Downtown {Luckity}

Downtown

Regalito para -Arxter , tqm, por ti estudio <3.

Contiene: NSFW, plotless porn, dub-con (consentimiento dudoso) al principio, dirty talk, bondage, praise, y yo no teniendo vergüenza mientras escribo. 

Disfruten ;).

***

Se pregunta cuánto tiempo ha pasado desde que está amarrado a esa silla, pero en realidad no está muy claro. Intenta hablar, pero el paño en su boca solo hace que sus quejidos se escuchen.

Está en un cuarto lujoso, limpio y que no parece una zona de tortura. Pero está vacío, y dentro solo se escucha su forcejeo y sus intentos inútiles por hablar.

—¿Quieres decir algo, Quackity? —escucha a su lado y su cuerpo completo se tensa.

El alcalde está vestido de forma tan pulcra como se puede, con sus chalecos caros y su ropa impecable. Es consciente de que la suya tiene un par de desperfectos gracias al forcejeo para llegar ahí. Sangre, telas rotas, lo normal.

Mira a Luzu con molestia, el hombre le sonríe de forma cínica mientras lo mira de arriba a abajo.

—Eres molesto, Quacks. Tú jueguito no me agrada, y ya que te tengo aquí, es seguro que tus seguidores van a terminar igual que tú —susurró acercándose a su rostro.

La expresión molesta de Quackity le hace sonreír mientras una de sus manos cubierta por un guante sin dedos se posa sobre el muslo contrario.

Ve con satisfacción la sorpresa en el rostro del chico. Su chico.

—¿Podemos dejar de jugar? Todo será más fácil si cooperas.

Con gentileza baja la mordaza permitiendo que Quackity hable. Y de forma para nada sorpresiva lo primero que dice es:

—Chinga a tu madre.

El alcalde ríe y su mano da un apretón en la pierna de Quackity. Lo ve contener una expresión de sorpresa, lo que lo hace más emocionante. Más divertido.

—Olvidas quién es el que está atado a una silla en mi completa disposición, ¿cierto?

Una sonrisa socarrona se posa en los labios de Quackity, como si no le importara lo suficiente.

—¿A tu disposición? Ya quisieras, pendejo.

Luzu no se inmuta, no. En lugar de eso su mano sube y sus dedos tientan el interior de los muslos del chico, cuyos ojos se tiñen de negro por el deseo que trata inútilmente de ocultar.

—Sí, a mi disposición. Completamente —dice con seguridad—. Porque se que con solo un movimiento —su mano se desliza entre sus muslos y se presiona contra su entrepierna—, puedo hacer que abras esas lindas piernas solo para mi.

Y es verdad. Quackity se encuentra casi jadeante, intentando recuperar su orgullo mientras sus piernas se mantienen abiertas, a la merced del alcalde.

—¿Lo niegas, bonito? ¿Niegas que adoras mostrarte para mí?

Su pulgar tienta con movimientos circulares sobre la ropa, haciendo que Quackity desvíe la mirada. No es suficiente respuesta para el alcalde, por lo que gira su barbilla y la sostiene con fuerza, no queriendo que deje de mirarlo ni un segundo.

—Eres tan grosero, ¿debería darte una lección?

Quackity ríe.

—¿Al fin decidiste que vas a golpearme?

Pero Luzu sostiene su labio inferior con su pulgar, tirando de él y dejándolo ir, perdido en sus reacciones y sus labios.

—No es ni de cerca la manera en la que pienso hacerlo, por desgracia —su mano se desliza hacia abajo, haciendo más presión que antes—. Me imagino algo mejor. Mucho mejor...