Si, bueno, estaba leyendo la historia de estos dos en los cómics y gente LO SUPONIA, eran amigos luego enemigos, amigos y enemigos al mismo tiempo, enemigos forzados y esas cosas. Y aunque esté fic no tiene mucho que ver con eso como quiera lo escribí.
Puede q tenga uno q otro error porque me estoy quedando dormida.
Attuma entra sigiloso a la alcoba de su rey, como siempre lo hace, y mientras lo ve ornar aquel muro, él sonríe a pesar de toda la ira que hierve en su sangre, es una de esas sonrisas que te hacen sentir miserable porque te revelan la verdad, y en el caso de Attuma, le hace ver lo profundo que caería por un amor intermitente, sabe que cada cosas que Kukulkán ordené, sin importar que tanto lo lastime, sin importar las cicatrices que se dibujen en su cuerpo, sin importar la sangre que tenga que derramar, él lo hará.
Pero Attuma sólo quiere una cosa a cambio de su eterna devoción, sólo quiere que, por una vez en todo el tiempo que ha luchado junto a él, Kukulkán sea quien mueva mundos sólo para complacerlo.
Quiere que Kukulkán lo obedezca y le de tan solo una pizca de lo que él ha dado.
—Estoy aquí —Anuncia hacia él hombre que aún le da la espalda
—Eso ya lo se. Ahora dime ¿Por qué lo estás? — Namor inquiere en voz baja sin siquiera dirigirle la mirada
Attuma quiere gritarle, exigirle que le preste atención, quiere tanto que sus ojos brillen igual que cuando los papeles se invierten, cuando Attuma lo mira a él, sus ojos brillan igual que el sol en la superficie, igual que una estrella dando vida, es como ver a un Dios, porque, literalmente lo es.
Pero en lugar de todas esas palabras, sale un triste y desganado: — ¿Podría hablar contigo?
—Claro, mi niño. — Y entonces Kukulkán lo mira y le sonríe. Y Attuma podría haber olvidado el motivo de su visita, incluso perdonarlo de todas esas sensaciones que provoca en él, de las que Namor no se da cuenta, o quizás no quiere hacerlo.
—No me llames así, yo no soy como ellos. Yo he estado a tu lado por más años de los que te atreves a recordar. —Dice y su voz suena dura e imponente
Entonces Kukulkán borra su sonrisa que parecía amable y amorosa. Con la cabeza en alto y pasos lentos empieza a caminar hasta llegar a Attuma, tan cerca de él que puede sentir su agitada respiración, su ceño se ha vuelto fruncido y su mirada curiosa. Él sabe que él instinto de Attuma se está volviendo rebelde estos últimos años, su carácter es un poco más difícil de controlar ahora que antes y eso ciertamente le fascina en sobre manera, pero cuando lo ve de manera más objetiva, le atemoriza. Attuma es su segundo comandante aunque no debería pues su fuerza es muy superior al rango, Attuma debió ser un joven heredero de la tribu rival de Namor, pero el trono se le fue arrebatado por los enemigos de su padre.
Attuma lleva en su sangre un derecho que Namor se niega a otorgarle.
Todo estará bien si eso sigue siendo así.
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𝐒𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎 | Namor x Attuma
FanfictionUna noche, mientras tienen una discusión, Namor le pregunta: ¿Qué es lo que siente? Attuma siente tantas cosas