Tráeme a la vida | POPGOES

» Capítulo 1.

De nuevo me encontraba caminando por las pacíficas calles, tenía algunas cosas que hacer luego, pero primero debo ir a "asegurarme" de que el local esté cerrado.

Desde lejos podía ver la pizzería, junto al aparcamiento, con un inmóvil cuervo parado a un costado, me pregunto qué sucederá con él en los días de tormenta. Para su suerte hoy está soleado, un leve viento corre, y varios pajaritos salen a buscar gusanos para sus crías.

Pero dudo que Stone tenga crías y haga esa clase de cosas.

Entré una vez más al lugar encontrándome con que la única luz era natural, para eso, encendí los interruptores y mi vista se aclaró. Recorrí el local en busca de algún desacuerdo o señales de robo, no lo sé, costumbre tal vez, hasta que me detuve frente al lugar, en el que últimamente mi padre pasa siempre su tiempo.

Suelo oír ruidos extraños de allí, ahora mismo, creo que se encuentra trabajando, no tengo idea de por qué me pide cerrar el local, cuando él sigue aquí dentro. Además de esos ruidos, la curiosidad también era grande en estos momentos, con tan solo ir allí y averiguar un poco...

Pero mi necesidad de irme a casa ahora era más grande.

Reacomodé mi gorra y me destiné a la puerta, no sin antes despedirme, claro.

─ Adiós a todos─, dije al aire como siempre suelo hacerlo, esos animatronicos son una verdadera obra maestra. Por más que no tengan vida propia, saludarlos no hace daño a nadie, ¿verdad?

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Martes, hoy es un buen día para dibujar pajaritos en mi bosque. Hace tiempo solía ir junto a mi padre... confío en que su promesa se hará realidad.

Una vez dentro, caminé un poco, escuchando la hermosa naturaleza que me rodeaba, me senté en el suelo verdoso y comencé a mirar a mi alrededor con una sonrisa, buscando algo que me llamara la atención. Fue entonces cuando la vi: ¡una hermosa ardilla roja! Que comía una bellota en la rama de un árbol.

Al verla tan ocupada con lo suyo, decidí aprovechar esa oportunidad y retratarla en papel.

Después de que finalizaramos (ella de comer y yo de dibujar), ambas nos fuimos por caminos separados.

Caminé un poco más por el bosque, encontrándome con esa fuente que tenía un cuervo de cristal. Cada vez que lo veo me vienen muchos recuerdos bonitos, y su significado me ayuda a dormir, sinceramente.

Algunos pajaritos se acercaron allí para beber agua, y yo decidí hacer lo mismo que con la ardilla.

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Pasaron algunos días desde el martes, y nada parecía cambiar en mi rutina. Solo me genera curiosidad saber qué hace mi padre, intento evitar molestarlo, porque tal vez es importante pero...

¿Por qué este gran cambio?

Me senté en la mesa principal de mi hogar, tomando una taza de café, y recapacitando todo lo ocurrido hasta ahora. Pero cada vez que quería dejarlo de lado, la misma pregunta surgía.

Si no fuera nada malo, él me lo diría, ¿cierto?

Ya no tengo seis años, crecí, yo creo estar preparada para saber qué es lo que hace, hasta podría ayudar si fuera necesario. Podríamos terminar su proyecto antes y así, volver a pasar más tiempo juntos, como solíamos hacerlo.

Sin embargo, sabiendo que él no respondería nada, me puse a investigar por mi propia cuenta. Dar algunas vueltas por la casa, en busca de algún periódico, texto o foto que me dé algún indicio sobre lo que estaba pasando... Algo de lo que yo no estaba consciente.

En dicha "investigación", hallé lo que buscaba, descubrí una parte que desconocía de mi padre, sus problemas, su pasado... y que sus miedos volvieron para despedazarlo si era necesario.

Intenté conectar todos los cables, creé una razón por la que creo que pasa la mayor parte del tiempo solo, en su "búnker" al que no me deja acceder por nada del mundo. Y a partir de allí decidí que buscaría una solución para tu gran problema, papá.

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─ Me suena a que no te dan vacaciones─, me dijo un chico mientras pagaba su comida y la de sus amigos, saliendo (por fin) del local. Realmente había sido muy molesto, hablaba de todo menos de pagar, hasta que me cansé y comencé a responder de mala gana.

Aunque todo esto valdrá la pena, lo sé, prometo ayudar.

Luego de una semana, de usar tanto mi cabeza, me dediqué a buscar soluciones para mi padre. Apoyando mi teoría, en aquello que cualquiera no puede ver, cosas que solo los más aficionados pueden mantener o manifestar si se lo proponen, como en la masonería* o en la Kabbalah*.

Pero yo decidí ir por otro camino, una solución que no se apegue a las normas, a las creencias o a lo que ya se conoce y se tiene pruebas de ello: el ámbito paranormal. Fue así que poco a poco, como me dediqué a investigar sobre hechos paranormales ocurridos, leyendas de las que se tenían registros, entre otras cosas, hasta que por fin, llegué a lo que estaba buscando...

Un ritual que ayudaría en lo que necesitas, para liberarte, para liberarnos de todo lo que nos agobia... y así, conseguir nuestro día más feliz.

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El aeropuerto estaba bastante concurrido, mucha gente corría de un lado a otro, unos se iban y otros recibían gente... pero en mi caso yo solo vengo a ver a mi padre tomar sus maletas e irse dejándome con su local cerrado.

Creo que si no preguntaba, ni me enteraría que salió del país.

─Te prometo que cuando regrese, retomaremos algunas actividades, Bonnie─, me prometió sonriendo y acariciando mi cabello, su cansancio se notaba a kilómetros.

─ ¿De acuerdo? No importa, llegas tarde, vete ahora─, dije intentando no sonar interesada, no es que tuviera idea de por qué él debería ir a America, pero vuelvo a convencerme que es por su proyecto oculto.

─ Adiós─, saludó por última vez, más emocionado por abordar que por despedirse.

─ Adiós...─

No soy consciente de cuánto tiempo se irá, pero este es mi momento, para seguir adelante con lo que tengo planeado.

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Masonería*: es una organización discreta internacional, movida por el sentimiento de fraternidad que busca la mejora del hombre en sociedad a través del desarrollo moral y el cultivo de numerosas disciplinas como las ciencias y las artes.

Kabbalah*: es un ansia por conocer y entender la divinidad a través de una sucesión de preguntas infinitas que se dan de la interpretación de los textos bíblicos: cada respuesta, sin embargo, es discutible y cada afirmación es siempre objeto de un nuevo debate.