𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 19

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Mientras tanto en la habitación de la finca de agua.

El pilar de agua se removía sobre la suave superficie de su cama, sentía mucho calor, volteó a ver por la ventana y se dio cuenta que ya era de noche, estaba un poco sudado e incómodo, ¿Su celo? No, no lo era, su celo ya había pasado hace tiempo. Un mínimo movimiento de un segundo le hizo recordar a Giyuu que no estaba solo en su habitación.

Se le pusieron los pelos de punta al ver a su mejor amigo a su lado, luchando en su profundo sueño. No las sábanas aparentemente incómoda para el. De manera lenta, Giyuu puso una de sus manos en la frente del rubio, pudo notar que estaba en una temperatura lo suficientemente alta como para decir que es fiebre, pero no, el aroma potencializado del rubio, el suave sonrojo de sus mejillas y hasta su sudor le daban un mal presentimiento.

Celo, tal vez.

En el momento de conecto todo en su mente, se asusto, que haría, no era muy buenos como para tratar a un omega en celo, menos iendo un alfa sin lazo. Cada vez entraba más en pánico, comenzo a dar vueltas por una pueda parte de la habitación, hasta que por fin decidió tratar de despertar al contrario.

Con unas pequeñas palmada tomando su distancia para evitar cualquier error, fue despertando al rubio, no sabía si lo que estaba haciendo era lo correcto, lo malo fue que comenzó a arrepentirse cuando Kyojuro apenas despertó, ¿¡En que estaba pensando?!, un alfa tratando de ayudar a un omega en celo, eso era los más estupido que ha escuchado.

No quería terminar en una situación en la que lamentaría después, pero simplemente no aguataria a un omega en celo, ademas, Kyojuro estaba en una situación triste por su recién rompimiento con Tengen.

Justo en el momento de que Kyojuro se sentó con esfuerzo en la cama, el cuervo de Tomioka entró por la ventana de la habitación, para anunciar aparentemente una nueva misión.

— Kuak ~ misión para el pilar... de trece kilómetros al oeste~ — habló que dirá el pobre y viejito cuervo a cargo de darle las misiones al pilar del agua.

— Maldición — Giyuu ya no sabía que hacer, no dejaría a Kyojuro a su suerte en celo.

El pelinegro volteo a ver al rubio, se veía totalmente perdido, le daba gracia ya que su compañero tenía la cara abobada y confindida, como si ni siquiera conocía su propio nombre.

— Rengoku... Si quieres, vuelve a dormir... llamaré a Sanemi y a Iguro para que vengan y te atiendan — podrían preguntarse la razón por la que no llamaba a Shinobu, se supone que ella es más profesional en el tema, pero la relación entre ello no era la mejor... para ser sinceros le daba miedo. (Tampoco es que tenía buena relación con Iguro y Sanemi) pero sabía que por Rengoku si vendrían.

Luego de haberle dicho a su cuervo que le informara a Sanemi y a Iguro se fue directo a su misión pendiente, esperaba que los otros dos llegasen rápido, al salir de la finca con su ave en el hombro, le amarró un pequeño papel a la pata y le dio las instrucciones a quien debería de dárselo, al ver al cuervo a lo lejos, se vio obligado a ir rumbo a su misión.

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Shinjuro y Senjuro se habían quedado sentados en los pasillos exteriores mirando el hermoso cielo y todos sus encantos, ya tenían mucho tiempo ahí, Shinjuro se dio cuenta que había un silencio más de lo normal, en el tiempo en el que estuvieron ahí Senjuro no para de hablar ni un segundo, se giró y vio la escena más adorable que ha visto en años.

Su hijo menor, recordado de un pilar babeando posiblemente teniendo un buen sueño, en mayor sonrío y se levantó del lugar para llevar a su hijo a la habitación.

𝔸𝕣𝕣𝕠𝕨 𝕠𝕗 𝕝𝕠𝕧𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora