Los Dragones Negros habían caído una vez más. Su venerado líder cayó a la tierra de un solo golpe y su temible gobierno finalmente terminó. Su gran cuerpo titánico se desplomó patéticamente en los escalones de la iglesia, como si estuviera crucificado por un poder superior. El color, la intimidación y su feroz poder fueron completamente drenados de su colosal cuerpo. Una patada rápida y divina de Manjiro Sano aplastó su arrogante orgullo hasta convertirlo en polvo en ese frío día de nieve. Abreviando el décimo renacimiento de los legendarios Black Dragons.
Su derrota dejó una sensación de renovación, como la primavera después de un largo y arduo invierno.
Era la era de un nuevo Dios. El Invencible Mikey.
Y se sintió algo liberador... Para cierto miembro de la décima generación de los Black Dragons.
"¡¡Nupiii!!" Llegó el acento borracho de Koko.
"De ninguna jodida manera." Fue la contundente respuesta de Inui.
Inupi había estado perfectamente feliz con su plan anterior de ir al minisuper, abastecerse de grandes cantidades de alcohol y regresar al escondite para poder beber y marcar el final de los Black Dragons. Estaba desilusionado por el gobierno de Taiju, y rápidamente se dio cuenta de que Taiju no era el hombre para llevar a los Black Dragons de regreso a su gloria nostálgica. Pero el colapso de la pandilla todavía era algo por lo que lamentarse. Era el final de algo de lo que había estado tan enamorado, que honestamente no podía recordar un momento en el que no hubiera estado tan envuelto en los B.D. para que todo terminara con una patada devastadora... simplemente se sintió surrealista.
"¡Ugh, no seas tan aburrido!" Koko mantuvo su agarre en su mano, sacándole la lengua en su forma tortuosa habitual.
Después de haber bebido numerosas latas de cerveza, Koko ya estaba completamente ebrio y estaba buscando una salida para gastar su energía ebria. Su nueva libertad encontrada estaba al frente de su mente. Inupi fue empujado hacia el gran edificio de juegos de arcade, sus protestas habían sido completamente ignoradas. Koko prácticamente lo arrastró por las escaleras hacia las coloridas máquinas de baile, con una sonrisa tonta en su rostro.
Inui suspiró mientras empujaba una máquina de baile doble, todas sus quejas cayeron en oídos sordos.
"¡Vamos, será divertido!" Koko gimoteo. "Inupiiii, por favor~" Suplicó, dándole a Inui su mejor impresión de ojos de gatito bebé.
Inui puso los ojos en blanco pero se quitó su largo abrigo Black Dragons y lo apoyó en la barra detrás de él.
"Oh, te estás poniendo tan serio, ¿eh?" Koko reflejó las acciones de Inui y colocó su abrigo encima del de Inupi. Una sonrisa astuta curvó sus labios mientras insertaba dos monedas de 100 yenes con un sonido metálico.
"No. Simplemente no quiero ponerme demasiado sudoroso", argumentó el rubio cuando la máquina cobró vida, ruidosa y brillante, cantando una melodía alegre mientras daba la bienvenida a los chicos a jugar.
Koko siempre había sido excelente en las máquinasde baile, Inupi, por el otro lado, era completamente inútil. Nunca había sido demasiado coordinado cuando se trataba de bailar. Tampoco ayudaba que no pudiera apartar los ojos de los movimientos hábiles sin esfuerzo de Koko. La forma en que movía las caderas cada vez que tenía que dar un paso lateral hacía que el pequeño corazón de Inui diera saltos mortales, prácticamente podía sentir que salivaba con cada movimiento de las caderas de Koko. Los rizos negros de este último se agitaron alrededor de su cabeza mientras realizaba movimientos dramáticos solo para lograr puntajes perfectos, gotas de sudor rodaban por sus pómulos altos. La remera negra ajustada de Koko abrazaba su figura acentuando su delgada cintura, mientras se movía y se retorcía. Los ojos enamorados de Inui captaron y bebieron cada pequeño detalle, como un hombre sediento en el desierto.
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Una amistad eterna, Un amor no dicho [NFSW] -Kokonui
Fanfiction"Nunca pensé en Akane cuando nosotros lo haciamos" comenzó Koko. No estaba seguro de qué palabra describir el sexo entre ellos... ¿'Hacer el amor'? Por supuesto que no, sus juegos apasionados estaban demasiado mal comunicados y plagados de su homofo...