Nada es igual

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Ya nada es igual.
Me siento distinta a tu lado y en la manera de hablar.

Comparando los mensajes de antes, y analizando el trato en su totalidad, todo cambió.

Cambió el ambiente, cambió el destino, cambiaste tú.

Y no es malo, al contrario, me siento bien.

Tus mensajes cambiaron de un indicio de conocimiento de "dónde era" a uno donde me decías que admitas que me extrañabas en éste momento.

Los mensajes cambiaron a encuentros, y los encuentros a abrazos y unos mensajes donde nos decíamos "te quiero mucho" y lo siento.

Lo siento bien.

Comenzaron a brillarme los ojos, a formarse curvas en mis labios cuando llegaban tus mensajes, a sentirme con ganas de abrazarte o tenerte a mí lado.
Me sentí estúpida muchas veces... Pero no me arrepiento

No me arrepiento de absolutamente nada

Ni de tus charlas, ni de tus abrazos, ni de los momentos donde me tomaste la mano y me sentí tan llena de emoción que no sabía que decir.

Te di flores porque no sabía cómo demostrarte lo que sentía. Esa es mí forma de demostrar.

Decirte te quiero para mí es una palabra muy chica en éste momento, pero dime ¿Cómo te explico lo que llevo acá dentro?

Sentirme Así. - Sofía Abril Litoux ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora