Debilidad

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Sanji despertó debido al ruido que hacían todos después de que Kuma los había atacado, sobre todo porque Luffy estaba tan radiante y enérgico. Escaneo la zona y no vio al espachín cerca, reviso una, dos veces y no lograba enfocar el característico verde de su cabello.

"Diablos. ¿Dónde se ha metido?"

Corrió por los alrededores hasta que vio tiradas a las preciadas katanas del marimo lo que le dio un mal presentimiento, sintió como una aguja atravesó su estómago. Quiso mantenerse tranquilo pero la ansiedad le llenaba el pecho a medida que pasaban los segundos y no lo encontraba.
Siguió corriendo, no quería pensar lo peor, pero estaba preocupado y Kuma tampoco se veía por ningún lado.
Continúo su camino hacía todas direcciones, nada por aquí ni por allá, el presentimiento se hacía más fuerte.

"Es tan desorientado que seguramente se ha perdido al intentar regresar" pensó mientras lo buscaba y finalmente lo divisó, al fin un sentimiento de tranquilidad inundó su ser.

—¡Ah! Por fin te encuentro ¿a dónde se ha ido el shichibukai? – dijo mientras se acercaba al de la fajilla, entonces nuevamente sintió como mil agujas se incrustaban en su estómago y garganta.
Había corrido a verle más de cerca y aunque ya no había rastros de Kuma, parecía que Zoro la había pasado mal. Sangre por todos lados y saliendo de todas partes de Zoro, aún escurría un poco.

"No ha pasado nada" habían sido las últimas palabras del peliverde antes de que se desvaneciera queriendo dar un paso. Su cabeza estaba por tocar el piso, pero por fortuna Sanji lo atrapó —¡oye Zoro! – lo miró de arriba abajo, no se verían heridas superficiales importantes por lo que intentó no moverlo más, Chopper decía que las heridas internas podían ser muy peligrosas si no se trataban con cuidado.
Sanji comenzó a temblar, no sabía qué hacer, estaban algo lejos de las ruinas del castillo.

Gritó con todas sus fuerzas los nombres de todos sus compañeros y afortunadamente Brook lo escuchó y fue el muerto viviente quien después trajo a los demás para poder trasladar a Zoro a un lugar estable.

Chopper lo reviso rápidamente y determinó que en efecto se trataban de heridas internas muy graves pero podría salvarlo.

En cuanto a Sanji le quitaron el cuerpo de Zoro encima se sintió inmensamente pequeño y débil, estaba cubierto de sangre, no había podido hacer nada por su compañero, enseguida rememoró su infancia. Aún no era lo suficiente digno para poder salvar a alguien así como Zoro le había salvado de terminar como él o peor, muerto.

En ese momento Robin le colocó una manta encima y el rubio comenzó a llorar, no lo entendía muy bien pero estaba seguro de que era por la preocupación de que Zoro no se salvara así como de la culpa que le carcomía de no ser más fuerte para poder haber luchado con el shichibukai.

Robin lo abrazó, afortunadamente todos se habían ido a ayudar a Zoro pero Robin lo entendía.
—Estará bien, no te preocupes por él – Robin le sonrió y le ayudó a levantarse.

Durante esa noche la preocupación lo seguía inundando a pesar de que Chopper les había dicho que Zoro estaría fuera de peligro una vez pasara sin inconvenientes la noche. Alguien en algún momento le había dado una sudadera para cambiarse la ropa llena de sangre; el doctor de la tripulación curó sus heridas y decidió cocinar algo para poder quitarse todos los pensamientos malos y deprimentes de su cabeza. Cuando se dio cuenta, había hecho un plato de oniguiris para el "marimo" y eso lo entristeció de nuevo.

Chopper dejo a Zoro dentro del castillo para que pudiera descansar en una camilla improvisada ya que seguir moviéndolo para llevarlo hasta el Sunny era demasiado riesgoso. Era una fortuna que nadie más saliera herido de gravedad y que todos sus compañeros estuvieran fuera de peligro.

—Yo lo cuidaré esta noche – el rubio le dijo al pequeño reno.
—Pero Sanji, aún estas herido y también necesitas descansar – le respondió el doctor.
—¿Esto? – señalo sus vendajes —descuida, no son de gran importancia y gracias a ti ya estoy mejor. De verdad deja que yo lo cuide, soy el único que puede contener a este marimo idiota – dijo mientras encendía un cigarrillo.
—De acuerdo, solo por favor deberás inyectar este medicamento en su suero a las 2am, le ayudará a recuperarse con más rapidez – Chopper le entendió un frasco y una aguja para poder realizar la tarea asignada.
—Lo hare, no te preocupes, descansa Chopper – el rubio le sonrió al pequeño.

Todos se habían ido a dormir, era casi media noche y por recomendación de Chopper, Sanji no podía fumar a un lado del herido así que para calmar su ansiedad tenía que distraerse en otra cosa. Fue entonces que lo miró, se veía tranquilo, respiraba con normalidad.
Sanji proyecto la escena en su mente una y otra vez, pensó que ese debía ser su castigo por ser débil. Sabía que Zoro era más fuerte que él en todos sentidos, pero también se estaba esforzando muchísimo por ser mejor.
Los sentimientos de culpa comenzaron a transformarse cuando Sanji pensó en qué sería de su vida si le hubiera fallado a toda la tripulación, si Zoro no hubiera sobrevivido. Un agujero se apodero de su pecho "¿estaría bien sin Zoro?" fue lo que pensó.

De pronto todos los pensamientos se esfumaron al ver que el peliverse tosía, Chopper le dijo que algo como eso podría ocurrir y lo mejor era inclinarlo un poco para darle agua y eso hizo; Zoro solo abrió un poco los ojos, Sanji tomó su nuca y lo levantó para poder darle a beber un poco.
Enseguida Zoro dejo de toser y lo devolvió a su lugar. Se había derramado algo de líquido de una de las comisuras de los labios del peliverde y al no encontrar con qué limpiarlo optó solo por jalar su manga y absorber un poco el agua.
No lo miraba con lástima sino con preocupación y agradecimiento a la vez, Zoro los había salvado a todos.

No podía negar que el sueño lo estaba venciendo pero no podía dormir aún, estaba cuidado a la persona que había terminado así por su culpa, al ver su reloj notó que era casi la hora en la que debía suministrar el medicamento. Una vez lo hizo se sentó de nuevo en el pequeño banco junto a la cama improvisada, hacía un poco de aire frío por lo que cubrió con una manta a Roronoa.

Durante algún momento de la noche se acomodo al costado de la orilla de la cama y se quedó dormido, era comprensible ya que también se encontraba cansado. Unas horas más tardes lo despertó el sonido de las aves y rápidamente reparó en que se había quedado dormido, lo primero que hizo fue voltear para confirmar si Zoro seguía dormido, todo estaba tal cual lo había dejado excepto porque su mano sostenía la del peliverde. Miró el contacto por unos segundos hasta que su cerebro por fin reaccionó y rápidamente la quitó, un leve sonrojo se apoderó de sus mejillas.

Su corazón latía a mil por hora y por fortuna nadie más había visto aquello. Estaba confundido por la reacción de su cuerpo y lo único que hizo fue mirar de nuevo a Roronoa, solo agradecía que estuviera inconsciente en ese momento.

"¿Por qué?" pensaba el rubio tratando de encontrar una razón para ese contacto. No odiaba a Zoro pero tampoco es que pasara los mejores momentos a su lado. 

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Este fic será un poco occ debido a que he puesto de mi cosecha para poder llegar al resultado que deseo. 

Gracias por leer. 

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