-¡Lali, espera! -se apresuró a decir, haciendo que la aludida se volteara inmediatamente hacia el.
La menor volvió unos pasos hacia atrás hasta quedar frente a Juan Pedro nuevamente.-¿Sí?
-¿Vendrás el próximo sábado?
Mariana se sorprendió por la pregunta. Había estado yendo a la tienda todos y cada uno de los sábados durante las últimos tres meses.
-Lo haré.
Juan Pedro negó ligeramente con su cabeza. Lucía preocupado y Mariana no podía entender el porqué.
-Promételo - La menor frunció el ceño- Sólo... necesito que prometas que vendrás.
Mariana trataba de deducir que es lo que estaba afligiendo tanto a Juan Pedro así tan de repente, pero al no poder siquiera imaginarlo, se limitó a tratar de calmarlo, que regresara a la normalidad. Al Juan Pedro feliz sin preocupaciones.
-Prometo regresar el próximo sábado, Peter - dijo en su tono más dulce y sincero.
-Gracias -dijo tratando de dar su mejor sonrisa.
Mariana por su parte le dedicó su más hermosa sonrisa angelical al punto en que sus hoyuelos se marcaron notablemente.
Los siete días siguientes fueron eternos para Juan Pedro. Cada minuto. No podía sacar a Mariana de su mente. Todas las cosas que habían ocurrido. Debía estar preparado para lo que sea que fuese a ocurrir. Acomodó su uniforme azul marino, colocó el gorro blanco que Mariana le había obsequiado sobre su lacio cabello, y se dirigió al centro comercial.
-Llegaste temprano -dijo el encargado con las llaves en sus manos, comenzando a abrir el local para la jornada del día.
-Sí, desperté temprano y no pude volver a dormir -dijo con una risita. En realidad apenas si había podido conciliar el sueño durante la noche.
La jornada laboral empezó. Y Juan Pedro trataba de mantener su cabeza ocupada en cualquier otra cosa, la ansiedad lo estaba carcomiendo por dentro. Para su suerte sólo tuvo que soportar un par de largas horas antes de ver esa silueta atravesar la puerta de entrada al lugar.
Suspiró de alivio, porque después de todo Mariana cumplió su promesa y se presentó, pero el aún seguía paranoicamente nervioso.Mariana caminó hasta el como si nada. Juan Pedro la observaba expectante. Cuando estuvieron frente a frente se quedaron mudos mirándose fijamente. La menor no comprendía el porqué Juan Pedro no la saludó efusivamente y comentando alegremente lo primero que se le venía a la cabeza como acostumbraba. Decidió ser ella quién rompiera el silencio, antes de que éste se tornara más incómodo.
-¿Hola? -dijo algo tímida.
Juan Pedro escuchó su voz y se dio cuenta de que se había quedado congelado. Sacudió ligeramente su cabeza y le dedicó una bonita sonrisa.
-Hola, La - respondió.
La menor frunció apenas el ceño. No estaba actuando como de costumbre. Le entregó el CD que había tomado al ingresar al lugar. El mayor lo tomó en silencio y efectuó el cobro. Todo de manera muy silenciosa. Mariana se preguntó si había hecho algo malo para que Juan Pedro se mostrara tan distante.
-¿Quieres... almorzar conmigo? -preguntó, mostrándose algo indeciso.
¿Qué clase de pregunta era esa? Por supuesto que quería.
-Claro -dijo seria, pero con determinación.
Se dirigieron al pequeño cuarto. Se sentaron frente a frente en la pequeña mesa del lugar, Juan Pedro trajo su almuerzo y comenzó a degustarlo, aunque ese día en particular no tenía mucho apetito. El aire en la habitación era muy tenso, casi palpable. Juan Pedro apenas le dirigía la mirada, eso la hería de sobremanera.
Hace tan sólo una semana estaban tan cercanos y ahora era como si apenas se conocieran.
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El chico de los cd's - adaptación laliter
FanfictionEsta es una adaptación de la historia "El chico de los cd's" de "HeHasBlueEyes" todos los derechos a el/ella TERMINADA