𝐒𝐢𝐜𝐤 [𝐫𝐨𝐧𝐚𝐫𝐫𝐲]

𝐒𝐢𝐜𝐤「✯」

Harry no pudo evitar maldecir, esa noche se olvidó que tenía indícios de gripe y tomó la estúpida decisión de dormir en shorts. Durante sus clases en el colegio se puso tan mal que la doctora de la institución le recomendó volver a su hogar, pero no contó con que para eso deberían llamar a sus padres para que firmen el permiso de salida.

Los padres de Harry eran personas tan ocupadas que no se pudieron dar el lujo de irse del trabajo ha retirarlo.

Lo que quedó de jornada estudiantil se la paso recostado en su escritorio, quizá le dio algo de lástima a sus maestros, porque ninguno le regaño por eso.

Para la hora de salida su único pensamiento era acostarse en su cama con varias cobijas encima. Al abrir su casillero con la intención de depositar sus libros, una mano le quito sus libros de los brazos.

—No hagas más esfuerzo—Ron se encargó de terminar de guardar sus cosas—. No paras de temblar.

—Ron, no es la gran cosa, solo debía guardar unas pocas cosas—se quejó Harry.

—No me interesa—murmuró Ron mientras le quitó su mochila roja de la espalda, la dejó unos momentos en el suelo mientras se sacó su abrigo—. Debes cuidarte más.

Harry tuvo que aguantar cuando Ron le puso el abrigo un poco a la fuerza, pues no estaba seguro que le molestaba más cuando caía enfermo. Sentir un frío mortal a la mínima corriente de viento o sentirse asfixiado por un calor atronador si se abrigaba.

—Ron ¿planeas seguirme hasta mi casa?—preguntó Harry.

—Yo le llamaría acompañarte—Ron cargó la mochila de Harry.

—No es para tanto, solo necesito tomar unas pastillas y estaré como nuevo.

—Harry, en el receso estabas tan mal que chocaste con un pilar.

—No lo vi—se defendió Harry.

Era cierto que en el receso su mente desorientada que Choco contra un pilar.

—Como digas, pero no me convenceras de no acompañarte—le advirtió.

Y como dijo, lo acompañó en todo el camino hasta su casa, no era tan lejana, así que llegar a pie fue lo más sencillo.

Apenas abrió la puerta Ron se colo en su casa, antes de que tuviera la oportunidad de evitarlo.

—¿Qué haces ahora?—suspiró Harry, le ponía los nervios de punta tenerlo allí.

—Me voy ha quedar para cuidarte.

—¿Y tus padres? Se preocuparan, en cualquier momento mis padres llegarán a casa.

—Harry, solo tengo que llamar a mis padres, si les digo que me quedaré para cuidarte estarán más que encantados— Ron puso sus ojos en blanco, tenía la broma de que sus padres querían más a Harry que a él—. Si tus padres llegan me quedaré a un lado, no sospecharan nada.

—No sabes como son ellos, seguro sospechan.

—Harry, me conocen desde que tenemos once años, no van ha pensar nada malo si te vengo a ver—guió a Harry hasta la habitación de él— ¿Dónde tienen tus padres las pastillas?

—En el cajón de su velador—murmuró Harry inquieto.

Vio a Ron sacar de la mochila roja la receta médica que le dieron en el departamento médico del colegio y luego se fue de la habitación.

Los padres de Harry no eran malos o demasiado estrictos, pero aún así, no se animo a salir del armario frente a ellos, tal vez por sus prolongadas faltas en el hogar o porque nunca llegaron a decir algo sobre el tema. Fue raro sentirse más cómodo al decirles a los Weasley de su bisexualidad.