Lo que Marco y Robert tenían era especial.
No sólo era la forma en la que intuía después de años de conocerle cada sentimiento que llegaba a posarse sobre el otro. Tampoco era la forma en la que el sólo toque de su piel cada que se encontraban inmediatamente respondía el cuerpo del otro. O incluso, lo mucho que Marco amaba los ojos azules del mayor. No lo era el físico que envidiaban tantas personas que, ocasionalmente los veían posar en revistas de mercancia que solían utilizar para jugar.
Era la conexión que habían formado desde el primer día. Cómo Marco recordaba desde que lo vió llegar a su equipo que no se iba a convertir en un amor imposible y que la marca que dejaría iba a ser incluso más grande que cualquier persona que había rondado en la vida de Marco.
Lo recordaba bien cómo si una película se hubiera instalado en su mente para reproducirse una y otra vez.
"Mi nombre es Robert Lewandowski. Será un gusto trabajar con ustedes. Haré todo lo posible para que podamos aspirar a grandes cosas."
Todos saludaron al delantero nuevo. Su acento parecía perfecto salvo algunas palabras que pronunciaba lentamente. Sólo sabía que un nuevo delantero polaco llegaba y tenía sentido su forma de hablar. Notó que era alto pero curiosamente atractivo. No es algo que le sorprendía puesto que alguno que otro hombre le había parecido especialmente guapo antes y sólo resopló. Otra persona más que seguramente al final de la temporada sería cedido. Nada más.
Llegó el momento de presentarse y Marco alzó la mirada. Robert era una de esas personas que definitivamente no tenían miedo de ver a la gente a los ojos. Y lo hacía de verdad. Marco jamás había visto unos ojos azules tan diferentes a los del resto. ¿Eran normales acaso?
"Hey. Buena suerte y bienvenido. Cualquier cosa que necesites, házmelo saber".
No pudo decir más. A decir verdad, esas eran sus palabras genéricas con cualquier persona que lograba llegar al club, que era uno de los más importantes de Alemania. Pero lo decía un poco en serio, después de todo era el capitán y si le hacía saber sus inquietudes tal vez ayudaría para un mejor rendimiento por el bien común del equipo.
Lewandowski esbozó una sonrisa de lado. Poco tiempo después sabría Marco que esa sonrisa era la forma de más básica de sonreír de Robert y la usaba como mera cortesía y en algunos casos, cuando se encontraba verdaderamente molesto.
Reus asintió dejándolo ir con sus compañeros para que continuara presentándose. No esperaba más de eso y salió del vestidor para finalmente ir a su hogar.
Esa fue su primera presentación. No había sentido nervios ni nada de lo que hablan los libros que le hacían leer sobre amor en la escuela. No había mariposas, nada que pudiese sentirse distinto después. Nada.
Para Robert si que fue distinto. Desde que supo que iría al Borussia se había interesado en buscar información de cada jugador con el que se iba a encontrar en su nuevo equipo. Especialmente del capitán puesto que era quien dirigía el barco. No esperaba encontrarse con alguien especialmente guapo en las imágenes que google arrojaba.
"Nada mal". Hizo un mohín arrepintiéndose de estar hablando solo mientras chismoseaba directamente sobre las imágenes que se encontraba.
Sabía que se iba a presentar y que necesitaba formar una alianza de amistad especialmente porque si su sueño era escalar de equipo en equipo hasta ganar algo, lo necesitaba. Cero problemas con ningun team mate.
Cerró su lap top y ensayó las palabras que diría en el vestidor. Para ser un polaco, su alemán al haber llegado hace tiempo a ese país estaba mejor que nunca.
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The great War.
FanfictionRobert Lewandowski tiene un secreto. Marco Reus también. ¿Qué tanto podrán alargarlo?