Aquellas hojas otoñales caían de los grandes árboles del bosque de Berk. Una pequeña isla vikinga, donde el peligro se asomaba en cada rincón: bestias escupe fuego y animales salvajes ponían en guerra a los habitantes de dicho pueblo.
La temperatura de la aldea descendió casi al instante al versé una gran tormenta de hielo cerca del bosque, aquella tormenta era dirigida por un chico con aspecto peculiar —cabellos albinos, piel pálida y hermosos ojos azules con gran diferencia a los demás— Aquel chico conocido como Jack Frost, saltaba de rama en rama alejándose de la aldea vikinga para escarchar el bosque como era su trabajo.
Al llegar al centro del lugar se detuvo en un tronco de un gran pino verde, se sentó por un momento, admirando el perímetro de donde se encontraba.
— Que grandioso lugar — murmuró para sí mismo, sosteniendo su cayado con firmeza — tendré que congelarlo estas dos semanas, mejor empiezo de una vez... — sonrió al sentir el viento chocar en su rostro — está bien, no te desesperes, vamos — el espíritu saltó del tronco, comenzando a volar hasta los adentros del bosque llevando consigo la tormenta de hielo.
[...]
Mientras tanto, cerca del bosque en la pequeña aldea de Berk, un vikingo de cabellos café rojizos despertaba de una siesta. Talló su ojo derecho con pereza soltando un bostezo, estiró sus brazos un poco observando a su alrededor, suspiró al escuchar el silencio absoluto dándole un indicio que el día sería igual como siempre. Se levantó con desgano caminando hasta un pequeño ropero, lo abrió sin más y comenzó a vestirse de forma rápida.
Después de haberlo hecho, tomó consigo una libreta café y su pluma de rama y tinta, junto a una gran cesta de pescado crudo que guardaba en su ropero, con dificultad bajó las escaleras arrastrando el cesto que le llegaba al pecho; su padre no se encontraba en la casa (como era lo habitual) así que se ahorraba del interrogatorio.
Antes de salir por la puerta, miró a sus lados para cerciorarse que ningún vikingo lo estuviera observando, cuando fue así, salió de su residencia cargando en su espalda el cesto hecho a mano, caminó rumbo al bosque actuando de una manera "normal", evitando a uno que otro vikingo que pasaba por su camino. Al tratar de esquivar a uno, chocó contra una chica de cabellera rubia y ojos azules claros.
— Disculpe... Ah Hola Astrid... — saludó con timidez a la vikinga frente suyo, podía sentir como sus mejillas pecosas se coloreaban de tonos rojizos.
— ¿Hipo? — alzó una ceja con confusión — ¿y tú que haces aquí? ¿No deberías estar con Bocón trabajando en la herrería?... — preguntó, cruzando sus brazos con desaprobación y molestia.
— Ah... no, me dijeron que fuera nuevamente a recolectar... madera, sí, madera para la aldea — respondió casi de inmediato el menor mirando con timidez a la oji-azul, intentando no bajar su mirada ante la vikinga que tanto le atraía.
— ¿Recolectar madera? ¿Por dos semanas? Sí, claro... como si la aldea necesitara tu ayuda para conseguir madera — habló con ironía rodando los ojos — y si vas por madera ¿Por qué traes esa canasta con pescado?
— Hum... — cerró sus labios realizando una mueca forzada al no tener una excusa perfecta para eso.
— Siento que me estas ocultando algo — frunció el ceño con enojo mirando fijamente al vikingo.
— ¿Qué? ¡Claro que no! — respondió haciendo un gesto excesivo y nervioso.
— Hmm lo que digas, iré a entrenar... — sujetó su hacha de un movimiento colocándosela en su fino hombro — nos vemos en el combate.
— ¿Qué?... ¿Cuál combate? — miró confuso a la pelirrubia, perdido en su hermosa y... venenosa mirada.
— ¿Eres idiota? —gruñó en respuesta, apretando el mango de su arma — ¿Cómo que cuál combate? Es el combate con el que hemos estado compitiendo estas dos semanas idiota, aún no puedo creer que te hayan elegido a ti para pelear contra el dragón...
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Dawn Of The UnderWorld [Frostcup]
RandomEl inframundo... Jamás había podido explicar, qué o como ese lugar.. antes, fue majestuoso.... ¿No lo crees?.... Diez amuletos, dignos para proteger el bien del mal, fueron capaces de... tan solo uno.. ser capaz de convertir un mundo hermoso.... en...