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Se encontraban a pocas horas de enfrentarse en la cancha, para ambos había sido un completo fastidio tener que lidiar con su relación y la rivalidad que surgía entre ambos equipos.

Aun así, habían logrado conseguir algo de tiempo libre previo al partido para poder estar juntos y de esa forma calmar sus ansias por el próximo encuentro. Aparentemente todo estaba bien, hasta que el ruido de los noticieros internacionales comenzó a hacer eco en el lugar y con ello, las múltiples opiniones de los cronistas.

"México tiene la oportunidad de ganar, el equipo a mostrado que cuenta con buenos jugadores y arquero, ¡estamos ansioso por conocer el marcador!...."

"Argentina logrará ganar este encuentro, ¡Sin duda el equipo contrario no tiene oportunidad contra nosotros!..."

El omega resoplo ante aquello, llevaba años dedicándose a esa profesión, pero aún le causaba cierto malestar escuchar ese tipo de cometarios, le creaba cierto sentimiento de responsabilidad y aquello le generaba ansiedad.

El alfa inmediatamente noto el cambio en su pareja y sin dudarlo decidió liberar algo de feromonas que le ayudara a tranquilizarse. Lo cual funcionó, pero no en su totalidad.

—Tranquilo, todo estará bien.— el más bajo levantó su mirada topandose con los orbes marrones de su alfa, quien le sonrió con ternura.

—Aún no puedo evitarlo, gracias por tomarte un momento para estar conmigo.

El alfa suspiro con cariño, rodeó en un abrazo cálido al omega, sabían que después tendrían que rociarse de los inhibidores, pero aún así decidieron abrazarse con cariño y darse alguno que otro beso discreto.

Ambos se quedaron muy juntos, disfrutando de sus últimos minutos juntos, pues debían regresar con sus selecciones.

—Es momento de irnos, vamos cariño.—el más alto se apresuró a preparar los inhibidores que debían usar, odiaba hacerlo, odiaba tener que ocultar su aroma, pero odiaba más tener que ocultar el aroma de su pareja.—Son órdenes de nuestros directivos, sabes que lo detesto.—el omega asintió en un suspiro, pues también detestaba aquello.

Una vez que se colocaron aquellos perfumes inhibidores, salieron de la habitación, donde los guardias que los cuidaban les esperaban.

El alfa acarició la mejilla de su omega como despedida, era la última muestra de afecto antes de salir a la cancha e iniciar con la rivalidad futbolística.

El primer tiempo había sido algo cansado y malo, cada vez que se acercaban a la portería o intentaban anotar un gol hacia el equipo mexicano, el arquero lograba bloquearlo y aquello alteró a todos los atletas.

Ahora en el medio tiempo los equipos estaban siendo cuestionados y preparando nuevas tácticas para lograr ganar el partido.

El alfa no pudo evitar levantar su cabeza al escuchar un grito del director técnico del equipo contrario. Pudo divisar rápidamente a su omega siendo regañado y aquello le hizo molestarse rápidamente, su lobo aullaba con furia en su interior, quería salir corriendo y enfrentarse a ese hombre que le gritaba a su pareja, pero sabía que debía controlarse, después de todo, sus vidas privadas debían mantenerse así y el podía hacer nada al respecto.

El omega recibía aquellos regaños de su director, escucha cometarios como: "eres un jugador de carácter mundial, no puedo creer que no puedas anotar un simple gol." Sentía a su lobo algo cohibido, no importaba cuanto tiempo de trayectoria llevará, aquellos cometarios seguían creando expectativas altas en su auto exigencia, estaba tan sumido en sus emociones hasta que sintió un tirón en su marca y sabía perfectamente lo que significaba, su alfa estaba preocupado, y lo comprobó cuando levantó su mirada y pudo divisar aquella cabellera con rulos moviéndose entre los jugadores del equipo contrario, ahí estaba, Guillermo lo veía e intentaba transmitirle emociones de paz y calidez por medio su unión.

⚽️ El Gol ⚽️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora