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Camina entre la gente, solo un poco apresurado. Yendo por el camino que comienza a ser familiar, las calles están alumbradas por faroles y algunos letreros de las tiendas.
Son las 7 con 30 minutos, falta media hora para presentarse. Pero no podía darse el lujo de llegar exacto, y mucho menos si no había calentado su voz previamente. El próximo viernes sin duda saldría del trabajo temprano aunque su jefe se enojase con él.
— Lo siento Jongdae, se me hizo tarde por el trabajo. — El dueño del bar estaba dibujando en la pizarra que decoraba la puerta del local, levantó la mirada para darle una de sus características sonrisas que lo hacían parecer un gato.
— No tienes de qué preocuparte, has llegado temprano. No a la hora de siempre, pero sigue siendo temprano. El lugar ya se está llenando un poco así que si gustas puedes practicar en la sala de descanso.
— Eso haré, gracias por tu comprensión.
Kyungsoo saludó a unos cuantos de los meseros que rondaban por ahí y subió las escaleras que daban al segundo piso para llegar al área de descanso. Ahí hizo un repaso mental de las canciones que estaba por interpretar, también tenía un folder con todas ellas, así en caso de no ser aún muy familiar a la canción podría repasarlas antes o usarlo en el momento. Realizó también unos cuantos calentamientos.
Salió a escena después de que Jongdae lo presentase al público. El bar estaba casi lleno ese día. Eso lo alegró y motivó. Ya llevaba un mes desde su primera presentación, las cuales solo eran los viernes. Pero su amigo siempre le aseguraba que era el día más concurrido, gracias a nadie más que él. El castaño no lo creía del todo, pero por momentos era feliz pensando que realmente toda esa gente disfrutaba mucho de escucharlo. Los sábados y domingos también había músicos, pero siempre eran invitados. En su caso tenía el privilegio de tener una noche cada semana solo para él.
Jongdae y Kyungsoo se hicieron amigos desde la universidad. Estaban en carreras distintas pero eso no fue mucho impedimento para ser cercanos. Cuando egresaron dejaron de verse tan seguido pero se seguían mandando mensajes frecuentemente para saber del otro. Cuando Jongdae regresó a Seoul volvieron a la cercanía de esos días.
El día que Jongdae le había informado que por fin abriría su negocio, con el que tanto había soñado, fue el primero en ir a felicitarlo. Llevó un par de meses establecerse por completo, cuando todo eso pasó le informó que podría presentarse todos los viernes en su bar. Kyungsoo había recibido la llamada de madrugada, pero eso no fue impedimento para gritar. Recibió un regaño de su vecina desde la ventana pero no le importaba menos en ese momento. Al día siguiente fue al negocio de Jongdae con un ramo de flores y le agradeció hasta el cansancio.
Era realmente feliz cantando para el público del lugar. Ver como algunos terminaban llorando después de una canción triste. Ya sea por algún recuerdo o por no sentirse del todo bien en ese momento. Como algunas parejas entralazaban sus manos o compartían un beso durante las canciones románticas. La forma en que muchos se sentían acompañados a pesar de estar en una mesa con un solo asiento. Como algunos tarareaban o grababan desde su asiento para hacer más largo el recuerdo. Todo eso era sumamente hermoso para él. Poder expresar y hacer sentir tantas emociones en las personas a través de lo que más amaba hacer. Música.
Rasgueaba su guitarra al ritmo de love again. Con su voz calmada y melódica. En cuanto terminó aprovechó unos minutos para descansar antes de la siguiente ronda de canciones. Baekhyun, uno de los Bartender se le acercó para darle una botella de agua.
— Algún día debes enseñarme tus técnicas.
— Pero te he escuchado cantar la semana pasada en la sala de descanso. Parece que tienes buen control de tu voz.
— Pero no es que tenga mucha confianza, en cambio tú hasta pareces hipnotizar al público. Eres muy bueno. — el rubio asentía repetidamente mientras mencionaba todo exageradamente.
— Gracias, supongo que puedo enseñarte lo que sé algún día.
— Eso sería genial — sintió un golpe en el hombro por parte de uno de los meseros.
— Puedes socializar más tarde, se están acumulando las órdenes.
— Ya voy, ya voy — se despidió con la mano para tan solo uno metros más allá donde estaba la mesa con las personas esperando.
El cantante solo rió por el momento, ese par se llevaba como perro y gato pero aún así parecían entenderse, o algo así.
Tomó un poco de agua mientras revisaba su libreta. También miró un poco al público. Solo llevaba su mirada de aquí para allá esperando a que pase el tiempo. No quería sobreexigirse sin un descanso, eso dañaría sus cuerdas vocales. Tal vez no era un cantante profesional, solo había recibido unos cuantos cursos con lo que permitía pagarse. El tiempo que gastaba en el trabajo no lo ayudaba mucho de igual forma. Pero aunque fuese en un bar, solo un día a la semana y que la audiencia no fuera tan grande como la de un concierto, era importante para él. Estaba haciendo lo que más había deseado y eso llenaba su corazón de felicidad, todo el estrés de la semana podía liberarse ese día, solo siendo él mismo.
Repentinamente su mirada cayó en una mesa un poco alejada pero visible. Estaba al fondo, junto a la vitrina del local. Tres jóvenes disfrutaban de su tiempo conversando y riendo un poco. Aunque el que estaba sentado en el sillón derecho no parecía muy feliz. Solo miraba su bebida y a las esquinas de la mesa que parecían tener algo muy interesante. Por momentos miraba su celular pero después de pocos segundos lo volvía a bloquear. Lo había hecho ya unas 3 veces en un lapso de dos minutos.
Solía ser muy empático con los demás, aunque fueran desconocidos. Este hombre parecía realmente desanimado de todo, contrastaba con su presencia que parecía ser fuerte e imponente, pero solo con ver su comportamiento podías pensar que algo no estaba bien. A pesar de lo lejos que estaba y las luces tenues pudo sentir eso.
Iban a dar las 9 y media dentro de poco así que debía continuar. Sin embargo, decidió empezar con otra canción a la que tenía planeada. Su nombre era Be my Love, la más alegre que tenía en su repertorio de aquel día.
La gente empezó a mover sus cabezas por el ritmo animado. Kyungsoo quería expresarse lo mejor posible así que caminó un poco alrededor de las mesas, sin olvidar la del fondo donde se quedó unos segundos más, al mismo tiempo que pudo observar más de cerca al joven. Su mirada aún parecía un poco triste pero aplaudió al ritmo como todos los demás hicieron.
Cuando terminó el público en general parecía más animado. Siguió con el resto de canciones hasta que dieron las 11 de la noche. Mientras cerraba su libreta y desconectaba el micrófono pudo observar que el chico de antes estaba riendo con sus amigos. Sonrió al pensar que tal vez había sido de ayuda, subió para guardar sus cosas sin ver atrás.
Sin ver que el joven de aquella mesa había dirigido su mirada hacia él.
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Jazz Bar [ChanSoo]
FanfictionKyungsoo tiene un trabajo aceptable para el mundo y su familia. Pero solo los viernes en la noche, cuando entra a ese bar únicamente con su libreta y toma el micrófono. Solo en ese momento puede expresarse como tanto desea. Como siempre había soñado...