-No- fue su respuesta rápida, no hiba a dejar entrar a ese par de idiotas a su casa, al único idiota que dejaba entrar era a su novio, ese era su límite.
-Moriremos de hipotermia, al menos deja que nos sequemos un poco- el amante de los gatos tomo la palabra, estaba tiritando del frío y si para conseguir un poco de calor debía rogar lo haría.
-Kisaki dijo que no, vayanse- el alto los miraba fijamente aunque por dentro estaba que se orinaba de la risa, ver a ambos chicos mojados y temblando como gatitos lo hacía reir.
Un fuerte relampago iluminó las calles y el fuerte ruido asustó al duo que con el miedo a flor de piel empujaron a la pareja y entraron a la casa, siendo abrazados por el calor que otorgaba la calefacción.
-¡Idiotas! ¡Salgan de mi casa!- se levantó con ayuda de su pareja e intento sacar a la fuerza a sus enemigos.
-¿Con quién estás hablando hijo?- una mujer alta y rubia llegó a la entrada, al parecer estaba cocinando.
-Hola suegrita- la saludo Hanma con una gran sonrisa.
-Hola Shuji, veo que la tormenta te atrapó, anda, en el cuarto de Tetta encontrarás algunas toallas.
-Gracias- aunque no se notará, estaba que se moría del frío, agradeció que su chico tenía una madre demasiado amable, rápidamente subió las escaleras y se perdió en los pasillos.
-¿Suegra?- Takemichi tomo la palabra, miro confundido al moreno, esperando alguna respuesta.
-Tsk, es mi novio- sus mejillas se pusieron rosadas por lo que dirigió su mirada a otro lado.
-Tetta tiene suerte de tener un novio tan bueno como Shuji- la mujer les dedicó una sonrisa risueña que fue quitada al escuchar otro relámpago.
-Al parecer la lluvia no se irá en unas horas- tranquilo hablo el moreno aunque en su interior maldecia a la lluvia.
-¡Oh! Que desconsiderada, cierren la puerta, hijo, ve por toallas para tus amigos, vayan al sofá, enseguida les llevo un poco de té- se dió media vuelta para poder irse -y parecen ser de tu tamaño, prestarles algo de ropa.
-Si mamá, enseguida les doy algo- le mostró una sonrisa que irradiaba inocencia y fue en dirección a su habitación.
-El sofá está por haya- señaló un sofá negro que se veía bastante cómodo.
Agradecieron la amabilidad de la mujer y fueron a sentarse, escuchaban las gotas de lluvia chocar con fuerza contra el pavimento, el agua hirviendo y lo que parecían ser las voces de los padres de Kisaki teniendo una conversación a la que no le prestaron mucha atención.
Sintieron un fuerte golpe en sus cabezas y un par de telas cayendo a su lado, miraron arriba mientras se sobaban la zona afectada, encontrándose con una mirada llena de odio dirigida a sus personas.
-De no ser porque mi madre esta en casa ya los hubiera botado a la calle para que murieran allí- miro mal a sus "invitados" y fue a ayudar a su madre con la comida, cambiando de forma drástica su personalidad.
-Siempre es así, para todos es una mala persona pero para sus padres es un pedacito de cielo- dijo Hanma desde atrás, miraba con ilusión a su pareja, ni en sus mejores sueños se veía en una relación amorosa con el moreno.
-No vuelvas a aparecer así, casi me orino del susto- reclamo Chifuyu mientras agarraba una toalla para secarse el cabello mojado.
-¡Shuji!, muchacho, ven, queremos hablar contigo- lo llamo el padre de su chico con una gran sonrisa.
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Pijamada
FanfictionUna tormenta atrapa al duo suicida, casi cuando se están muriendo ven como Kisaki deja pasar a Hanma a su casa, tragandose su orgullo deciden ir a pedirle alojamiento a su más grande enemigo, ¿que puede ser lo peor que pueda pasar?