💙Lagrimas de safiros💙

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Esta seguramente sea una historia cortita así que no se esperen que sea larga. Y no tendrá mucho sentido son como las 10 de la noche. (¡Se recomienda que escuches la música mientras lees!)

Kiyotaka caminaba solo por los pasillos de una grande Universidad. Sólo, por la noche. Las ventanas grandes y los techos altos de la Universidad hacían que resonaran los pasos del chico solitario. ¿Qué hacia un joven estudiante caminando sólo, una noche, por los pasillos? Pues la Insomnia le hiba un poco mal. Y en los 1980's era un poquito difícil encontrar unas pastillas para el Insomnia, y si las encontrará, seguro que tendría unos horrorosos efectos secundarios. Así que se puso el uniforme, de manera torpe, y las zapatillas de ir por casa. Al menos no quería destrozarse los pies con los zapatos matapies de la Universidad. Sus ojos rojos y cansados de mantener la mirada en los libros, su cabello negro fuerte despeinado de haberse remolcado en la cama para encontrar el sueño y el paso cansado de estar acostumbrado a estar sentado en una silla lo destrozaban. Ser un estudiante podía traerte muchos buenos atributos , pero sería horroroso, tener que comer, ir a 8 horas de clases, estudiar casi toda la noche, y finalmente intentar dormir. Pero al pobre chico no le agarraba el sueño, y eso le sentaba fatal.

El reflejo de la luz de la Luna hacia que las sombras de las ventanas contra el suelo fueran luminosas, y que sólo se notará la presencia de gotas resbalar o chocar contra el largo vidrio.

En el otro bando, tenemos a un chico llamado Mondo. El cual lloraba silenciosamente en la torre de astronomía. El chico estaba desconsolado, había conseguido entrar en la Universidad, pero cada vez era más difícil para él continuar. ¿Como era que todo el mundo aprobaba? Por mucho que el se esforzará siempre sacaba un 4,9. Siempre a una décima para aprobar, claro, eso solo si estudiaba, así que se empezó a rendirse, desmoronarse, sacaba 1,75 o un -2 en los de A, B, C. No sabía que hacer, así que ya ni si quiera asistía en casi ninguna clase, simplemente en los exámenes dejaba el bolígrafo al lado del papel y solo su nombre y la data estaban escritos en el examen,  no valía la pena. Nunca lo lograría...

El chico, después de recibir la nota de trimestre suspendido subió a la torre y se sentó, mirando el sol caer, al igual que él a la tristeza y hundirse en sus piernas mientras sus brazos lo abrazaban no hiba a arreglar ni la soledad que sentía en ese momento. O al menos durante todo este tiempo...

Debería irse de este sitio. Él no era digno de estar rodeado de gente que se merecía un buen y gran futuro. No como él. Él era un imbécil, simplemente no sabía cómo se lo hiba a hacer. Su familia quería que él fuera abogado, pero a Mondo le daba un tanto igual. Pero a veces, simplemente a veces, por un simple momento. Le gustaría ser un adolescente de nuevo, escuchar música que irrita a sus padres, grafitear paredes de su Instituto, del pueblo. Sí, su pueblo de Japón. Con árboles verdes y grandes. Caminos de tierra y ir en bicicleta a casa de su amigo. Tirar piedras en un río y tener una casita en un árbol. Él no quería que su padre le diera su primera cerveza, él quería que su padre le enseñara a hacer una manualidad con madera. Y no quería que su madre le enseñara solo a cocinar, si no que le dijera que él era el mejor del mundo, por muy malas notas que sacará o pocos amigos que tuviera, él sería su hijo. Su niño de mamá. Simplemente no se podía tirar atrás. Se pueden arreglar las memorias de nostalgia, pero no la nostalgia que nunca tuviste. Fuiste un  niño de e ciudad con malas notas y con amigos de mala influencia, de masculinidad frágil y su infancia arrancada de sus manos.

Se agarraba el largo cabello desteñido y abría la boca para gritar, mientras la luz azul fuerte punzante lo iluminaba, sus gritos eran sordos. Una cosa que solía no saber hacer era llorar haciendo ruido, siempre fue mandado a callar cuando era pequeño y lloraba. Y ahora ya no sabía cómo expresar sus emociones ni si quiera estando solo.

Ishimondo One-shots‧ EspañolWhere stories live. Discover now