Narra Grecia Evans
Marque el número en mi teléfono y suspiré. Escuché vibrar el celular y al segundo tono escuché su voz
—¿Hola? —dijo y tragué —¿Quién es?
—Buenas tardes. Soy Grecia, es...
—¡La esposa de Fabián! Lo sé. Dime, ¿Qué necesitas?
—Hablar contigo —dije con mi tono de voz firme
Escuché una leve risa por su parte
—El que debería llamarme para hablar es Fabián, no tu.
—Fabián está en la cárcel... —dije molesta, ella seguramente sabía
—Ya lo sé. Aún así tú y yo no tenemos nada de qué hablar
—Dices tener un hijo de mi marido, y como él no está para atender ese asunto, yo como su esposa me haré cargo. ¿Dónde puedo verte?
—Te enviaré la dirección del lugar en donde estoy
—Está bien. Te veré más tarde —corté
Deje el celular en el asiento de copiloto. Cubrí mi rostro con frustración y solté un pequeño grito
—calma Grecia, calma —me susurré
Tenía que resolver esto, en especial para sacar a esa mujer de nuestras vidas ¿Temía por mi matrimonio ahora? Si, no quería que en lo que meses de amor y paciencia habíamos construido se derrumbara. Fabián está pensando en el divorcio, y está en la cárcel, Albert, Moly...
Levanté la mirada y conduje al lugar que ella me envió. Minutos después me detuve frente al gran hotel
Entre en el lugar y antes de acercarme a recepción una voz me detuvo
—Buenas tardes, señora Hoffmann
Me giré y la ví, como aquel día en la oficina, dónde intentó herir con sus palabras. Ella es más alta que yo, su cabello súper largo y piel de porcelana, muy bella
—Por aquí —se dió la vuelta y la seguí
Llegamos al restaurant del hotel, parecía que ya tenía una mesa apartada, y agradecía que estuviéramos en un lugar público
—Adelante —se sentó e imite su acto, frente a frente —Vamos a ser directas —hizo un ademán con sus manos para que hablara
—Exijo qué se haga una prueba de ADN, tu hijo y Fabián
Ella río sarcástica y me mantuve sería, aún que por dentro estaba nerviosa por su posible reacción
—¿Por qué haces esto, Grecia?
—Aun que tengas un hijo de mi marido no podrás separarnos, si eso es lo que quieres. Lo hago por qué te quiero lejos de nuestras vidas si lo que dices es mentira, además, es algo justo,
—Primero: te llenas la boca diciendo "mi marido". Dos: jamás me alejaré de tu vida, princesita
—Soy su esposa, algo que jamás pudiste llegar a ser —dije y ambas nos mirábamos con odio —Lo único que interesa es saber si de verdad tu hijo, es hijo de Fabián
Ella río. Por primera vez fruncí el ceño, un mesero llegó y trajo una copa, dos en realidad, ella bebió cómodamente del vino, mientras yo lo dejaba a un lado
—Fabián te ha llevado al cielo ¿No es así? —puso una mano en su mentón y me miró sonriente
—¿De... que hablas...?
ESTÁS LEYENDO
Una Vida a tu Lado
RomanceUn matrimonio por contrato. Grecia ha sido obligada a casarse con un desconocido para salvar la empresa familiar, pero lo que no sabe es que en realidad sus padres la obligaron a eso para poder salvarla de un enemigo. Al conocer a su esposo, se lle...