.

- Ni siquiera te puedes mantener en pie sin tambalearte, además estarías irrumpiendo una de las leyes de este país al manejar de esa manera... lo sabías? -me quedo callada apretando mis labios -Te estoy salvando de que te pongan alguna multa y dañes la reputación de mi bufete.

- Eso es lo único que te importa.

- Sabes que no es lo único. -Su voz ronca y su manera de decirlo hace que el vello de todo mi cuerpo se erice.

- También te gusta provocar -lo reto y él vuelve a apretar sus labios. -No te gusta sonreir?

- Por qué lo dice?

- Nunca veo que lo hagas.

- No suelo hacerlo. No dejarás de tutearme?

- Pues que vida tan triste, coreano. -Aprieta sus labios, evita sonreír -Me dejarás ir?

- Te falta contestar mi anterior pregunta -dice acercandose de nuevo a mí.

-Ya he perdido la cuenta.

- Solo te gusta hacerme repetir -muerdo mi labio, es cierto -Cuántas veces bailas en ese tubo?

- Cada vez que termino una semana estresante por culpa de mi jefe.

Niega con la cabeza despacio, acercándose de nuevo, queriendo acalorarme con su manera de verme.

- No volverás a hacerlo. -Susurra cerca de mi rostro. Cree que puedo hacerle caso a eso?

 𝔖𝔬𝔩𝔬 𝔐𝔦𝔞... (+18) ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora