Como cortejar Granger sin morir en el intento

23 2 1
                                    


Estoy en mi límite, ya no sé qué más intentar. Mi paciencia se encuentra en tiempos extra, he intentado todo lo humanamente posible para lograr que me mire sin indiferencia u otro sentimiento que no sea admiración o amor.

Si, he dicho amor, puede sonar cursi viniendo de un Malfoy, pero, si yo siento algo por ella, ella está obligada a sentir algo por mí.

El día que me di cuenta de que sentía interés por Granger, inicié con el cortejo básico, naturalmente le envié un broche para el cabello cubierto de perlas, supuse que era algo modesto y sencillo.

Cuan ella lo recibió, la Vi mirarme de forma interrogativa, creí que el detalle la había ofendido por la sencillez, caminó hacia mí, me miró con esos hermosos ojos miel y me pegó el broche al pecho, jamás esperé las palabras que salieron de su boca.

- Creo que te has equivocado.

Quise detenerla y explicarle, pero se alejó de mí muy rápidamente.

Mi segundo intento no fue menos fructífero. Le envié un ramo de rosas rosadas y al igual que la vez anterior, me las regresó.

- ¿Malfoy, te encuentras bien?

- Perfectamente. ¿No te gustan las rosas?

- Son hermosas pero inapropiadas para una relación de compañerismo sin amistad, como la nuestra.

Las dejó en el lugar en el que me encontraba y se marchó sin mirar atrás. Creía haber sido demasiado sutil, hasta que Pansy me saco de mi supuesta ignorancia.

- Ella es una hija de muggles, no conoce las costumbres de cortejo del mundo mágico. Tendrás que decirle de manera clara tus intenciones o investigar las técnicas de cortejo del mundo muggle.

Ella tenía razón, pero ¿ser directo? El expresar mis intenciones de tal manera me parecía algo bochornoso, hasta decirle a mi madre que la amo me sonroja. No tuve más opción que el investigar los métodos muggle.

Busqué instrucción de algunos hijos de muggles que accedieron a guardar silencio de mi pedido a cambio de una generosa cantidad y algún pequeño hechizo silenciador, poco ético, sí, pero bastante razonable considerando que el honor Malfoy estaba en juego.

Cuando la salida a Hogsmade se acercó, me dirige a ella a paso firme.

- Granger, me permites un minuto.

Ella aceptó, mi corazón estaba muy acelerado.

- Me gustaría invitarte a tomar el té en la nueva cafetería de HoneyDukes.

- Pero aún no abre.

- Por ahora solo los socios pueden entrar, este fin de semana nos darán una muestra del menú y me gustaría que fueras mi compañera o ¿es que acaso no te gustan los dulces?

- No es eso, solo que debes admitir que la compañía sería algo inusual, pero si a ti no te molesta, no veo porque desperdiciar la oportunidad de muestras preapertura.

- Te espero en la fuente de la plaza a las 12.

- Ahí estaré.

Ni una sonrisa, solo un gracias. Aun así, era más de lo que había obtenido en dos meses de intentos fallidos y devoluciones de presentes.

El día llegó y yo me encontraba preocupado por qué no apareciera; preocupación innecesaria, porque ella si llegó, exactamente a las 12 como habíamos quedado.

No podía quitarle los ojos de encima, usaba un vestido de verano color durazno, su cabello lo llevaba en media cola y sus labios tenían un sutil brillo. Esa mujer terminó de atraparme sin decir una sola palabra, sin siquiera proponérselo.

Al entrar a la casa de té, sentí orgullo al ser quien provocara las miradas de celos de mis compañeros inversionistas; como falta poco para la graduación no tiene caso el que me acostumbré a seguir llamándoles compañeros.

Un tipo del cual solo recuerdo que pertenece a Ravenclaw se me acercó.

- Vaya, Malfoy. Veo que tienes un excelente gusto para los dulces.

Su mirada está puesta en Granger cuando terminó la oración. Las manos y mi varita picaban por el deseo de hacerlo sufrir. Pero mi preciosa compañera se adelantó a mis palabras.

Hermione: Claro que lo tiene, lo que aún no sabe elegir es a sus compañeros en sociedad, pero estoy segura de que es algo que sabrá arreglar a la brevedad, ¿verdad, Draco?

Me había llamado por mi nombre, de haber estado en privado le hubiera robado un casto beso, pero ese estúpido estaba presente, ahora tenía más razones para desquitarme. Tarde un segundo en percatarme de su mirada...era oscura y traviesa, ¿acaso ella también quería obtener una satisfacción por el comentario de ese idiota? - Claro que sí, Hermione. - Los dos volteamos al mirarlo y él se alejó de nosotros, parecía haber recordado que tenía algo que hablar con alguien más.

Draco: ¿Nos sentamos?

Hermione: Por favor.

Los postres estuvieron deliciosos, tal como se esperaba. Los tés aún dejaban mucho que desear o por lo menos esa fue la opinión de ella, al parecer es algo exigente con sus bebidas. Sonrió ante el gesto que le dirige a su tasa, creo que le sigue hallando defectos.

Al volver al castillo, la acompaño hasta la entrada a su torre. Por Merlín, quiero besarla, esta necesidad es cada vez mayor.

Cuando está por cerrar la entrada, me mira a los ojos y sonríe de una manera peculiar.

Hermione: Pressen. - No entiendo sus palabras y ella parece notarlo. - Es el nombre del idiota.

Cierra la puerta y quedó frente al retrato de la dama gorda. Le sonrió y doy media vuelta. ¿Sabía ella que quería el nombre de quién le faltó al respeto? Es obvio que sí. ¿Querrá ella que tome una satisfacción? Sin duda. La verdadera pregunta es, ¿cuál será una satisfacción apropiada para una leona? Por mi parte, buscaría dejarlo en bancarrota y fuera del colegio, pero creo que ese último punto sería algo impensable para ella, bueno, tendré que lastimarlo.

A los dos días, Pressen es hallado al final de las escaleras con casi todos sus huesos rotos, inconsciente y con amnesia debido a los golpes recibidos al caer.

Cruzamos miradas y mi corazón se estrujó al notar que en la de ella había decepción. Me es muy difícil admitir que malinterprete la situación, ella nunca quiso eso. La evité por dos días hasta que ella fue quien me sorprendió a mí en la biblioteca. Quería salir de allí pero no pude.

Me encontraba aislado en la sección prohibida, no escuché pasos acercarse, ninguna corriente de aire que me alertara de la intrusión, cuando de pronto, una voz al oído me desconcentró.

-Malfoy.

Salté de mi lugar, ella está ahí, a un lado de mí y sus ojos miel me miran con escrutinio.

Hermione: Debo decir que me decepcionas. - Quise ponerme de pie, pero ella, como siempre, se me adelantó. - Esperaba más de él príncipe de las serpientes. El cortejo fue pobre, los obsequios escuetos y sin imaginación y las represalias a quien me insultó fueron iguales a quien comete una travesura - Mis oídos me retumbaban. ¿Ella lo supo todo este tiempo? - ¿Qué tienes que decir a tu favor?

Draco: Lo siento, creo que yo también te he insultado al no estar al nivel de las expectativas de la princesa de los leones.

Me mira hacia abajo y sonríe. - Draco, los leones, para alimentarse, devoran animales inferiores o débiles. ¿Sabes lo que eso significa?

Draco: ...no

Ella me sonríe y me susurra al oído. - Que no le tememos a la sangre.

Me besa la mejilla y se aleja de mí.

Sigo sentado en este duro banco, mirando el pasillo por el que ella desapareció.

Ahora sé que no estoy enamorado de Hermione Granger.

Yo amo a Hermione Granger y derramare toda la sangre que ella necesite para que ella también se enamore de mí.

Como cortejar a Granger sin morir en el intentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora